La caída de USAID deja al descubierto una gigantesca red de medios “independientes” financiados por EEUU

La caída de USAID deja al descubierto una gigantesca red de medios “independientes” financiados por EEUU

Por Alan Macleod*
Traducido por Cecilia Remis para LQS

La decisión de la administración Trump de congelar la financiación de USAID ha sumido en una crisis a cientos de los llamados “medios de comunicación independientes”, dejando al descubierto así una red mundial de miles de periodistas que trabajan para promover los intereses estadounidenses en sus países de origen

A finales de enero, el presidente Trump, con la ayuda del director del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, empezó a aplicar cambios radicales en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), argumentando que su labor de promoción de causas liberales y progresistas era un inmenso desperdicio de dinero. El sitio web y la cuenta de Twitter del grupo desaparecieron en medio de especulaciones generalizadas sobre si dejará de existir o se integrará al Departamento de Estado de Marco Rubio.

La suspensión de la ayuda provocó inmediatamente una conmoción en todo el planeta, sobre todo en los medios internacionales, muchos de los cuales, aunque sus lectores lo desconozcan, dependen totalmente de la financiación de Washington.

En total, USAID dedica más de 250 millones de dólares al año en formar y financiar una enorme y creciente red de más de 6.200 periodistas en casi 1.000 medios de comunicación u organizaciones periodísticas, todo ello entrando en el epígrafe de promover “medios independientes”.

Cuando el grifo del dinero se ha cerrado inesperadamente, los medios de comunicación de todo el mundo están entrando en pánico, recurriendo a sus lectores en busca de donaciones y, de ese modo, dejando al descubierto que no son más que fachadas del poder estadounidense.

Los medios de comunicación al paro: la crisis de tesorería golpea con fuerza

Tal vez el país más afectado por este repentino cambio de política sea Ucrania. Al criticar la decisión, Oksana Romanyuk, directora del Instituto de Información de Masas de Ucrania, reveló que casi el 90% de los medios de comunicación del país están financiados por USAID, incluidos muchos que no tienen otra fuente de financiación.

Olga Rudenko, redactora jefe de Kyiv Independent (un medio que, según reveló anteriormente MintPress, recibe fondos de Washington), también denunció la decisión. El mes pasado, escribió que la congelación de fondos por parte de USAID es una amenaza mayor para el periodismo independiente ucraniano que la pandemia de COVID-19 o la invasión rusa. Desde entonces, Kyiv Independent ha pedido a sus lectores que apoyen una campaña de financiación para mantener con vida a los medios ucranianos pro-estadounidenses. Otros grandes medios ucranianos, como Hromadske y Bihus.Info, han hecho lo mismo.

Los medios antigubernamentales cubanos se han visto sumidos en una situación similar. CubaNet, con sede en Miami, publicó un editorial pidiendo dinero a sus lectores. “Nos enfrentamos a un desafío inesperado: la suspensión de la financiación clave que sostenía parte de nuestro trabajo —escribieron—, si valora nuestro trabajo y cree en nuestra labor de mantener viva la verdad, le pedimos su apoyo”. El año pasado, CubaNet recibió 500.000 dólares en financiación de USAID para involucrar a “la juventud cubana de la isla a través de un periodismo multimedia objetivo y sin censura”. Sin embargo, una persona con espíritu crítico que visite su web, encontrará poco más que argumentos anticomunistas.

El Diario de Cuba, con sede en Madrid, también atraviesa una situación desesperada. El pasado fin de semana, su director, Pablo Díaz Espí, señaló que “se han suspendido las ayudas al periodismo independiente por parte del gobierno de Estados Unidos, lo que dificulta nuestro trabajo”, para luego pedir a los lectores que se suscriban. Desde la Revolución cubana de 1959, Estados Unidos ha dedicado cantidades ingentes de dinero a financiar redes mediáticas en un intento de derrocar al gobierno. Solo entre 1985 y 2013, Radio y TV Martí recibieron más de 500 millones de dólares de dinero de los contribuyentes.

Samantha Power, entonces directora de USAID, visita una exposición de equipos militares rusos destruidos en Kiev, Ucrania. Octubre de 2022. Foto | AP

En todo el mundo, la congelación de la financiación de USAID ha puesto a ciertos medios en peligro inmediato de cierre. Las organizaciones birmanas ya han comenzado a despedir a personal. Se cree que unos 200 periodistas reciben pagos directos de USAID. “Estamos luchando por sobrevivir”, dijo a Voice of America Wunna Khwar Nyo, editora en jefe de Western News. “No puedo imaginar [cómo se las arreglará la gente] sin un salario para pagar el alquiler”, afirmó con preocupación Toe Zaw Latt, del Consejo de Prensa Independiente de Myanmar.

