Je suis le suivant (Yo soy el siguiente)
Guadi Calvo*. LQS. Noviembre 2020
Quien no está para festejar nada es el presidente francés Emmanuel Macron que, tras sus desafortunadas declaraciones sobre el islam tras el ataque contra al profesor Paty, despertó una ola de indignación en todo el mundo musulmán…
Después del ataque mortal contra el profesor Samuel Paty, en un suburbio parisino (Ver Francia: Je suis hypocrite) se sabía que iba a desencadenar dos reacciones de manera casi inmediata y una tan obvia como la otra: el Daesh, o como se lo conoce en occidente el Estado Islámico, iba a adjudicarse el ataque y reconocería al joven checheno Abdulak Abuezidovich como uno de su muyahidines, como suele hacerlo siempre que la noticia acapare la atención internacional, aunque los lazos del hecho con ese grupo wahabita sean difíciles de probar; y la segunda reacción era que ese ataque iba a generar otros, quizás sin orden ni la efectividad que han demostrado con el asalto a la redacción de Charlie Hebdo o la operación sobre la ciudad de París en noviembre de 2015, que dejó cerca de 140 muertos. Ambas presunciones ya se verificaron: Daesh en un comunicado se adjudicó el asesinato del profesor y el pasado jueves 29 de octubre en la Basílica de Notre-Dame de l’Assomption de la ciudad de Niza, Brahim Aoussaoui, un tunecino de 21 años quien habría llegado a la isla de Lampedusa (Italia) el pasado 20 de septiembre, acuchilló a tres personas en el interior de ese templo: Nadine Devillers, una feligresa de unos sesenta años; Simone Barreto Silva, de 44 años, de nacionalidad brasileña, quien alcanzó a escapar de la iglesia para caer muerta a pocos metros de la entrada; y Vincent Loquès de 54 años, sacristán de la basílica.
El agresor finalmente fue detenido por la policía al momento que al grito de Allah Akbar (Alá es grande) se lanzaba contra los policías para continuar su faena, por lo que fue contenido con varios disparos y trasladado de inmediato a un hospital.
Entre sus cosas se le encontró una bolsa de plástico en la que llevaba un Corán, dos teléfonos celulares y dos cuchillos sin usar.
Las autoridades informaron que, como sucedió con Abuezidovich, el autor del ataque de Niza no figuraba en los archivos de los servicios de inteligencia franceses, ni estaban registradas sus huellas digitales, Entre sus pertenencias también se encontró un documento emitido por la Cruz Roja Italiana, tras su llegada a Lampedusa a bordo de una embarcación de migrantes. Siguiendo después el ordenamiento burocrático al que se enfrenta cualquier inmigrante que llega a un puerto de la Unión Europea (UE). Tras ser identificado y pasar por un Test de detección rápido (PCR), que dio negativo, estuvo dos semanas de cuarentena a bordo del Rhapsody, una embarcación destinada a mantener en cuarentena a los migrantes, desde donde fue transferido a la ciudad de Bari, el 9 de octubre donde fue tras ser investigado recibió la orden de abandonar Italia en una semana. Su siguiente ubicación, tres semanas más tarde, se registra en Niza, donde habría hecho noche en el portal de un edificio cercano a Notre Dame. Se cree que habría llegado a Niza en tren, por un ticket que se le ha encontrado, pero al estar empapado de sangre hasta ahora ha resultado imposible analizarlo.
No está claro por qué Brahim Aoussaoui no había sido detenido, aunque algunas versiones explican que ya no hay espacio en los centros de detención para inmigrantes y por temor a Covid, se le permitió continuar en libertad.
Horas después del ataque a la basílica un hombre de 47 años fue detenido por la policía, junto a otros dos sospechosos que cámaras de seguridad callejera habrían registrado hablando con el autor de los asesinatos en Notre Dame de Niza, ciudad en la que el 14 de julio de 2016, en plena fiesta nacional, un “lobo solitario” lanzó un camión en el Paseo de los Ingleses, epicentro de los festejos, contra la multitud, matando a cerca de noventa personas, el segundo más letal, después de los atentados de París en noviembre de 2015.
