La endlösung der palästinensische
Por Guadi Calvo*.
El mundo, sin despeinarse, lleva observando, desde hace por los menos una semana, cómo Israel, una de las principales potencias militares del mundo, vuelve a asesinar, una vez más, alegre y meticulosamente a miles de palestinos
Los que previamente fueron encerrados en una estrecha ratonera de cincuenta y un kilómetros de largo y entre doce y nueve de ancho, limitada por el propio enclave sionista en el este y el norte, Egipto, al sur, y el mar Mediterráneo, al oeste. En ese minúsculo espacio, donde se hacinan o hacinaban 2.3 millones personas, que hace uno de los lugares, más densamente poblados del mundo, con 4110 personas por kilómetro cuadrado.
Mientras, las ¿heroicas? Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), siguen, ahora, en este preciso momento, jugando al tiro al blanco, contra miles de viviendas y aniquilando, con cada disparo, docenas de seres humanos. Inermes, desesperados, sin comida, sin agua y sin combustible, con hospitales desbordados y devastados, sin productos básicos, y ninguna otra salida, para estos “animales humanos”, según los calificó, Yoav Galant, el ministro de defensa sionista, que la de ser abrazados, por el redentor fósforo blanco.
Más de un millón de gazatíes, esencialmente mujeres, ancianos y niños, antes del sábado siete, necesitaban de la asistencia alimentaria de las Naciones Unidas por vía de su oficina en Gaza, la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo). Que además ha establecido escuelas para miles de niños palestinos. Tel Aviv, ya en las primeras horas de sus operaciones, había asesinado al menos a once trabajadores de la UNRWA, entre los que había maestros, médicos, junto a ellos una treintena de niños y una media docena de personal de la Cruz Roja Internacional y de la Media Luna Roja. Entre los que deberán partir se encuentran unos dos mil pacientes, a pesar de que se sabe, que las instalaciones sanitarias prácticamente han dejado de funcionar, por lo que, como lo dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS). “El traslado equivale a una sentencia de muerte”.
En estas condiciones, por fin, Israel, puede avanzar hacia la Endlösung der palästinensische y terminar, de una vez y para siempre, con esa vieja molestia que significo Palestina.
Todo es tan a pedir de boca de Benjamín Netanyahu, que quien todavía insista en no creer que la Operación Inundación de al-Aqsa de Hamas, del pasado sábado siete, no fue permitida y alentada por la inteligencia sionista, es un imbécil patológico o un perfecto hijo de puta. (Ver: La operación de Hamas y un error de cálculo)
La solución final de Israel, no se ha detenido, y mientras continúan las oleadas de bombardeos, aplaudidos y alentados por los Estados Unidos, y el ensamble vocal, de los castratis de la Unión Europea, se ha ordenado al millón cien mil palestinos, que viven en el norte del Gaza, en el término de veinticuatro horas, (lo que a esta hora ya se ha cumplido) que lo abandonen todo, todo es todo, para salvarse de ser enterrados, bajo metros y metros cúbicos de ruinas. Para conseguir ese milagro, se deberán dirigir al sur de la franja, donde nadie sabe qué sucederá con ellos, porque quedarán estancados, junto al paso de Rafah, en la frontera con Egipto, que ya fue prolijamente bombardeado.
Mientras el Cairo, se niega a permitir que accedan a su territorio y tampoco los palestinos masivamente aceptan esa solución, ya que sería una manera de renunciar a sus reclamos que llevan setenta y cinco años.
Nada de todo esto es una novedad para ese pueblo, que desde la Nakba (catástrofe), el gran éxodo obligado de 1948, vive a diario, situaciones similares. Se estima que hasta el día quince los bombardeos en la franja superaban los 2.500 y más de nueve mil heridos, sin alcanzar, todavía, los cinco mil muertos del 2014.
Este desalojo, solo anuncia dos cuestiones, la primera, es la demolición profunda del sector norte, para que más tarde, limpiado el terreno, de escombros y muertos, se ocupe con asentamientos de colonos sionistas. La misma estrategia que desde 1967 se aplica, en la extinta Cisjordania.
Además, con este genocidio, a mediada de las necesidades de Netanyahu, se blanquea la apropiación total de los yacimientos de gas, descubiertos a principios de este siglo, que se extienden en la costa mediterránea entre Gaza, que contaba con el sesenta por ciento, de esas reservas e Israel con los cuarenta restantes.
