La deuda local en China: el último sainete occidental

La deuda local en China: el último sainete occidental

Por Pedro Barragán*

Estamos asistiendo a una campaña occidental que trata de difundir la idea de la quiebra económica de China. Es evidente que todas las actuaciones de bloqueo, prohibición y desacoplamiento contra las empresas y la economía china por parte de Estados Unidos y sus países aliados pretenden esta quiebra económica, pero no es menos evidente su fracaso y la buena marcha de la economía china que sigue creciendo a tasas superiores al 5 % y aportando la mayor parte del crecimiento de la economía mundial

Para tapar esta realidad, que contrasta con la recesión económica occidental, se argumenta diciendo: “Crecer al 5,2 % es algo que desearía cualquier país del mundo, pero para China es poco”.

El trasfondo de esta estrategia es tratar de enfriar la inversión extranjera en China.

Una de las últimas campañas de desinformación lanzadas las últimas semanas se refiere a la deuda pública de las administraciones locales de China.

Si abrimos la prensa occidental podemos leer en grandes titulares: “China tiene una ‘deuda oculta’ en su administración local de 57 billones de yuanes”, (El Economista). “¿Puede China solucionar su crisis de deuda local de billones de dólares?”, (Bloomberg). “China ya no puede ‘extender y fingir’ la deuda municipal”, (Reuters). “El dilema de un billón de dólares de China: la ‘deuda oculta”‘de los gobiernos locales”, (Nikkei Asia). “La deuda de los gobiernos locales que amenaza la economía de China”, (Financial Times). “La tambaleante montaña de deuda local de China, en seis gráficos”, (The Wall Street Journal).

Todas estas informaciones tendenciosas además de buscar generar alarma sobre la economía china utilizan, también, muchas de ellas información falsa.

¿Es muy grande la deuda de las administraciones locales chinas?

China, con 1.400 millones de habitantes y su economía pujante, es el país más grande del mundo y todas sus cifras son enormes. Esto se viene utilizando para las campañas de desprestigio occidentales donde podemos habitualmente leer titulares del tipo “China es el país más contaminante del mundo” o “China es el país con más accidentes de trabajo”, afirmaciones ciertas si se toman a nivel absoluto pero radicalmente falsas si se analizan en términos per capita. No se pueden comparar los accidentes de trabajo entre Andorra y China en términos totales, hay que hacerlo por cada 1.000 trabajadores.. China es siempre el país que tiene más de todo lo negativo, pero no se utiliza este mismo criterio absoluto para lo positivo.

En el caso de la deuda local de China, además de este factor de tamaño, juega el hecho de que el sistema fiscal chino es diferente del de los países occidentales. En China, entre otros capítulos, toda la inversión en infraestructuras, que ha sido la base de su espectacular desarrollo económico, se financia principalmente por los gobiernos locales y no por el gobierno central. China es un país mucho más descentralizado fiscalmente que Occidente. Es por esta razón por la que en términos proporcionales la fiscalidad local en China es muy superior a la de los países occidentales. Fiscalidad que se refiere tanto al nivel de gasto, al nivel de ingresos y a la deuda.

Las deudas totales de los gobiernos locales de China se acercan a los 38,75 billones de yuanes (5,31 billones de dólares). Aunque el volumen de deuda acumulada por los gobiernos locales chinos es considerable, se mantiene dentro del límite aprobado establecido por el Congreso Nacional del Pueblo (el Parlamento de China), de 42,17 billones de yuanes.

El PIB de China en 2022 ha sido de 17,2 billones de dólares por lo que esta deuda asciende al 30,9 % del PIB. Sin embargo, la deuda pública total de China (la deuda local + la deuda del gobierno central + la deuda del resto de organismos públicos) asciende tan solo al 77,1 % del PIB, frente al 111,6 de España, el 126,4 % de EEUU (2021), o el 255,37 % del PIB de Japón (2021).

El nivel de deuda pública de China, medida en términos del ratio sobre el PIB, es inferior a los niveles de endeudamiento de las principales economías de mercado desarrolladas. En general, el riesgo de China es bajo y manejable, muy lejos del riego de deuda que están acumulando muchos países occidentales en un momento de fuerte crecimiento de los tipos de interés en Occidente. La exageración comentada de los medios de comunicación no responde a la realidad económica china, sino que utiliza el mayor peso fiscal de las entidades de gobierno locales para echar leña al fuego de la teoría, siempre desautorizada por los hechos, de la inminente quiebra económica de China.