Con los pelos de punta
Francia parece haber entrado en un estado de histeria ya que tras conocerse el pasado sábado 31, por la tarde, un sacerdote ortodoxo griego de 52 años, conocido como Padre Nikos, cuando se encontraba a punto de cerrar la iglesia, fue atacado por un hombre armado con una escopeta recortada que entró y disparó al menos dos veces contra el religioso, afectando la zona del estómago, por lo que se encuentra en estado grave. Tras cerrar el distrito 7 de la ciudad, la policía localizó al sospechoso del ataque, quien serenamente comía en un restaurante de comida griega y al parecer nada tiene que ver con ninguna causa islámica. Aunque el susto activó todas las alarmas hasta que se conoció que el hecho estaba vinculado a un problema sobre las finanzas de la iglesia y nada tiene que ver con lo producido en los suburbios de París y en Niza.
En Quebec (Canadá) también se produjo un hecho que alertó a las autoridades cuando en pleno festejo de Halloween, un hombre con vestimentas medievales mató a cuchilladas a dos personas e hirió a otras cinco, lo que obligó a la policía a instar a los vecinos de la zona, próxima al Parlamento provincial, a que se mantuvieran en sus casas. La investigación en curso todavía no dirime si es un ataque extremista o alguien que se tomó muy a pecho el festejo pagano.
Quien no está para festejar nada es el presidente francés Emmanuel Macron que, tras sus desafortunadas declaraciones sobre el islam tras el ataque contra al profesor Paty, despertó una ola de indignación en todo el mundo musulmán donde, además de multitudinarias protestas donde se han quemado banderas francesas y carteles con el rostro de Macron, cruzado con una suela de zapatos, una de las máximas ofensas que se puede concebir para los árabes, capitaneados por el inefable presidente turco Recep Erdogan, se lanzó un boicot contra los productos de origen francés, lo que dañará su economía, dado el volumen de las transacciones con un mercado de 1.500 millones de creyentes.
Para subsanar la torpeza de sus declaraciones, el sábado último Emmanuel Macron, concedió una entrevista de casi una hora al canal qatarí al-Jazeera, donde dijo: “que comprendía los sentimientos de los musulmanes sobre las caricaturas del profeta Mohamed” punto de quiebra tanto para la tragedia de Charlie Hebdo, como la del profesor Paty. Macron también explicó que las caricaturas “no son un proyecto del gobierno sino más bien el producto de periódicos libres e independientes que no están afiliados al gobierno”.
Las declaraciones de Macron, que sin duda tuvieron su incidencia en los sucesos de Niza y lanzaron a cientos de miles de musulmanes a las calles de docenas de ciudades, también han producido su efecto en la ultra derecha francesa dándole espacio a Marine Le Pen para exigir expulsiones y que se impida la inmigración de ciudadanos provenientes de los países donde se han realizado las protestas anti-francesas. La dirigente del Frente Nacional, (FN) también ha calificado como “actos de guerra” al boicot y las protestas por lo que reclama “una respuesta bélica”. En un mitin realizado en Niza el jueves por la noche, militantes del FN, postularon consignas como: “los musulmanes a su casa”, al tiempo que, en las proximidades de la Basílica, donde hay varios restaurantes de comida magrebí, debieron cerrar por temor a ataques por parte de los “nacionales”.
La cuestión se ha puesto extremadamente tensa con la comunidad islámica francesa que aproximadamente cuenta con unos ocho millones de practicantes los suficiente para controlar a miles de jóvenes como Abuezidovich o Aoussaoui, que pretendan por la suyas vengar tanto oprobio y ofensas a lo largo de la historia por lo que aquellos que han marchado con pancartas de Je suis Charlie Hebdo o Je suis Samuel Paty, tenga que utilizar un todavía más angustiante Je suis le suivant (Yo soy el siguiente).
* Escritor y periodista argentino. Publicado en Línea Internacional
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