La imperdonable condición del periodismo sin conciencia: sobre el terrorismo mediático
“Cuando un periodista no tiene un titular, se desespera” así se expresaba esta mañana A. Rojo. El auditorio: el público de una franja horaria óptima, 8 y algo más de la mañana, de una emisora de radio teóricamente de referencia.
En la edición, también de esta mañana, de la versión digital de BBC NEWS, podía leerse, como entradilla que acompaña a un vídeo titulado “Los mejores momento del debate Obama-Romney” lo siguiente: “No parece haber habido un claro ganador del segundo debate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney.
A diferencia de lo que ocurrió en el primer debate, el actual mandatario estadounidense y aspirante a la reelección se quitó los guantes de la delicadeza y confrontó temas de políticas públicas, a lo que su contrincante respondió con la misma fiereza”
No importa el nombre, y lo que es más grave, el color del medio de comunicación, especialmente el escrito, que consultemos: insisten todos en que Obama ha ganado el segundo debate. No parece ser necesario profundizar en las razones que deberían subyacer a una afirmación realizada, por escrito, y de las que el periodista en cuestión debería, al menos sentirse responsable ya que salen de su “boca virtual”: “Obama ha hecho un gesto con el dedo, amenazante, ha pasado de ser el candidato a la defensiva a ofrecer gestos y actitudes más firmes. Incluso ha buscado el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, como demuestra el lenguaje corporal, cuando ha abandonado su taburete y ha avanzado por el espacio en que tuvo lugar el debate, se ha acercado a Romney, quien también se ha levantado. Hemos asistido a un debate con mayor implicación, real, que ha llegado al ciudadano. Por fin, en esta carrera de fondo que es el proceso electoral, los candidatos han cobrado vida”.
Este es el párrafo que inevitablemente repiten, como cacatúas, periodistas y locutores, en televisión y radio, no solo de nuestro país. No voy a detenerme en relacionar exhaustivamente este tipo de prensa, de copia y pega, inconsciente (en el sentido de ausente de conciencia y también en el de carente de sentido de la responsabilidad de lo dicho o expresado y, aquí se olvida, de sus CONSECUENCIAS) con el conocido documento de Chomsky sobre las 10 estrategias de manipulación mediática. Éste es un claro, y repetido hasta la saciedad, ejemplo de la estrategia número 5, que vendría a resumirse en el uso de los medios (los falsimedia, los terroristas mediáticos o los media manipuladores, llámeseles cómo uno prefiera) con la consigna de “dirigirse al público como criaturas de poca edad”. El (los) periodistas que copian y pegan comentarios como estos (pro forma) no parecen comprender que el periodismo no es una línea de torres de señales que emiten signos que, como un eco, se diluyen en el aire. El periodismo es algo más. Es, en realidad, algo completamente diferente; un contrapeso vital e indispensable, más necesario hoy que nunca, a la realidad, con toda su amplitud. ¿De verdad creen los voceros del periodismo inconsciente que un debate en el que se “juega” algo más que la victoria de un candidato, el levantar un dedo, o bailar una coreografía, como hizo Obama, alentado por los consejos de manual de liderazgo et alt de sus sesudos asesores, danzando como un gallo en la fase de cortejo, pero menos, para acercarse, cual miembro de una versión con traje de nuestros Pimpinela, a su oponente es “suficiente”? ¿De verdad cree el periodista inconsciente que su papel social es transmitir e interpretar la realidad con una explicación tan naif?
Nadie se responsabiliza de lo que escribe, excepto por fortuna los que practican la contra-información y creen que el periodismo es una variable que puede actuar, concienciar, aportar, hacer mejorar y construir, alterar, la realidad.
Nadie, de ese grupo que transmite como pseudotaquígrafos lo que el primer periodista de la cadena mediática “escribe”, puede responsabilizarse: lo que hacen es copiar y pegar y, lo que agrava aún más este acto de irresponsabilidad para con la sociedad, se conforman con quedarse como pasmarotes en la “antesala” de la noticia, sin pasar al rellano del “análisis”, del no conformarse con lo que nos implantan como un chip que perpetúa modelos de vida y de pensamiento, e interpretar, arriesgarse a buscar puntos de vista, el atrás de los hechos y las palabras, los precedentes, las relaciones entre las informaciones. Como decía A. Rojo, según las teorías de los practicantes del periodismo conformista, sólo importa tener un titular. Desdigo a Rojo sin mucho esfuerzo: ni siquiera les importa el titular, o eso parece, ya que los titulares también son objeto del “copia-y-pega” inadmisible.
De repente, el dedo de Obama y su coreografía es interpretado, más allá de los puntos ideológicos del debate, como un cambio, una victoria. Nadie se atreve a decir lo que muchos pensamos, y todos sabemos: un grupo de asesores de imagen y lenguaje corporal le han entrenado, un-dos-un-dos-paso de mambo, para que actúe, en el sentido dramático y escenográfico del término. Todo es, ha sido, será, una farsa en la que el otro bailarín, da igual el apellido, baila y actúa en el mismo plano de irrealidad. La mentira se perpetúa. Buscan un titular y lo hallan:” Obama venció a Romney, según analistas y público”. Y la bolsa americana oscila, por un titular que se propaga como la gripe en otoño. Y la responsabilidad, o su ausencia, del titular y el periodismo de la conformidad que lo dicta, actúan sobre la vida social, la económica y ésto TIENE CONSECUENCIAS, a veces incluso más significativas que la verdad, si acaso existiera.
