Jubilación y paro
No hay salida. O se baja la edad de jubilación a los 55 años o no se acaba con el paro. Como decía aquel (Atahualpa Yupanqui) “que nadie lo tome a mal si hay 1.000 gramos en el kilo”. Para los que se escandalizan con esta propuesta, han de saber que entre 2008 y 2012, se han contabilizado 567.516 jubilaciones anticipadas (4 de cada 10 jubilaciones), las llamadas “bajas no traumáticas” de los ERES de la banca y las grandes empresas.Hemos aceptado, con tímidas protestas, la elevación de la jubilación a los 67 años. Nos la van metiendo poco a poco, cada año 1,6 meses más, hasta que en 2027 se hagan efectivos los 67 años. Sin embargo, la Banca y las grandes empresas han optado por la jubilación efectiva a los 55 años, con lo cual consiguen dos cosas: 1. rejuvenecer la mano de obra en sus empresas, lo que sin lugar a dudas redunda en beneficios añadidos, y 2. cargan al erario público el pago de sus empleados “jubilados”. Las jubilaciones anticipadas suponen el 10% del gasto en pensiones.
En esta última cuestión está “la madre del cordero” (no sé de dónde viene esta expresión ni por qué se entiende que es el aspecto principal): la financiación de las pensiones. De un somero vistazo a los presupuestos de la Seguridad Social para el 2013 se desprende lo siguiente:
El gasto en pensiones será de 108.800 millones (85% del gasto de la Seguridad Social). Son unos 9.000.000 de pensiones (8.181.000 pensionistas, algunos cobran 2 pensiones).
Los ingresos en 2013 serán:
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Millones de €
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Gasto pensiones
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73.500
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68%
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13.100
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12%
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10.800
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10%
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1.050
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1%
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El déficit presupuestado es de 14.600 millones de euros, el año pasado fue de 10.100 millones.
La financiación de las pensiones se basa en gravar los puestos de trabajo, ya sea a los empleadores (hasta 31,6% de lo que pagan), a los propios trabajadores (hasta el 6,35% de lo que cobran) y a los autónomos (el 29,8% de unos baremos voluntarios para la pensión futura). Incluso a los parados se les quita el 5% de su subsidio de desempleo.
No se grava a los beneficios de las grandes empresas que son los grandes beneficiarios del Estado y de la Paz Social.
No se gravan por igual los grandes sueldos, ya que por encima de 3.425 euros mensuales ni el empleador paga nada más a la Seguridad Social ni al perceptor de estos sueldos le quitan porcentualmente nada de lo que gane por encima de esa cantidad.
Tampoco se quitan otros gastos superfluos del Estado para aportar a las Pensiones.
Prolifera el empleo sumergido. En algunos casos, empleador y empleado se ponen de acuerdo para no pagar casi un 40% del coste salarial (32% el patrón y 6,5% el obrero) al Estado, el trabajador –que, como siempre, es el gran perjudicado– no acumula derechos para la jubilación. Seguro que si se bajaran los porcentajes que gravan los puestos de trabajo (por lo menos los de los salarios más bajos), también bajaría el fraude.
Por lo tanto el problema es lograr por otros medios (no sólo de los puestos de trabajo) la financiación necesaria de las pensiones. Incluso ahora se hace al revés: el llamado fondo de Reserva de la Seguridad Social –unos 63.000 millones de euros; el PSOE lo dejó en 67.000, el PP en sólo 1 año lo ha reducido a esos 63.000– se emplea para cubrir la deuda del Estado (despilfarro y corrupción incluidos) y pagar a los grandes bancos americanos, ingleses y alemanes, los abusivos intereses que esta deuda genera.
Volviendo al principio: el desempleo afecta ya al 44% de los menores de 30 años; esto es, 1.800.000 jóvenes (menores de 30 años = 1.000.000 niños + 2.000.000 estudiantes + 2.200.000 activos + 1.800.000 en paro) y al 57% de los menores de 25 años.
Por lo tanto, si los jóvenes de menos de 30 años en paro son 1.800.000, los trabajadores de más de 60 años son 882.000, y los trabajadores de 50 a 59 años son 3.500.000, la solución es rápida y sencilla y se beneficia a los dos colectivos, a los jóvenes sin trabajo y a los veteranos, algunos de los cuales llevan más de 40 años de trabajo a sus espaldas. Cómo financiar esta medida es un problema solucionable, solo hay que ponerse a ello.
Porque lo que no es solucionable es cómo van a acumular los 37 años de trabajo cotizado necesarios para acceder a la jubilación a los 67 años, si a los 30 años todavía no han encontrado trabajo.
La nueva intoxicación mediática [1] es que los jóvenes van a encontrar trabajo fácilmente en el extranjero. Mentira, en el extranjero tampoco se encuentra trabajo. De los españoles que han salido a buscarlo, unos 28.600, han regresado 24.700 sin haber conseguido su objetivo. Y esto es lógico, pues en todos los países hay elevadas tasas de paro, no tanto como aquí pero, al fin y al cabo, hay también más trabajadores que puestos de trabajo.
Mientras tanto, los buitres financieros lanzan nuevos señuelos para captar ingenuos ahorradores, y ponen en marcha los llamados fondos de pensiones, que son ahorros que no puedes tocar aunque sean tuyos, por los que pagas hasta un 2 ó 3% de comisión anual y que están expuestos a pérdidas patrimoniales según los vaivenes del mercado, que ellos, los grandes especuladores, manipulan a su antojo con nuestro propio dinero. En estos momentos unos 8.000.000 de partícipes tienen “secuestrados” por estos piratas unos 54.000 millones de euros. Incluso hay distintas maniobras para implantar un sistema general obligatorio para los asalariados de futuros Planes de Pensiones gestionados por empresas privadas.
En fin, cabe recordar que el derecho a la pensión no es un derecho divino (como casi nada) sino un derecho conquistado (como casi todo).
El Retiro Obrero viene del año 1919, junto con la aplicación de la jornada de 8 horas máximas. Fue conseguido en un periodo de grandes huelgas y luchas obreras, denominado “trienio bolchevique”. Cabe recordar asimismo que el Seguro de Paro Forzoso fue también una conquista del año 1931, de la República.
La solución a la gravísima situación de 6.000.000 de parados, muchos de ellos jóvenes, sólo puede venir con la lucha y la imposición de medidas eficaces para buscar una correcta y suficiente financiación de las pensiones y conseguir la jubilación voluntaria a los 55 años.
[1] Intoxicación mediática fue, por ejemplo, el palabro “mileurista”, tocado de menosprecio hacia una presunta minoría, para hacer creer que la mayoría cobraba más de 1.000 euros, cuando la realidad es que la inmensa mayoría no llega ni de lejos a cobrar esa cantidad.
Viñeta del Roto
