¿Salirse del euro? El caso de Grecia
Alexis Tsipras, el dirigente del partido Syriza de Grecia, ha visitado Estados Unidos dando charlas en varios centros académicos y grupos de reflexión, presentando las propuestas de su partido para que su país salga de la enorme crisis en la cual se encuentra. Tal partido es el que tiene más apoyo popular, y es probable que gane las próximas elecciones. En realidad, el crecimiento de tal partido ha sido espectacular, pasando de contar con el apoyo de sólo el 4,6% de la población en 2009 al 27% en 2012.
Estoy ahora en EEUU, dando clases en la Universidad de Hopkins. Y tengo que decir que oír a Tsipras ha sido un aliento de aire fresco. La característica de su análisis es que sitúa las raíces del problema en la estructura de poder existente en Grecia (que originó y reproduce las causas de la crisis) así como en las políticas neoliberales promovidas por la Troika –la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- que tienen aquel país ahogado y maniatado, políticas desarrolladas por los Gobiernos griegos de orientación liberal, que representan a los establishments financieros y económicos de su país, los cuales están claramente entrelazados con el Estado griego, resultado del enorme poder que las fuerzas conservadoras han tenido históricamente en Grecia. Resultado de ello es que Grecia tiene un Estado pobre, con unas políticas fiscales sumamente regresivas, que ingresa escasos recursos (entre los cuales el gasto militar es desproporcionadamente alto, consecuencia del conflicto con Turquía) y con la clase dominante que apenas paga impuestos (su fraude fiscal alcanza nada menos que el 86% de lo que el Estado debería recoger, un porcentaje mucho mayor que el promedio de la OCDE, un 12%). Esta ha sido una de las causas del enorme endeudamiento del Estado, endeudamiento que ha ocurrido con el estímulo y complicidad de la banca europea y muy en particular la banca alemana.
Para resolver tal endeudamiento, la Troika ha estado imponiendo unas políticas de austeridad que han incluido unos recortes tan exagerados y una disminución de los salarios tan acentuada, que han creado un enorme problema de escasez de demanda, responsable de que la economía griega haya caído un 20% desde 2008. Hoy, el desempleo (26,7%) sobrepasa ya el existente en España (26,1%), sin perspectiva de mejora.
Frente a esta situación, el partido Syriza tiene propuestas concretas que pasan por dos niveles, uno el nacional, y el otro el europeo. El primero incluye políticas públicas encaminadas a corregir el enorme desequilibrio de poder existente en Grecia, que tiene una distribución de las rentas y de la propiedad sumamente concentrada, lo cual, juntamente con el fraude fiscal, explica los enormes déficits de ingresos al Estado.
Y a nivel europeo, la medida de mayor urgencia e importancia es la de renegociar la deuda pública, que es imposible que Grecia pueda pagar, y que está actuando como un freno al desarrollo económico de Grecia. Es más, esta deuda, como varios hemos estado señalando, es una deuda artificialmente elevada, que no se corresponde con las necesidades y las realidades de aquel país. No es sólo ineficiente económicamente, sino también inmoral, pues su incremento responde a los intereses particulares y no generales del país, intereses particulares que incluyen en un lugar prominente la banca europea, y muy en particular la banca alemana. Un aspecto que el señor Alexis Tsipras indicó es que el problema de la deuda es un problema a nivel de toda la Eurozona y no sólo de Grecia, pidiendo al resto de países de tal área monetaria convocar una conferencia para tratar del problema de la deuda pública, no sólo de Grecia, sino de todos los países. El dirigente de Syriza también propuso medidas de estímulo a nivel griego y a nivel europeo, proponiendo terminar con las políticas de austeridad causa de la gran recesión que la Eurozona está sufriendo.
Me gustó su presentación, aunque me hubiera gustado encontrar mayor especificidad en estas últimas propuestas de estimular la economía, pues hay muchas maneras de estimularla. Creo que las izquierdas deberían recuperar el compromiso de alcanzar pleno empleo a través del estímulo económico, pues se puede estimular la economía sin que tenga gran impacto en la creación de empleo. Pero la brevedad de la exposición limitó el detalle del expositor.
