La corrupción nuestra de cada día: Uruguay
Por Nicolás Centurión*.
La corrupción es una tragedia personal,
una vergüenza familiar
y un golpe a la confianza institucional,
todo a la vez”
Julio Guarteche
Un nuevo escándalo y otro nuevo caso de corrupción en el gobierno son noticia en Uruguay y más que una excepción, viene siendo la regla. Abuso y explotación de menores por parte de un senador, la policía amedrentando a las víctimas, el ministro del Interior montando una investigación paralela para entorpecer a la justicia y un Presidente que miente para proteger a sus amigos.
Se trata esta vez de Gustavo Penadés, senador del Partido Nacional y amigo personal del presidente Luis Lacalle, armador y líder de la lista 71, lista ícono del herrerismo, la línea política que lleva adelante el mandatario y su familia (Luis Alberto de Herrera fue su abuelo).
La fiscal de Delitos Sexuales de 6° Turno, Alicia Ghione imputó a Penadés por once delitos de retribución a la explotación sexual de menores de edad, cuatro delitos de abuso sexual especialmente agravado, tres de abuso sexual agravado y un delito de violación. También se lo acusó por los delitos de desacato, de corrupción de menores y de atentado violento al pudor, todos en régimen de reiteración real y en calidad de autor. Irá a prisión preventiva por 180 días.
Penadés resultó expulsado del Senado de la República por unanimidad y a través del mecanismo que avala el artículo 115 de la Constitución.
Además de lo aberrante del caso y sus implicancias, el ex senador tenía un modus operandi perverso. Abusó de más de una decena de menores vulnerados, muchas veces en extrema pobreza, con retribución de unos pocos pesos. Tenía sus colaboradores y un sistema aceitado de captación de las víctimas. La investigación destapó otro escándalo más de corrupción que implica directamente al Ministerio del Interior y al propio Presidente de la República.
En primera instancia, apenas se hicieron públicas las denuncias sobre este caso, el ministro del Interior Luis Alberto Heber (íntimo del reo Penadés y del presidente Luis Lacalle) declaró que las denuncias eran difamación y brindó su apoyo al acusado. Lacalle por su parte declaró: “le creo a él…hace 30 años que lo conozco y me dijo `yo no hice nada’ . Sería un mal amigo si no le creo».
El cimbronazo político no solo es consecuencia de que Penadés es el primer senador expulsado en la historia uruguaya sino que se descubrió que la cúpula del Ministerio del Interior montó una investigación paralela para amedrentar a las víctimas y obstaculizar a la justicia.
Carlos Taroco, ex jerarca del Instituto Nacional de Rehabilitación, ordenó a policía reunirse con denunciante de Penadés para tener información y ahora será imputado junto con otros policías. También dispuso que se ingrese al Sistema de Gestión de Seguridad Pública para tener datos de las víctimas.
El periodista Eduardo Preve publicó audios donde se escucha a la secretaria de Álvaro Delgado, precandidato a la presidencia por el Partido Nacional, solicitando datos de las víctimas e intentando ubicarlas.
El centroizquierdista Frente Amplio -en la oposición- pidió en la Cámara de Diputados- la renuncia de Heber y el oficialismo contestó que es “oportunismo” y parte de una “puesta en escena.” El presidente, en la misma tónica, declaró que “lamentablemente no le sorprende” y ratificó a Heber en su cargo.
La cuestión se bifurca en dos simples cuestiones: si Heber sabía de la investigación paralela, es un acto de corrupción gravísimo que reviste consecuencias penales. Si no sabía, es de una responsabilidad política mayúscula ya que en sus propias narices los policías hacen y deshacen sin que él se entere.
Como corolario, el presidente Lacalle mintió alegando que fue la policía la que descubrió la investigación paralela, cuestión que echó por tierra con celeridad la Fiscal Ghione.
Un collar de perlas opacas
El caso Penadés y la corrupción en el Ministerio del Interior de Heber se suman a una lista cuasi interminable de escándalos del gobierno de Lacalle. Someramente los repasaremos (y seguramente quede alguna afuera) porque de profundizar, habría que escribir más de un libro.
Podemos empezar por los escándalos que dieron vuelta al mundo.
El Caso Marset: La entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset cuando estaba preso en Dubai. Las mentiras de los ministros en el Parlamento y un caso que aún está abierto.
El Caso Katoen Natie: La concesión de la terminal portuaria de la Cuenca del Plata a la empresa belga Katoen Natie hasta el año 2081. Siendo la única terminal de contenedores especializada de Montevideo. El acuerdo fue a puertas cerradas, sin consulta al Parlamento ni a ninguna institución estatal.
El Caso Astesiano: su guardaespaldas ahora preso, que ofrecía un abanico de servicios non sanctos donde hay involucrados ciudadanos rusos, espionaje a legisladores de la oposición, seguimiento a particulares, etc, etc.
El Caso Caram: Intendente del departamento más al norte de Uruguay, limítrofe con Brasil, con casos de nepotismo escandalosos. Como para rematar, el Presidente Lacalle mostró su apoyo y fue a la fiesta de casamiento del Intendente.
El Caso Salto Grande: donde se acomodaron a 36 ediles de la lista 404 del riñon de Lacalle y se excusó como “un exceso del mecanismo de contratación”.
El Caso Carlos Moreira: Un intendente nacionalista que pedía favores sexuales a cambio de pasantías en la comuna.
El Caso Irene Moreira: La ex ministra de vivienda y esposa del líder del ultraderechista Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, entregaba viviendas “a dedo”. Caso que le costó el cargo.
El Caso Cardoso: El ex ministro de Turismo por el Partido Colorado que contrató una empresa fantasma de publicidad en plena pandemia y le costó el cargo.
El Caso Peña: El ex ministro de Medio Ambiente por el Partido Colorado, mintió con el título universitario que ostentaba.
El Caso UPM: Donde el gobierno modificó los niveles permitidos de contaminación y recientemente la multinacional extinguió un cauce de río y toda su flora y fauna.
El Caso Vertical Skies: Una empresa radicada en Estados Unidos de ex militares uruguayos que espió a través de Astesiano a los senadores frenteamplistas Charles Carrera y Alejandro Sanchez. Lacalle en su momento también dijo que era una puesta en escena de la oposición.
El Caso Cikurel: La pareja del Ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, acusada de formar parte del esquema de lavado de dinero en el Caso Odebrecht.
Podemos agregar el aumento de los homicidios, la violencia y otras “perlitas”, como:
-En tema narcotráfico, pasamos a ser de país de tránsito a país de acopio y hay indicios de un retorno de laboratorios para la producción de cocaína en el país. Barrios cada vez más manejados por los narcos.
-Sin embargo la policía se mete con estudiantes, profesores y sindicalistas que se posicionan en contra de la reforma educativa que ha sido impuesta y de espalda a los trabajadores de la educación.
-El aumento de la pobreza infantil, de las tarifas y el costo de vida.
-La errática política internacional, pendular con China y Estados Unidos, destructiva en el Mercosur.
-Los favores y exoneraciones a los grandes medios de comunicación para robustecer el cerco mediático.
-Facciones de la Coalición Multicolor gobernante que abonan a la teoría de los dos demonios que intentan equiparar el terrorismo de Estado a la guerrilla.
-El pésimo manejo de la sequía, dejando a medio país sin agua potable por dos meses.
-Casos de nepotismo y clientelismo a lo largo y ancho de todo el país.
Los mejores años de tu vida, decía la propaganda de la coalición derechista durante la campaña electoral. En realidad, creo que son los mejores cinco años de su vida.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Asociado al CLAE
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