Si nos fijamos en el caso de Estados Unidos, los pagos de intereses anualizados estimados de la deuda pública superaron el billón de dólares a finales de octubre pasado. Esta cantidad se ha duplicado en los últimos 19 meses y equivale al 15,9% de todo el presupuesto federal para el año fiscal 2022, según muestra un análisis de ‘Bloomberg’. Abultada deuda y altos tipos de interés en Occidente contrasta con el mucho más bajo nivel de deuda en China y la reducción de sus tipos de interés por su baja inflación.

Las perspectivas económicas de los gobiernos locales de China

Uno de los argumentos utilizados por los medios occidentales para exagerar la deuda local de China es la desaceleración del mercado inmobiliario.

Las políticas de enfriamiento del sector inmobiliario desarrolladas en los últimos años para evitar la formación de una burbuja inmobiliaria han generado una reducción de las tasas de inversión inmobiliarias. Este enfriamiento ha afectado a las empresas inmobiliarias, aunque ninguna importante ha llegado a la quiebra en China y siguen cotizando en los mercados bursátiles.

Del mismo modo esta ralentización del crecimiento inmobiliario de las ciudades ha reducido uno de los capítulos importantes de los ingresos locales. Reducción de ingresos que ha coincidido en el tiempo con el aumento de los gastos como consecuencia de las actuaciones para mejorar el estado social durante la pandemia.

Estos factores han generado un crecimiento de la deuda local en los últimos años, aun cuando el nivel actual ya indicado se mantiene en unos niveles de riesgo bajos.

Por último y antes de analizar las actuaciones que está realizando China, comentar el concepto de la deuda oculta de las entidades locales.

Ya en los titulares de la prensa occidental que hemos reproducido al comienzo se utiliza este concepto. Básicamente, este concepto se refiere a la deuda de los gobiernos locales no emitida como Deuda Pública o Bonos dentro del presupuesto, sino a la deuda procedente de prestamos bancarios. Ambos conceptos de deuda están incluidos en las cifras de deuda total que hemos indicado anteriormente.

China está actuando para reducir y reestrucuturar la deuda de los gobiernos locales en tres direcciones.

En primer lugar, los grandes bancos estatales están refinanciando la deuda existente de los gobiernos locales con préstamos a más largo plazo a tasas de interés más bajas, incluyendo la posibilidad de realizar extensiones de deuda o nuevos préstamos bancarios para reemplazar los préstamos existentes.

En segundo lugar, los gobiernos locales están reemplazando lo que se han llamado pasivos ocultos (pasivos fuera del presupuesto) por bonos emitidos públicamente. A finales de octubre, más de 20 provincias y regiones de nivel provincial habían emitido más de un billón de yuanes en dichos valores para canjear deuda existente, según informes de los medios.

Y en tercer lugar, el gobierno central ha acordado emitir un billón de yuanes adicionales en bonos del Tesoro antes del 31 de diciembre de este año, y todos los ingresos se transferirán a los gobiernos locales. Esta ampliación del endeudamiento central permitirá a los gobiernos locales no tener que incurrir en deudas fuera de la emitida en Bonos a la vez que se optimiza la estructura de la deuda entre los gobiernos central y provincial. Está previsto utilizar alrededor de 500 mil millones de yuanes en 2023, mientras que la mitad restante se utilizará en 2024.

El sistema de gobierno chino, construido sobre la participación de las personas, de las administraciones y de las empresas implicadas en cada uno de los temas, permite juntar a los gobiernos locales, al gobierno central, al Banco central y a los bancos de propiedad pública para monitorizar la estructura del pasivo financiero público e ir adecuando las medidas económicas al objetivo central de favorecer el crecimiento económico de la nación y de mantener el equilibrio financiero adecuado. Esta participación a todos los niveles junto con una política financiera cautelosa ha permitido el desarrollo económico de China sin los riesgos de provocar las burbujas financieras y de deuda que están padeciendo los países occidentales.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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