Una encuesta reciente realizada a 20 importantes medios de comunicación bielorrusos reveló que nada menos que el 60% de sus presupuestos proviene de Washington. Al hablar sobre la congelación de la financiación de USAID, Natalia Belikova, del Press Club Belarus, advirtió: “Corren el riesgo de desaparecer gradualmente”.

En Irán, los medios de comunicación apoyados por Estados Unidos ya han tenido que despedir a trabajadores. Un informe de la BBC persa señaló que más de 30 grupos iraníes celebraron una reunión de crisis para discutir cómo responder a los recortes de la ayuda.

Al igual que en Irán, los medios de comunicación nicaragüenses que se oponen al gobierno dependen en gran medida de los subsidios que reciben de Washington. Nicaragua Investiga, una organización respaldada por Estados Unidos, condenó la decisión de Trump como un “golpe serio” contra unos medios de comunicación que “dependen en gran medida del apoyo financiero y técnico que les brindan agencias como USAID”.

Otro país que recibe abundante dinero de las ONG occidentales es Georgia. El 30 de enero, Georgia Today señaló que la financiación de USAID ha sido una “piedra angular” del país desde su independencia. Advirtió que muchas organizaciones cerrarían sus puertas de inmediato y para siempre sin el flujo constante de dinero.

Han surgido informes similares en SerbiaMoldavia y en toda América Latina. Mientras tanto, los usuarios de las redes sociales han notado que muchas de las voces anti-China más prominentes en sus respectivas plataformas han quedado extrañamente en silencio desde el cierre.

USA financiando revoluciones de colores -China Daily

Medios de comunicación “independientes” por cortesía del gobierno de Estados Unidos

Por lo tanto, los recortes a USAID han puesto de relieve que Estados Unidos ha creado conscientemente una vasta matriz que abarca a miles de periodistas en todo el mundo, todos ellos produciendo contenido pro-estadounidense.

Sin embargo, al hablar de los recortes de la USAID, los medios hegemónicos han insistido en describir a estos medios como “independientes”. “Los medios independientes en [la] ex Unión Soviética están a punto de verse afectados por el cierre temporal de una agencia clave de los EEUU”, escribió el Financial Times. “Desde Ucrania hasta Afganistán, las organizaciones de medios independientes en todo el mundo se están viendo obligadas a despedir personal o cerrar después de perder la financiación de la USAID”, dijo The Guardian a sus lectores. Por su parte, The Washington Post se inclinó por “Los medios independientes en Rusia y Ucrania pierden su financiación con la congelación de la USAID”. Tal vez lo más notable es que incluso organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) hicieron lo mismo. Clayton Weimers, director ejecutivo de RSF US, comentó: “Las salas de redacción y las organizaciones de medios sin fines de lucro ya han tenido que cesar sus operaciones y despedir personal. El escenario más probable es que después de la congelación de 90 días, desaparezcan para siempre”.

Ya existe un serio problema en el discurso moderno con el término “medios independientes”, una frase que se define comúnmente como cualquier medio de comunicación, sin importar cuán grande sea el grupo mediático, que no sea propiedad del Estado ni esté financiado por él (como si esa fuera la única forma de dependencia o control a la que están sujetos los medios). Pero incluso con este listón tan bajo, todos estos medios fracasan. De hecho, la advertencia de Weimers subraya el hecho de que ninguno de ellos es independiente en ningún sentido. De hecho, dependen completamente de USAID para su propia existencia.

No sólo eso, sino que algunos periodistas respaldados por USAID admiten con franqueza que su financiación determina su producción y qué historias cubren y cuáles no. Leila Bicakcic, directora ejecutiva del Centro de Periodismo de Investigación (una organización bosnia apoyada por USAID), admitió ante las cámaras que “si recibes financiación del gobierno de Estados Unidos, hay ciertos temas que simplemente no abordarías, porque el gobierno de Estados Unidos tiene intereses que están por encima de todos los demás”.

