Hablar justo
Redacción. LQSomos. Diciembre 2015
A principios de abril de 2014, en Madrid, en la Universidad Complutense, se celebró un congreso de historia titulado: “Congreso Posguerras: 75 años de la Guerra Civil Española”.
Parece increíble que dos generaciones después de la muerte de Franco, se utilice todavía, sistemáticamente y sin debate cualquiera, una denominación tan incorrecta y partidaria.
He aquí adjunto (enlace a PDF: “Hablar justo”) el texto de una ponencia, presentada en esta ocasión, cuyo objeto fue de explicar que el título de este Congreso no fue el más adecuado, es un mito heredado de la historiografía franquista y del conformismo acrítico.
Con estas palabras nos llega este fichero que nos envía José González, secretario de la “Amicale des Anciens Guérilleros Espagnols en France – Forces Françaises de l’Intérieur” (AAGEF-FFI)
Esta publicación cuenta con la autorización de los dos coautores, uno de ellos, Charles Farreny, miembro de la AAGEF-FFI, fue el creador en 1999 del sitio en Internet “Espagne au cœur”, que falleció recientemente, dejando un trabajo memorialista imposible de olvidar.
Hablar con exactitud: un deber pedagógico.
Para los investigadores, docentes o estudiantes, importa buscar, enseñar y aprender con máxima apertura y máximo rigor.
Asimismo, sorprende el uso sistemático de “Guerra Civil Española” y “nacionales”, como si estas denominaciones fuesen insuperables u obligatorias. Tal uso mecánico desarrolla un papel oscurantista pues acostumbra los ciudadanos a conformarse sin analizar. Nombrar correctamente la guerra de España de 1936-1939 y las fuerzas involucradas, comprender la relevancia de estas denominaciones, por lo tanto estimular el pensamiento crítico constructivo, debe favorecer progresos para examinar otras importantes cuestiones.
La importancia del uso del lenguaje y la necesidad de luchar contra la manipulación histórica, quedan patentes en este ensayo, actual y tremendamente necesario cuando se cumplen cuarenta años de la muerte del dictador.
Cuarenta años después el franquismo no ha muerto… y su lenguaje sigue muy vivo.