Halloween de Brijan
¿Es esto Jauja? ¿Estamos en Jauja?
Briján es mi amigo, es tocólogo
Médico de la gestación
El parto y el puerperio
Y me ha invitado a una fiesta
De muertos vivientes
O Halloween donde las calabazas
Son tres culos de mujer preciosos
Esmeraldas achatadas como la almendra
Costura de puntadas mal hechas
Diamantes tallados todo en redondo
También está con nosotros
Oblato del Valles
Un médico de familia amigo
Que de santo u oblato tiene
Lo que madre Teresa de Calcuta
De macho cabrío
Yo, Jasón, procedo de Culebras
En la provincia de Cuenca
Briján les ha dado a las tres calabazas
Un golpe con el cuje o aromo
Palo dulce o palulú experimentado
Escarmentado en los infortunios de Amor
Tocando como beso de santo
El cuerpecillo carnoso eréctil
Que sobresale en la parte superior
Como golpe de quilla
En el fondo del mar
Por la parte de popa
Siendo polvo menudo, menudo polvo
Harina de otro costal
De estas calabazas, cajas de aromas
De fuego y polvo
Cual cañones de artillería
Han salido salvas, saludos, bienvenidas
Cañonazos como se acostumbra y sigue
En los palacios reales
Y en las casas de los príncipes
Y altos personajes
En el momento de la comida
Y después de la comida
Las tres calabazas son
Ciertos meteoros luminosos
Ondulando la voz de un “culasí” de Briján
Mientras nuestros culebrones astutos
Remiendan las bragas
De las mujeres intrigantes
Por la parte de las posaderas
O como diría Gerineldo
Por La Parte de Bureba
En la provincia de Burgos
Y en el punto más alto
En que puede hallarse
Un astro sobre el horizonte
En términos y giros muy afectados
Haciendo eses por entre culebrillas
A modo de grietas en los culí blancos
Llegando esta cosa
A la posición más elevada
Que puede tener un zurcido de pollo
Dando con el culo en las goteras
Aporcando y escardando
Los tres amigos están cantando
Cual culter-anos
Después de pasar un astro
Por el meridiano superior
Y haber tomado unos chupitos
De licor de hierbas
“Abadía da Cova”, de Escairón, en Lugo
Están cantando, digo
“Quien no castiga a culito
No castiga a culazo”
Y de las tres calabazas una voz salía
Que al unísono decía
“Quitósele el culo al cesto
Y acabóse el parentesco”
Ellas, las calabazas
Se fueron volando, como cosas inanimadas
(El Escorial se hallaba a corta distancia)
Y nosotros quedamos como culones
Soldados inválidos
Pues por culpa de las bestias
Mataron al obispillo
Con un poco de hallulla, pan cocido
Al rescoldo o entre piedras
Muy calientes.
Se marchitaron los mochuelos y las lechuzas
Los demonios, trasgos y diablos
Eran adoquines
De un edificio en ruinas
Tan sólo nos quedó cimorra
Catarro nasal de las humanas bestias.