Aunque la USAID se dirige específicamente a públicos extranjeros, gran parte de sus mensajes vuelven a Estados Unidos, ya que esos medios extranjeros se utilizan como fuentes creíbles, independientes y fiables para que los periódicos o las cadenas de noticias por cable las citen. Por lo tanto, su financiación de medios extranjeros termina inundando también a las audiencias nacionales con mensajes pro-estadounidenses.

Aunque la prensa puede estar lamentando la desaparición de los medios de comunicación respaldados por USAID, no es esa la opinión de muchos jefes de estado. “Llévese su plata —dijo el presidente colombiano Gustavo Petro—, es veneno”.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, compartió un raro momento de acuerdo con Petro. “La mayoría de los gobiernos no quieren que los fondos de USAID lleguen a sus países porque entienden dónde termina realmente gran parte de ese dinero”, escribió, y explicó que:

Aunque se promocionan como ayuda al desarrollo, la democracia y los derechos humanos, la mayoría de estos fondos se canalizan hacia grupos de oposición, ONG con agendas políticas y movimientos desestabilizadores. En el mejor de los casos, tal vez el 10% del dinero llega a proyectos reales que ayudan a las personas necesitadas (hay casos de ese tipo), pero el resto se utiliza para alimentar el disenso, financiar protestas y socavar a las administraciones que se niegan a alinearse con la agenda globalista”.

USA financiando periodismo cubano – Granma

Controlando la narrativa

La USAID influye en los medios de comunicación globales de maneras mucho más profundas que simplemente patrocinando a los medios de comunicación. El pasado mes de marzo, un documento de 97 páginas de la USAID fue obtenido en virtud de la Ley de Libertad de Información.

El documento reveló una vasta operación para censurar y suprimir amplios sectores de Internet, incluidos Twitch, Reddit, 4Chan, Facebook, Twitter, Discord y sitios web de medios alternativos. Allí, se lamentaba USAID, los usuarios han podido construir comunidades para crear “experiencia populista” y desarrollar opiniones y puntos de vista que desafían las narrativas oficiales del gobierno estadounidense.

Aunque su justificación interna era detener el flujo de información errónea y desinformación, USAID parecía especialmente preocupada por la “malinformación”, un concepto que define como un discurso que es factualmente correcto pero “engañoso” (es decir, verdades molestas que el gobierno estadounidense preferiría que el público no supiera).

Entre los métodos que USAID describe para reprimir a los medios independientes se encuentra el que denomina “alcance publicitario”, que en realidad consiste en amenazar a los anunciantes para que corten sus vínculos con sitios web más pequeños y así estrangularlos económicamente.

El informe deja claro que su principal preocupación no es China ni Rusia, sino su población interna:

Los debates sobre la desinformación y la información errónea suelen girar en torno a la hipótesis de que los actores estatales son los responsables de la cuestión. Sin embargo, la información problemática suele tener su origen en redes de sitios alternativos y en individuos anónimos que han creado sus propios espacios en línea de “medios alternativos”.

USAID sugiere dirigir al público hacia las fuentes de información hegemónicas tradicionales e “inocularlo psicológicamente” contra hechos inconvenientes que desafían el poder de EE.UU. “desmintiendo” la información antes de que la gente la vea. El desmentido incluye “desacreditar la marca, la credibilidad y la reputación de quienes hacen acusaciones falsas”, en otras palabras, un ataque dirigido por el estado contra los medios alternativos y críticos con el gobierno de EEUU El informe completo –y una investigación de MintPress News sobre el tema– puede leerse aquí.

Sin embargo, USAID está lejos de ser la única institución gubernamental que intenta controlar las narrativas globales. La Fundación Nacional para la Democracia (que al parecer también está en la mira de Musk y DOGE) también patrocina medios de comunicación de todo el mundo.

Entretanto, el Departamento de Defensa cuenta con un gigantesco ejército clandestino de al menos 60.000 personas cuyo trabajo consiste en influir en la opinión pública, la mayoría de ellas desde sus teclados. Un artículo de 2021 de Newsweek describió la operación como “la fuerza encubierta más grande que el mundo haya conocido jamás” y advirtió que este ejército de trolls probablemente estaba violando el derecho nacional e internacional.

Los archivos de Twitter pusieron al descubierto aún más los oscuros manejos del Departamento de Defensa. Demostraron cómo el Departamento de Defensa colaboró con Twitter para llevar a cabo un proyecto de influencia dirigido por Washington en todo Medio Oriente, incluso cuando la aplicación afirmó que estaba trabajando para clausurar operaciones de desinformación respaldadas por extranjeros.

