La Europa amurallada y el sufrimiento de los refugiados
Antoni Puig Solé*. LQSomos. Septiembre 2015
No hay palabras para describir lo que está sucediendo en las fronteras de Europa. La imagen del niño sirio encontrado en la costa de Turquía, es sólo una de las muchas expresiones violentas de la naturaleza salvaje del capitalismo.
Los “valores europeos”, los “Derechos del Hombre”, la “Carta de derechos fundamentales de la UE” son palabras vacías. La realidad es que Europa se ha transformado en una de las regiones más hostiles del mundo para los inmigrantes, los refugiados y los extranjeros. Libre circulación de capitales (y de armas) amurallada para impedir la circulación de personas.
Sobre el papel, la UE ha construido su política migratoria a partir de tres principios: integración, lucha contra la inmigración clandestina y acogida de refugiados. Pero el papel lo soporta todo. La realidad es que la mayor parte de los recursos se han destinado a la lucha contra la llamada inmigración ilegal y se han olvidado de la integración y de la acogida de refugiados.
Ahora, los discursos de los gobernantes no son otra cosa que las lágrimas de unos cocodrilos prepotentes e imperialistas que han bombardeado y expoliado durante años las zonas de donde proceden las víctimas. Ya no pueden ocultar más su total responsabilidad.
Las intervenciones militares directas en Afganistán, Irak y Libia e indirectos en Siria, no se hicieron para exportar la “democracia”. Eran un intento del imperialismo de Estados Unidos y sus aliados en la región para imponer una nueva configuración geopolítica, capaz de mantener y ampliar su dominio sobre todo el planeta. Los más cínicos a la hora de apoyar este tipo de acciones imperialistas, son, a la vez, los más hostiles a los inmigrantes y refugiados.
Debemos decir bien fuerte que lo que los imperialistas están haciendo desde hace años en Siria, no tiene nada que ver con la intervención “humanitaria” y con la democracia. No ha hecho más que empeorar la situación en ese país. Aprovechando el caos creado, los grupos de “rebeldes” se han multiplicado para captar el dinero de occidente, y varios grupos islamistas reaccionarios han hecho su agosto y han podido llevar a cabo su barbarie.
Esto es lo que impulsa a miles de personas a arriesgar sus vidas para escapar de las bombas y las atrocidades. Miles de muertos, millones de desplazados dentro del país y en los países vecinos (Turquía, Líbano y Jordania) desde el inicio de la guerra, es la consecuencia directa de esta situación. Los refugiados sirios que llegan a diario en Europa son una fracción de todo este crimen. Y Europa no es probablemente el área que absorbe más refugiados sirios, iraquíes o afganos.
A la vez, miles de personas cruzan el Mediterráneo para llegar a Europa y una parte de ellas mueren en la travesía. Muchos parten de Libia que sigue siendo un país devastado por el conflicto armado que incendió occidente y que tan cínicamente se defendía desde las televisiones, incluida (o especialmente) TV3 e incluso desde algunos grupos de izquierda que entonces perdieron el norte.
Miles de inmigrantes también están huyendo de la pobreza, especialmente en África subsahariana. Es precisamente una región donde el imperialismo ha jugado un papel devastador durante siglos.
Los gobernantes encuentran todo tipo de pretextos, para negar a miles de personas el derecho a circular por el territorio. Esta prohibición de acceso es una de las principales razones por la que aumenta el número de muertes entre las personas que están tratando de llegar al continente europeo. Es la política de los estados xenófobos lo que lleva a las personas a arriesgar sus vidas.
Tenemos que abrir las fronteras de inmediato y dar la bienvenida a todos los inmigrantes, sin restricciones; huyen de las guerras y de la pobreza. No hay otra manera de acabar con el tráfico de personas y sobre todo con la barbarie de los muertos.
Pero las gentes de izquierdas, a la vez, tenemos que hacer otra cosa: ¡acentuar el combate antiimperialista!