Iconología vírica
Nònimo Lustre*. LQS. Marzo 2020
En este poste NO informaremos ni discutiremos ninguno de los tópicos -más o menos interesantes- que rodean al C19. Por ejemplo, no diremos ni pío sobre si es un organismo vivo o no lo es; no huronearemos en las patentes que serán decisivas para elegir la esperada vacuna mesiánica
Las ilustraciones que siguen fueron obtenidas gracias al decomiso de las papeleras que, rebosantes de papeluchos arrugados, se acumularon en los rincones del salón donde se celebraron varias reuniones de publicistas ligados a la Big Pharma (BPh). Por ende, son materiales de desecho. Pero, a falta de conocer cómo anda la pelea dentro de BPh entre las hermanas que compiten para hacerse con la vacuna -o seudo satisfyer- contra el coronavirus de moda-Covid-19 (en adelante, C19), hemos de conformarnos con investigar en las entrañas del mercado publicitario.
Dicho de otro modo, en este poste NO informaremos ni discutiremos ninguno de los tópicos -más o menos interesantes- que rodean al C19. Por ejemplo, no diremos ni pío sobre si es un organismo vivo o no lo es; no huronearemos en las patentes que serán decisivas para elegir la esperada vacuna mesiánica -que, como todos los mesías, serán muchas y todas medio falsas-; no aprovecharemos la ocasión para saludar a la cloroquina -uno de los remedios presuntamente efectivos contra el C19 y, además de eso, vieja amiga de los trabajadores tropicales-; tampoco repetiremos las noticias sobre los presos italianos fugados ni sobre los seis (o 600, vaya usté a saber) presos muertos/asesinados; ni siquiera discutiremos si el C19 es autóctono chino o llegó de contrabando a Wuhan. Resumiendo: nuestra conspiranoia es nula y nuestra paranoia, menor.
Veamos los dibujitos sin más texto ni dilación:
Cuando brotó el Covid-19, algunos gráficos ya estaban diseñados. Concretamente, los de las epidemias víricas anteriores, MERS y SARS
Morfología básica de los virus
Tamaño relativo de los virus (en nanómetros) El Covid-19 es parecido al de ‘influenza’ -ver en la esquina inferior derecha.
Una de las primeras fotos del Covid-19. Había una cierta libertad para definir la forma propagandística del nuevo-virus-no-tan-nuevo.
Una de las primeras fotos ampliadas del Covid-19. Las ‘espinas’ de su corona aparecen sin punta y abrazadas. Esta representación se desechó por no ser agresiva.
Los publicistas sustituyen las ‘espinas abrazadas’ por púas blandas pero amenazantes
Solución menos agresiva: las espinas son configuradas como trompetillas
Las trompetillas pasan a ser ventosas
La forma del Covid-19, esfera erizada, se encuentra incluso en el mundo inanimado, no carbónico, mineral, geológico… como gusten llamarlo. Véase un ejemplo:
Grafito nitroso. Igual tamaño que el Covid-19
Y, en cuanto abandonamos la simetría bilateral y nos pasamos a la radial, no digamos la abundancia de esferas erizadas que pulula por los reynos vegetal y animal:
Radiolaria
También la Humanidad ha fabricado, diseñado o soñado esferas erizadas. Velay:
Bomba Orsini
Un deliquio gaudiniano en la Sagrada Familia de Barna: el malvado anarquista dispuesto a lanzar ‘su’ bomba orsini
Y, finalmente, una escultura que imita no sabemos si a los erizos, a las minas (orsini o marinas) o al coronavirus
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