Por otra parte, las investigaciones de MintPress News han revelado cómo las cúpulas de las principales aplicaciones de redes sociales, como FacebookTwitterGoogleTikTok y Reddit , están llenas de exfuncionarios de la CIA, USAID y otras agencias de seguridad nacional.

Además, grupos con sede en Estados Unidos que tienen estrechos vínculos con el gobierno, como la Fundación Ford, la Fundación Open Society y la Fundación Bill y Melinda Gates, otorgan enormes subvenciones a periodistas y medios de comunicación extranjeros.

Una organización sospechosa

Algunos podrían preguntarse cuál es el problema de recibir dinero de USAI, para empezar. Los partidarios de la organización dicen que hace mucho bien en todo el mundo, ayudando a vacunar a los niños o proporcionando agua potable. Viendo la web de la organización (ahora desaparecida), uno concluiría que se trata de un grupo caritativo que promueve valores progresistas. De hecho, muchas personas en la derecha conservadora parecen haber tomado esta apariencia progresista al pie de la letra. Al explicar su decisión de cerrar la organización, Musk la describió como un “nido de víboras marxistas de izquierda radical que odian a Estados Unidos”.

Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la verdad. En realidad, desde sus inicios, USAID ha puesto en la mira sistemáticamente a los gobiernos de izquierda y no alineados, en particular en América Latina, África y Asia.

En 2021, USAID fue un actor clave detrás de la fallida “revolución de colores” (una insurrección pro-EE.UU.) en Cuba. La institución dedicó millones de dólares a financiar y capacitar a músicos y activistas en la isla, organizándolos como fuerza revolucionaria y anticomunista. USAID ofrecía hasta 2 millones de dólares por subvención a los solicitantes, para luego señalar que “los artistas y músicos han salido a las calles para protestar contra la represión gubernamental, produciendo himnos como ‘Patria y Vida’, que no solo ha generado una mayor conciencia mundial sobre la difícil situación del pueblo cubano, sino que también ha servido como un grito de guerra para el cambio en la isla”.

USAID también ha creado una serie de aplicaciones encubiertas destinadas a provocar un cambio de régimen. La más notoria de ellas fue Zunzuneo, a menudo descrita como el Twitter de Cuba. La idea era crear una aplicación de mensajería y noticias exitosa para dominar el mercado cubano y luego alimentar lentamente a la población con propaganda antigubernamental y dirigirla hacia protestas y “movilizaciones digitales” destinadas a desencadenar una “revolución de colores”.

En un esfuerzo por ocultar que encabezaba el proyecto, el gobierno estadounidense celebró una reunión secreta con el fundador de Twitter, Jack Dorsey, para convencerlo de que invirtiera en él. No está claro en qué medida ayudó Dorsey, si es que lo hizo, ya que se ha negado a hablar sobre el tema.

Empleados de USAID junto con políticos y activistas se congregan frente al Capitolio en Washington DC para protestar contra los recortes de fondos a USAID, 5 de febrero de 2025. Foto | AP

En 2014, el programa cubano de USAID volvió a quedar al descubierto. Esta vez, la organización había estado realizando talleres falsos de prevención del VIH como tapadera para reunir información y reclutar una red de agentes en la isla.

En Venezuela, la USAID también ha servido como fuerza para el cambio de régimen. Estuvo íntimamente involucrada en el fallido golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, financiando y entrenando a los principales líderes del golpe en el período previo a la insurrección. Desde entonces, ha intentado constantemente subvertir la democracia venezolana, incluso financiando al autoproclamado presidente Juan Guaidó. Incluso estuvo en el centro de una desastrosa maniobra en 2019, cuando unos personajes financiados por Estados Unidos intentaron introducir en el país camiones llenos de “ayuda” patrocinada por la USAID, solo para prender fuego a la carga y culpar al gobierno.

En un intento de acabar con la amenaza del socialismo, se sabe también que los agentes de la USAID enseñaron técnicas de tortura a dictaduras de derechas en América Latina. En Uruguay, Dan Mitrione, de la USAID, enseñó a la policía a utilizar electricidad en distintas zonas sensibles del cuerpo, a utilizar drogas para inducir el vómito y a utilizar técnicas avanzadas de tortura psicológica. Mitrione quería hacer demostraciones con sujetos vivos, por lo que secuestraba a mendigos de las calles y los torturaba hasta matarlos.

