I. A.
Por Manuel Blanco Chivite. LQSomos.
Ya que la inteligencia natural, tras tantos milenios, no ha podido resolver a cabalidad los problemas más básicos de la inmensa mayoría de la humanidad, lo que demuestra que esa tal inteligencia no da para mucho, los, al parecer, más inteligentes han decidido acudir a la Inteligencia Artificial (I.A.) algo así como si no quieres caldo, toma tres tazas.
Aunque ya hay quien dice que no, que tampoco, que la I.A. tampoco lo va a conseguir, los hay pesimistas.
Quizás porque los problemas necesitan no tanto de inteligencia, que la hay y mucha, aunque de dudosa calidad, sino de sabiduría, producto escasísimo y casi desaparecido en combate.
¿Quizás una Sabiduría Artificial (S.A.) nos vendría bien?
Pero eso, ni los más inteligentes saben cómo se consigue, prueba de su escasa sabiduría.
En fin, ya me he calentado la cabeza, así que me voy a la cola del paro, a ver qué me dice la Inteligencia Artificial (I.A.), expendedora de trabajos precarios discontinuos.
Después, iré a ver si tengo algo en el banco, aunque la Inteligencia Artificial (I.A) bancaria del cajero automático lleva varios días diciéndome que tengo un descubierto de 23 euros y que debo al banco 34, deducción incomprensible para mi inteligencia natural tan naturalmente limitada. Además, me vaticinó que a fecha de hoy, y en función del contenido de mi frigorífico, ya no podría ni siquiera comer. No entiendo cómo la Inteligencia Artificial (I.A.) del banco ha llegado a tan certera conclusión. Estoy Impresionado (E.I.)
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