Todo esto, sucede sin ningún pudor y perfectamente ejecutado a la vista de quien quiera verlo, frente a la pasividad, no solo de occidente, sino también, del mundo árabe-musulmán de la región. (Turquía, Egipto, Iraq, Líbano, Yemen y las monarquías del Golfo Pérsico, más allá de las voces de Siria e Irán), los omisos tendrán tarde o temprano que lidiar y reprimir a sus propios ciudadanos. Muchos de los cuales ya están saliendo a las calles exigiendo una respuesta contundente de sus gobiernos.
Más allá de los “deseos de buena voluntad”, tampoco Rusia y China, frente al exterminio en marcha, se han pronunciado más que como cualquier little sister of charity. Se especula, que Moscú, de manera sutil, está moviendo y construyendo algunas acciones diplomáticas, pero esas construcciones, son siempre mucho más lentas que la aviación judía.
Sin lugar para los débiles
La iluminación alegórica, con los colores de la bandera sionista de la Puerta de Brandenburgo, la Torre Eiffel, el senado brasileño, entre otros edificios, hablan claramente de qué lado están estas sociedades, y que esperar de ellas, a la hora final de una nación milenaria. Aunque hasta ahora se ignora de qué manera van a homenajear al “pueblo elegido” cuando por fin los miles de soldados sionistas, listos en la frontera de Gaza, para penetrar por tierra en pos de una carnicería que será memorable.
La que, según funcionarios de Tel Aviv, se demora por las malas condiciones climáticas. Las que mermarían la capacidad de la aviación, para dar cobertura a la infantería, una vez dentro de la franja.
Se conoció que durante los primeros días de la semana pasada las FDI, convocó a unos 360 mil reservistas que tendrán que extremar su seguridad, porque si alguna verdadera se ha dicho, desde que estalló, fue por parte de Ehud Olmert, ex primer ministro israelí, que advirtió: “todo lo que puedas imaginar y cosas peores esperan a las tropas israelíes dentro de Gaza”, porque la historia ha demostrado que la resistencia palestina, no se va a entregar sin luchar.
Además de que Washington, está preocupado, debido a la falta de una estrategia adecuada y un plan coherente por parte de Israel, para la invasión terrestre. Cómo también el temor norteamericano de que la operación terrestre, que llevará a una guerra regional, que le abra varios frentes a Israel.
Algunos medios de comunicación israelíes, como el Canal 10, indicaron que existen disputas dentro del FDI, provocados por una epidemia de deserciones masivas entre soldados y comandantes que se han expresado en contra de participar en la guerra.
También, según el periódico Israel Hayom, los reservistas se han quejado de escasez de equipamiento y deficiencias en los preparativos del ejército.
Por su parte, el sábado catorce, las Brigadas al-Qassam, el brazo militar de Hama, publicó un vídeo en el que se muestra un gran número de combatientes, con el equipo completo, anunciado: “Esto es lo que les espera en Gaza”.
Más allá de amenazas, y a pesar del heroísmo que el pueblo palestino ha demostrado en los setenta y cinco años de ocupación anglo-sionista, el potencial armamentístico y tecnológico de Israel, que además cuenta con el total apoyo de Estados Unidos y la OTAN, hacen prácticamente imposible su supervivencia.
Si los sionistas atenúan la matanza prometida, todo el episodio, tras la Operación Inundación de al-Aqsa, será superado más allá de los varios miles de muertos gazatíes y la disección de la mitad del actual territorio de Gaza. Si Israel se excede y va por todo, como es la voluntad de la banda de Netanyahu, los países musulmanes de la región, con sus más y sus menos, no tendrán otra posibilidad que incrementar el conflicto.
Mientras tanto, tendremos que estar atentos, a que se reactiven las acciones contra judíos y atlantistas, como ya sucedió estos últimos días en Alejandría (Egipto), donde un policía, por la propia, atacó a un grupo de turistas israelíes, matando a dos e hiriendo a varios más. Y en la ciudad de Arras, norte de Francia, que el pasado viernes trece, a la voz Allahu Akbar (Dios es grande), un joven de veinte años, Mohammed Mogouchkov, originario de Ingushetia, una las veinticuatro repúblicas de la Federación de Rusia, en el Cáucaso Norte, asesinó a un profesor además de herir a otras dos personas. Tras este último hecho, y las amenazas contra el Louvre y Versalles, el gobierno ordenó el despliegue de siete mil policías, para prevenir el contagio de acciones, que puedan recordar al 2015.
Mientras nos preparamos para más muertes y terror, convirtiéndonos todos en un blanco móvil y la endlösung der palästinensische (solución final de la cuestión palestina), continua…
* Escritor y periodista argentino. Publicado en Línea Internacional
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