La tristemente célebre policía guatemalteca, cómplice del genocidio de la población maya en el país, también dependía en gran medida de la USAID para su formación. En 1970, al menos 30.000 agentes de policía habían recibido formación contrainsurgente, organizada y financiada por la USAID.

La USAID estuvo aún más implicada en el genocidio en Perú en la década de 1990. Entre 1996 y 2000, el dictador peruano Alberto Fujimori ordenó la esterilización masiva forzada de 300.000 mujeres, en su mayoría indígenas. La USAID donó unos 35 millones de dólares al programa, que ahora se reconoce ampliamente como genocidio. Ningún funcionario estadounidense se ha enfrentado a consecuencias judiciales.

Los orígenes de la USAID se remontan a 1961, una época en la que los movimientos de liberación nacional en América Latina, África y Asia luchaban por la independencia (y la conquistaban). Las revoluciones progresistas, como la de Cuba, inspiraban al mundo, y los estados comunistas, como la URSS, se desarrollaban rápidamente y desafiaban el dominio de los Estados Unidos.

La USAID se creó como contrapeso a todo esto, en un intento de apuntalar a los gobiernos conservadores y pro-estadounidenses y debilitar o redirigir a los más radicales. Desde su creación, ha trabajado en estrecha colaboración con la CIA.

En 1973, el senador Ted Kennedy escribió una carta a la CIA, preguntándole directamente si utilizaban a USAID para llevar a cabo operaciones en el sudeste asiático. El propio secretario de Estado Henry Kissinger respondió afirmativamente. Por esa razón, el exoficial de la CIA John Kiriakou calificó a USAID como poco más que un “brazo propagandístico de la agencia”.

Sorprendentemente, The New York Times publicó una evaluación similar. En 1978, su corresponsal, AJ Langguth, escribió que las “dos funciones principales” del programa global de entrenamiento policial de USAID eran permitir a la CIA “colocar hombres en la policía local en lugares sensibles de todo el mundo” y traer a Estados Unidos “los mejores candidatos para ser empleados de la CIA”.

Hoy, la institución se presenta como un intento de empoderar a la sociedad civil para que tome la iniciativa en la promoción de la democracia, pero, como escribió el fundador de WikiLeaks, Julian Assange , en los últimos cincuenta años los actores auténticos de la sociedad civil, como las iglesias y los sindicatos, se han vaciado, dejando sólo centros de investigación y ONG artificialmente creados, “cuyo propósito, debajo de toda la verborrea, es ejecutar agendas políticas por delegación”.

En medio del pánico que generó el cierre, muchas personalidades de USAID se han ido de la lengua y han expresado directamente esa misma opinión. “No es un proyecto de generosidad”, dijo un empleado a Fox News, y agregó: “En esencia esto es una agencia de seguridad nacional”.

Nuestros medios no libres

En definitiva, lo que revela esta historia es que nuestros medios de comunicación no son libres, sino que están dominados por intereses poderosos. Y el más poderoso de ellos es el gobierno de Estados Unidos. Para Washington, controlar el discurso público es tan importante como controlar los mares o los cielos. Por eso invierten miles de millones de dólares en ello.

Esto también explica la reacción cada vez que algún actor desafía el ecosistema mediático dominado por Estados Unidos. En la década de 2000, el ejército estadounidense bombardeó deliberadamente las instalaciones de Al-Jazeera después de que la cadena desafiara la narrativa de Washington sobre las guerras de Iraq y Afganistán. Después de que RT comenzase a ganar terreno en la década de 2010, la red fue demonizada y suspendida. TikTok está al borde de ser prohibido en Estados Unidos, y los medios independientes son constantemente baneados, desmonetizados, difamados y eliminados de plataformas.

Nos gusta pensar que somos librepensadores. Sin embargo, la revelación de que USAID financia una enorme red de periodistas en todo el mundo, que moldean narrativas favorables a los intereses estadounidenses, debería poner de relieve el hecho de que estamos nadando en un océano de propaganda, y la mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de ello. Estados Unidos está gastando miles de millones para promover sus intereses y demonizar a China, Rusia, Cuba, Venezuela y sus otros enemigos, todo en un intento de manipular nuestras realidades.