El periodismo inconsciente tiene un poder irresponsablemente grande: cacarea, blablabea y repite consignas, nada en la superficie del mar proceloso y complejo de la realidad, impuesta demasiado a menudo: “Ayer, Rajoy cambio su estrategia” “Rajoy muestra que es posible un aire nuevo y se mantiene firme frente a las exigencias de Merkel”… Ya tienen sus titulares buscados. Ya lo lograron. “La prima de riesgo ha descendido, muestra innegable de que podemos sentir esperanza en esta difícil situación que vivimos”. Frases absolutamente inveraces, mentiras, para dejarnos de eufemismos, escritas y esgrimidas como armas cuyo poder es incontrolable: ¿por qué no explican el porqué de ese supuesto descenso de la prima de riesgo? ¿por qué no critican su ascenso hasta cotas inauditas’ ¿por qué creen que nos conformamos con leer sus titulares hoy optimistas, y mañana negativos por que sí, y tenemos que, de manera automática salir al balcón y cantar un himno al agradecimiento y a la alegría, mientras nuestros hijos se quedan sin trabajo y sin educación?
La vergüenza no es solo que este periodismo, un oficialmente respetado terrorismo, sea un denominador demasiado común de las operaciones aritméticas con las que se resta y suma la realidad. Le hemos permitido su grandísimo poder sobre la realidad: les creemos, sin cuestionarles. Ayer “Rajoy elevó el tono de su (seseante) voz” y ellos creen que nosotros, con esa estupidez, cambiamos nuestra ideología, abandonamos nuestras dudas, nos anestesiamos (deben estar completamente seguros de que somos niños estúpidos, manipulabes con balas del calibre de un repetido y nada original titular) y como borregos seguimos a un pastor colectivo, conformista e irresponsable ( inveraz, añadiría yo).
Tienen el poder de construir la realidad: hoy las mentiras de Rajoy ya no importan; el incumplimiento de las intenciones que usó como naipe comodín cuando jugaba a la campaña de mentiras electorales parece olvidado; la ilegal desinformación en la que nos ha sumido, relacionada con mil temas, ante los que tendría la responsabilidad de dar la cara y explicar a los ciudadanos a los que, supuestamente, representa, como el rescate económico se olvidará porque Rajoy, increíble, se ha atrevido a hacer dos gallitos en una cumbre europea. Los periodistas inconscientes juegan con el lenguaje tanto como con la realidad e inventan tapaderas para cubrir la porquería social, como el término “rescate virtual” ¡Váyanse de una vez al lugar donde se guarda la porquería! ¿De verdad creen que nos tragamos eso del rescate virtual? ¿Es igual de virtual ese rescate que nuestra falta de dinero, de futuro, de trabajo?
Ese no es el periodismo que contrarresta la mentira global, que libera el criterio, que interpreta vértices no únicos del prisma de los acontecimientos. Esa es una forma de terrorismo, grave, muy grave. Una plaga. Una de las estrategias que utiliza el poder totalitarista para manipular a los ciudadanos y su concepción de lo social y la realidad. Y, lo que es peor, empuñan el arma terrorista periodistas inconscientes que, sin saberlo, son utilizados por el poder con el mismo estilo y armas que ellos utilizan sobre la sociedad para manipularla.
Una muestra más del antiperiodismo imperante: noticias, todas iguales, sobre la operación de blanqueo de dinero, operación emperador. Declaraciones del ministro del interior (que parece haber crecido medio metro). Los falsimedia, los periodistas inconcientes y conformistas recalcan, copia-y-pega, la misma información: “En opinión de Jorge Fernández, este golpe supone un “ejemplo emblemático en la lucha de este Gobierno contra el fraude laboral y fiscal”, y ha descrito la red como “una organización piramidal enfocada a la evasión y el blanqueo de capitales, lo que generaba una auténtica competencia desleal al pequeño comercio. El ministro ha insistido en el éxito de la operación, y ha advertido: “Se trata de un aviso a navegantes”. ‘El golpe contribuye a luchar contra la crisis. Por su parte, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha valorado la actuación contra las mafias chinas instaladas en España como una “operación histórica” y ha añadido que ha sido “muy importante en la lucha contra la delincuencia económica”.
“Hemos hecho una contribución importante para el buen funcionamiento del sistema económico”, ha afirmado el jefe de la Policía.
Durante una rueda de prensa tras reunirse con los mandos policiales que han participado en la ‘operación Emperador’, Cosidó ha recalcado que este tipo de actuaciones pueden contribuir a “salir de la crisis” porque, según ha dicho “el crimen organizado es una amenaza no sólo para los ciudadanos sino también para el sistema económico”. “Esta actividad distorsiona el funcionamiento de nuestra economía”, ha insistido”
Repentinamente tenemos una policía de Óscar. Un periodista que cree en la contra-información lanzaría una pregunta: ¿dónde estaba esa policía que contribuye a eliminar actividades que distorsionan el funcionamiento de nuestra economía cuando empezaba Bankia a horadar su agujero?
Y, para finalizar, un ejemplo clarísimo de terrorismo mediático. The New York Times. Edición de hoy, 18 de octubre. Titular: El regalo de Putin a los terroristas. Fragmento, ¿insoportablemente tendencioso?, de la noticia: Muchos serán los perdedores que originará la decisión tomada por Rusia de finalizar con décadas de cooperación con Washington acerca de la eliminación de focos de armas nucleares y químicas, provenientes de la guerra fría. Rusia tendrá que afrontar ella sola esos esfuerzos. Los estados unidos perderán la más efectiva, en relación a la rentabilidad, manera para reducir el peligro nuclear que acecha al mundo. Y el mundo ha de ver cómo la actitud de Rusia, y sus inseguras armas y materiales, se transforma en una tentación para los terroristas, en su variable de uso o comercio, para ataques futuros”
¿Tendenciosa mini-arenga? Juzguen ustedes mismos.