La gerontocracia vaticana pasea por Insulindia y Oceanía

Por Nònimo Lustre

Ese Papa (87) que se hace llamar Francisco aunque, por estar alistado en la Compañía de Jesús, mejor le cuadraría Ignacio, lleva un par de días en Jakarta, capital de una Indonesia o Insulindia ex colonizada por los Países Bajos. Oficialmente, Indonesia es un país laico cuya absoluta mayoría es islámica (250 millones de almas, cerca del 90% de la población) pero, obviamente además del Islamismo, reconoce otras seis religiones: Budismo, Hinduismo, Confucianismo, Catolicismo (8 millones, 03%, del total) y Protestantismo (08 %, hay más del doble de protestantes que de católicos) En 2017, el tribunal Constitucional falló que religión y belief (creencia en castellano, kepercayaan en bahasa indonesio o ‘malayo unificado’) eran equiparables de manera que ‘legalizó’ sin oficializarlas otras congregaciones como Aliran, Judaismo, Zoroastrismo, Shintoismo y Taoismo.

Los neerlandeses concentraron su poder en Batavia, entonces una pequeña ciudad portuaria. No previeron que, al independizarse años después “el archipiélago malayo” (AR Russel dixit), se convertiría en una megalópolis. Tampoco previeron que, situada en una planicie al nivel del mar, irónicamente acabaría siendo una Ámsterdam tropical solo que con pestíferas cloacas en lugar de canales. Por ello, ahora los indonesios están construyendo en la ex remota isla de Kalimantan (Borneo) una nueva capital: Nusantara. La idea no es original puesto que, hace más de medio siglo, ya se materializó en Brasilia y, más recientemente, en otras capitales instaladas sobre la nada como Abuya (Nigeria), Yamasukro (Costa de Marfil) o Nursultán (Kazajistán)

Eso en cuanto a la antigua Batavia, por encima de las cloacas, hubo algo peor: en lo que atañe a la explotación colonial, nada la distinguió de otras esclavitudes a la europea con la ‘pequeña’ diferencia de que nadie la denunció -salvo la honrosa excepción de Multitulli (Dekker Dowes) quien, ¡en 1860!, denunció en su obra Max Havelaar la atroz esclavitud que los cristianísimos neerlandeses infligían de los campesinos de Java.

Las cloacas de Yakarta: no se pueden sepultar porque el metano haría que estallaran. Foto AP.

En esta Ámsterdam insalubre, el Papa se ha reunido con otros gerontes buscando (oficialmente) una fe pluri-religiosa que sirva de base para emprender una ofensiva unitaria contra el enemigo. ¿Qué enemigo?: pues el que los susodichos gerontes prioricen en cada instante pero, como la demencia senil es variopinta, inestable e inconsistente, hoy pueden ser el ateísmo o el aborto y mañana el consumismo o el socialismo. Pero, según fuentes vaticanas, el Papa hablará de la ‘deshumanización’, de la violencia y el conflicto contra las mujeres y los niños, sobre la degradación ambiental. Y sobre un tema que afecta directamente a Jakarta: la subida del nivel del mar que incide espacialmente en la polución de esa hipercontaminada megalópolis. Para el gobierno indonesio, esta visita es un ejemplo de la diversidad religiosa de la que constantemente se enorgullece Indonesia. Para Michel Chambon, teólogo y antropólogo de Singapur, lo fundamental es comenzar un diálogo entre musulmanes y cristianos -siempre quejosos de la discriminación que sufren en el archipiélago de las 17.000 islas.

Sea cual fuere el discurso pontifical, desde Jakarta el Papa visitará el vecino país de Papua New Guinea, con la ciudad de Vanimo sorprendentemente incluida en su agenda para el domingo 06 sept. Desde hace décadas, Vanimo alberga el mayor campo de refugiados de West Papua, ergo sería impensable que el Papa no los mencione pero ya sabemos que el pensamiento plebeyo no alcanza nunca al pensamiento (es un decir) vaticano. Después, hollará East Timor (en puridad, Timor Lorosae), país lusófono que consiguió independizarse de Indonesia tras una guerra asimétrica que Jakarta perdió pese a haber perpetrado uno de los mayores genocidios de la segunda mitad del siglo XX.