¿Sería mejor para Grecia salirse del euro?
Lo que sí fue interesante fue su respuesta a la pregunta de por qué Syriza no ha considerado como alternativa salirse del euro. Indicó que la población griega no lo aprobaría y consideró que sería un error plantearlo ahora. Me pareció una respuesta inteligente e incluso convincente. Pero me parece un error que tal alternativa no se considere, incluso como táctica negociadora con la Troika, porque en contra de lo que constantemente se publica, la salida de Grecia del euro es lo último que la Troika (y el Gobierno Merkel) desea. Es más, Mark Weisbrot, del Center for Economic ana Policy Research, enfatizó que es más que improbable que el sistema de Gobierno de la Eurozona llegue a responder a las justas demandas de Syriza. Y en tal caso, habría que convencer a la ciudadanía de que, en caso de que la Troika no respondiera favorablemente, la salida del euro sería la única posibilidad para que Grecia saliera de la crisis. Mark Weisbrot señaló que (como el fundador del partido socialdemócrata PASOK, Andreas Georgios Papandreu, padre del actual líder del partido Georgios Andreas Papandreu, había indicado), la entrada de Grecia en el euro había sido un error. Mark Weisbrot se refirió a la experiencia de Argentina cuando rompió con la paridad con el dólar. En contra de todos los vaticinios de desastre, la economía se recuperó rápidamente, mucho más rápidamente de lo que hubiera ocurrido en caso de no romper aquella paridad del peso con el dólar. A partir de 2002, Argentina se recuperó rápidamente, con un elevado crecimiento económico y reducción de la pobreza (se redujo un 70%). Y esta recuperación no se basó en un crecimiento de las exportaciones, sino en un estímulo de la demanda e inversión doméstica. El Estado argentino recuperó, no sólo su control sobre la política monetaria, sino también fiscal, que es lo que le falta a Grecia para salir de la crisis.
En realidad, subrayó Mark Weisbrot, Grecia está mejor situada que Argentina para poder romper con la paridad del euro. Su PIB per cápita es tres veces superior al de Argentina. Y las exportaciones son el doble que las de Argentina. Su devaluación de la moneda facilitaría tales exportaciones. Y para pagar sus importaciones puede conseguir estos fondos en otras fuentes, que no son las que le sirven ahora a unos intereses abusivos. Hay mayor pluralidad de fondos de capitales hoy que en 2002, cuando Argentina rompió con el dólar. Mark Weisbrot añadió que, en realidad, las necesidades de capital externo en Grecia son mucho menores de lo que constantemente se cita. Si no fuera por el pago de la deuda, Grecia tendría una balanza de pagos casi equilibrada, con un déficit de sólo el 0,3% del PIB. Con el gran abaratamiento que implicaría la devaluación del euro, habría un enorme flujo de inversiones en aquel país. Mark Weisbrot añadió que no hace falta mirar sólo a Argentina. Malasia, Corea del Sur y Tailandia (durante la crisis financiera asiática) rompieron con las directrices del FMI y salieron de sus crisis más rápidamente que las proyecciones que el FMI ha hecho para Grecia.
Lo sorprendente del caso es, como también señala Mark Weisbrot, que ninguna fuerza política con posibilidad de gobernar está hoy explorando la posibilidad de salirse del euro, ausencia de debate que debilita a Grecia en su postura negociadora frente a la Troika. Un tanto igual ocurre en España, donde el argumento que constantemente se utiliza en los mayores medios de información y persuasión es que la salida sería un desastre, ignorando, por lo visto, que el desastre ya está aquí, con el agravante de que, si no se hace nada, el desastre continuará por muchos, muchos años. De ahí la urgencia de que se introduzcan en el debate nuevas alternativas, incluyendo la salida de España del euro.
*Artículo publicado en Sistema Digital