La APORÍA, crónica del día después
Por Joan Martí
El Crash del Yolanda, SLU (Sociedad Limitada Unipersonal) en las elecciones gallegas del 18F-2024, más que un fracaso es una APORÍA que ha dejado descolocado al aparato agit-prop periodístico del Sistema; o sea, una dificultad lógica insuperable en un razonamiento o en su conclusión, que -tras meses y meses de propaganda y fabulaciones- se ha manifestado como una contradicción o paradoja irresoluble.
28171 votos, ha obtenido Sumar en las elecciones gallegas; el 1,90% de los emitidos -Coruña (2,26%), Pontevedra (2,43%), Lugo (0,56%) y Ourense (0,5%)-. Para llegar ahí, designación a dedo y sin primarias de Marta Lois, gallega como la jefa plenipotenciaria del proyecto, -Yolanda-, trasladada a la cabecera de lista desde su portavocía en el Congreso del grupo parlamentario de Sumar; peregrinaje a la Galicia del Apóstol Santiago de Yolanda y de los también ministros Ernest Urtasun, Mónica García, Pablo Bustinduy y Sira Rego y apoyo de otras caras visibles del partido (movimiento o lo que sea) a nivel estatal, como Carla Antonelli, Errejón, Enrique Santiago, Elizabeth Duval, además de portadas amigas de Publico.es y eldiario.es y artículos, recomendaciones y admoniciones de tertulianos tan amigos del proyecto Sumar como enemigos de la competencia (Podemos). Todo estaba bien planificado y publicitado, pero el resultado está a la vista. Y aquí tenemos una demostración empírica de las aporías en la política.
En el ámbito filosófico, una aporía es una proposición sin base lógica, un problema que no puede superarse, o un razonamiento cuya conclusión es un juicio contradictorio. En la realidad, acabamos de ver un ejemplo palpable en los resultados: la voluntad decidida de la progresía mediática desde hace meses + el aparato electoral con las dos lideresas gallegas de pura cepa + el desembarco de ministros y + la ocultación mediática del competidor Podemos = resultado electoral paupérrimo.
A menudo, la aporía significa la conjugación de dificultades lógicas de naturaleza especulativa, y ha sido objeto de debate entre filósofos a lo largo de la historia. El término proviene del griego ἀπορία, que significa “dificultad para el paso”. Los antiguos filósofos griegos, especialmente los académicos, solían expresar su desconcierto ante preguntas sin respuesta y conclusiones sin explicación con la frase “ἀπορέω” (que se traduce como “no se puede a través de esto”), lo que reflejaba su incapacidad para concebir o aclarar ciertos aspectos de la realidad.
Al margen del análisis del comportamiento demoscópico de los diferentes sectores y tendencias del voto político en España, (del bipartidismo y la ventana de Overton, nacionalistas, etc), lo cierto es que en el de la izquierda transformadora nacida tras el 15M hay un nicho bastante definido del voto, siendo inexplicable el error de Sumar al ponerse en contra a los militantes, inscritos y simpatizantes de Podemos a base de despotismo y humillaciones, que era lo peor que podía hacer. Con esos mimbres, el proyecto sumarista no podía prosperar. Acabamos de ver la primera demostración empírica de ello y en unos meses vienen las elecciones vascas y las europeas.
En Catalunya está Encomú, en el PV Compromís, en Galicia el BNG, en Madrid Más Madrid, en Euskadi Bildu y en el resto de IBERIA está el bipartido PP y PSOE, ergo la solución no era fraccionar aún más a la izquierda alternativa intentando por tierra, mar y aire destruir a Podemos y a su esfera de influencia, social, política y electoral mediante la promoción inamistosa y agresiva de un nuevo partido (movimiento o lo que sea) de una líder-Yo-partido cuyos votos en su propia tierra parece que caben en una bolsa de Mercadona (o de Zara)
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