West Papua

Pese a que alberga Freeport, la mayor mina de oro del mundo, WP es la provincia menos desarrollada (26% de pobreza absoluta frente al 09% nacional) y la más ‘cristianizada’, todavía no hemos oído que el Papa haya pronunciado en Jakarta la palabra tabú: West Papua (antes Irian Jaya) Anteriormente, tampoco habíamos escuchado que, además de las muchas religiones ‘legalizadas’ por el Tribunal Constitucional antes citado, se mencionaran las muchas religiones de los muchos pueblos indígenas que subsisten a duras penas en Indonesia. Entre todas ellas, la más tabú es la de los pueblos papúas. Y por un notorio motivo: porque los papúas de ese último rincón del archipiélago se opusieron rotundamente a todas las invasiones, las actuales y las anteriores (desde los alemanes y los neerlandeses hasta los japoneses y los ‘Aliados’ occidentales y, por supuesto, los ‘malayos’)

Por limitarnos a los indonesios, señalamos que su invasión es bifronte: militar y migratoria. Desde los años 1970’s, los primeros arremeten contra los indígenas usando bayonetas recubiertas con alambre de espino recalentado mientras que los segundos, materializados en el infame programa Transmigrasi, inundan las tierras bajas con colonos ‘malayos’ con lo cual consiguen que los papúas deban refugiarse en las montañas. En cuanto a los números oficiales de la mortandad causada por la represión, desde hace dos años, han sido asesinados 782 papúas y más de 60.000 han sido deportados a otras regiones. La ejecución ilegal más reciente ocurrió el 05 agosto, cuando los milicos asesinaron al piloto de helicóptero Malcom Connig (50, neozelandés) Huelga añadir que, para Jakarta, los hechos fueron obra del TPN-PB, brazo armado de la antigua OPM (cf. infra) Asimismo, para Rika Korain, una activista papúa, “Cuando visito una iglesia católica en Papúa, encuentro que esta iglesia subraya constantemente la integridad del territorio indonesio y enfatiza la Pancasila -ideología oficial- pero raramente mencionan siquiera los valores humanos o la dignidad” (para más info, cf. la organización Tapol, especializada en West Papua)

Principales focos montañeses de la actual resistencia papúa. Nº 1: Nduga. Nº 6: en esta esquina que los alemanes llamaron Vogelkop, la cabeza del pájaro; ahora Maybrat, la resistencia ha publicado un esbozo de su futura Constitución que lleva el estupendo título de Green State Vision -¿heredera del angganismo,? un movimiento de 1938 que los occidentales calificaron de milenarista cuando realmente era el germen independentista, nombrado así por Angganita, una semidiosa ex leprosa.

El piloto secuestrado

En estos momentos, el caso más conocido de la Resistencia papúa es el del piloto kiwi (neozelandés) Phillip Mehrtens (37, entonces; habla bahasa) quien aterrizó el 07 II 2023 en la levantisca comarca Nduga siendo secuestrado por los papúas quienes, desde hace más de un año, quieren liberarlo mientras que los militares indonesios ponen todos los obstáculos para que la OPM (Organisasi Papua Merdeka, Movimiento Papúa de Liberación; nombre general para la Resistencia; para Jakarta, GPL, “bandas terroristas salvajes”; y su brazo armado, la TPN-PB) no consiga su propósito -humanitario para los indígenas, meramente propagandístico para los milicos. Que sepamos, hasta la fecha el Papa no ha aludido a este caso, tan propicio para la mediación diplomática de alto nivel -léase, secreta.

Para Terianus Satto, comandante general del WP National Liberation Army (TPN-PB), el bienestar de Mehrtens es su primera prioridad: “Por ahora está sano y come muy bien”, ha afirmado.

Restos de la avioneta pilotada por Phillip Mehrtens en el aeropuerto de Paro (comarca de Nduga) custodiada por el ejército indonesio quien -sin pruebas- atribuye su destrucción a la resistencia papúa.

Foto mil veces reproducida de Mehrtens secuestrado por la resistencia papúa. Obsérvense las dos banderas de la resistencia (la Morning Star) y al único papúa desnudo detrás del secuestrado: protege su pene con una koteka -funda peniana.