Aunque parece que la USAID como organización ha desaparecido formalmente y ha quedado absorbida por el Departamento de Estado, el Secretario de Estado Rubio dijo que muchas de sus funciones continuarán, siempre que estén alineadas con el “interés nacional” y no con la “caridad”. Por lo tanto, es probable que no pase mucho tiempo hasta que se vuelva a abrir el grifo del dinero para los medios pro-EE.UU. Sin embargo, la desaparición de la USAID ha hecho al menos una cosa buena: ha dejado al descubierto a amplios sectores de los medios de comunicación globales como lo que son: proyectos de propaganda imperial de los Estados Unidos.

* Nota original: USAID Falls, Exposing a Giant Network of US-Funded “Independent” Media.
Alan MacLeod, es redactor sénior de MintPress News. Después de completar su doctorado en 2017, publicó dos libros:  Bad News From Venezuela: Twenty Years of Fake News and Misreporting  y  Propaganda in the Information Age: Still Manufacturing Consent, así como  varios  artículos  académicos. También ha colaborado con  FAIR.org,  The  Guardian,  Salon,  The Grayzone,  Jacobin Magazine y Common Dreams .
– Traducido por Cecilia Remis para LoQueSomos

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One thought on “La caída de USAID deja al descubierto una gigantesca red de medios “independientes” financiados por EEUU

  1. Según el comunicado del DEPARTAMENTO DE ESTADO DE EE. UU. que refleja las declaraciones de MARCO RUBIO, SECRETARIO DE ESTADO realizadas en el PALACIO NACIONAL DE LA CULTURA de CIUDAD DE GUATEMALA (GUATEMALA) el 5 DE FEBRERO DE 2025, USAID no desparecerá. Se reestructurará. https://www.state.gov/translations/spanish/declaraciones-del-secretario-de-estado-marco-rubio-en-una-rueda-de-prensa-conjunta-con-el-presidente-de-guatemala-bernardo-arevalo/.

    El comunicado y las declaraciones tocan muchos temas. Pero recoge algunas sobre el tema de la USAID:
    “Nuestro objetivo para USAID era alinear los programas que lleva a cabo con la política exterior de Estados Unidos. Lo que sería un regalo para nuestros rivales geopolíticos son miles de millones de dólares en ayuda exterior que no está alineada con el interés nacional y la política exterior de Estados Unidos”; Reconoce desviación de los fondos del Organismo: “USAID, se supone que debe recibir directrices políticas del Presidente, el Consejo de Seguridad Nacional y el Secretario de Estado. Y, sin embargo, en las dos últimas décadas, no lo ha hecho y ha ido de mal en peor”.
    Reasignará los fondos a sus “entidades colaboradoras”: “Esto no es una obra de caridad. No son fondos privados. Son fondos de los contribuyentes estadounidenses, y tenemos la obligación de gastarlos sabiamente”….”parte de ese dinero podría liberarse para gastarlo, incluso más dinero, en las verdaderas prioridades reasignándolo”. Y deja bien claro, dado que muchos colaboradores de la política expansionista norteamericana habían temblado pensando que dejarían de recibir esos fondos, sobre todos en los países suramericanos a los que dedicó su primera gira de política exterior como Consejero de Estado (Guatemala, Costa Rica, Panamá,…) que no deben preocuparse:
    “estamos participando abiertamente con misiones de todo el mundo que tienen presencia de USAID para que identifiquen qué programas están llevando a cabo, de modo que podamos definir aquellos que vamos a designar especialmente porque promueven nuestro interés nacional y están alineados con él. Y los que no, no continuarán. No se trata de acabar con la ayuda exterior. Se trata de estructurarla de manera que promueva el interés nacional de Estados Unidos. Y de hecho, como estoy aquí hoy, ya tenemos una idea de cuáles son algunos de esos programas que contribuyen a algunas de las cosas sobre las que hemos conversado hoy aquí”.
    Queda bastante claro. USAID seguirá siendo un instrumento que, ente otra actuaciones como la acción psicológica positiva (positiva para ellos): control de medios, periodistas, Thik Tanks,,,,, servirá para aplicar la “diplomacia cohercitiva estadounidense”. El término, es de acuñación norteamericana.
    Lo que es sorprendente y perverso es que dentro de esa política de actuación se encuentre la manipulación mediante la financiación, de instituciones humanitarias para fines perversos y criminales.
    Algo que pienso debería ser considerado como un crimen de lesa humanidad y un atentado contra los Derechos Humanos. Como tal condenado por las instituciones Internacionales y perseguido por el Tribuna Penal Internacional

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