La Inteligencia Artificial era esto. Entrenando a una IA

Por Jorge Izquierdo*. LQSomos.

Microsoft Bing, al igual que Google, es un motor de búsqueda web, un sistema informático que se compone de dos programas o conceptos principales: Un programa informático que se dedica a recorrer sitos Web en Internet e indexar dichos archivos. Dicho indice se almacena en servidores informáticos del fabricante (sea Microsoft o Google). Otro programa informático permite a los usuarios “buscar” en esos indices. Si un buscador no te indexa, no aparecerás en los resultados de la búsqueda. Microsoft hasta hace bien poco apenas tenía una cuota de uso del 8% dejando el 82% en manos del popular e inefable Google. El negocio de los llamados buscadores, que primero indexan y después te permiten buscar en lo que está indexado, es la publicidad pura y dura. Pagas: apareces en los primeros puestos, dejas de pagar: ¿Usted es? . Para mal y para bien los (mal) llamados buscadores se han convertido en algo cultural, muy especialmente entre las nuevas generaciones. “Lo he encontrado en Google” , “Guglea”, etcétera se han convertido en moneda corriente en nuestros días. Para que un “buscador” encuentre algo, previa y obligatoriamente un ser humano debe haberlo creado antes. Desgraciadamente en la sociedad de la información, ojo, de la información, no del conocimiento, los creadores de contenidos pasan a un segundo termino o incluso desaparecen del buscador. La multinacional Google se legitimó en su día al llegar a un acuerdo con la Fundación Wikimedia para que los artículos de Wikipedia aparecieran siempre en primer lugar: en primer lugar después de la publicidad, claro. Así el conocimiento libre, Wikipedia, y las cajas negras de los buscadores se daban la mano en una simbiosis diabolica: Millones de artículos escritos por autor@s sin animo de lucro dotaban a Google de un aura de conocimiento que crecía exponencialmente día a día. Valga decir que las cifras que se mueven son multimillonarias y que hasta la misma Wikimedia ha sucumbido a la tentación para llevarse una parte del pastel. Google paga, una cantidad desconocida a Wikimedia, desde 2021.

Hasta aquí la historia de los indexadores de Internet. Unos indexadores que evidentemente tienen su propio Index Librorum Prohibitorum que llaman algoritmo, palabra falaz de moda, y que moldean la forma en la que la publicidad, la censura encubierta y el conociemiento se dan la mano hasta el punto de confundirse (algo ideal, el confundirse, para la publicidad y nefasto para el conocimiento libre). Para la historia del ecologismo quedará el rastro de derroche energético que conlleva esta cultura digitalista, capitalista a más no poder, que genera una cantidad de de 15 gramos de C02 por cada consulta que realizamos. Un coche pequeño eléctrico puede alcanzar los 90 g de CO2 por Kilometro.

En este 2023 aparece en escena un acuerdo entre Open AI, una entidad que investiga en inteligencia artificial desde 2015 , y que se anuncia y promociona como una entidad sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es promover y desarrollar una inteligencia artificial amigable. En su origen Open AI es una caja abierta, transparente, de lo contrario no puede ser tachada de cientifica. En 2019, Open AI pasó de ser una organización sin fines de lucro a una organización con fines de lucro “limitada”, con un límite de ganancias de 100 veces a cualquier inversión. Hace cuatro días, enero de 2023, Open AI ya estaba en conversaciones para obtener financiación que valoraría a la empresa en 29 mil millones de dólares, el doble del valor de la empresa en 2021. El 23 de enero de 2023, Microsoft anunció un nuevo contrato multimillonario (cercano a los $ 10 mil millones) con Open AI. Nace el nuevo Bing.

Bing y la Inteligencia Artificial de Open AI

Bien, desde hace un par de semanas Bing utilizando la tecnología de Open AI soporta un lenguaje natural a la hora de entender y dar respuestas. La publicidad, y muchos medios, hablan de la posibilidad de pedir una receta de cocina para sorprender a nuestros invitados… En Loquesomos ya tenemos a nuestro Iñaki como experto y lo que nos interesan son otras cosas. Os dejo una captura de pantalla de la interacción con Bing. Tirando le pregunto por la relación entre Miguel Servet y Aaron Swartz. Para no extenderme no adjunto la captura de pantalla inicial y en la que podía verse que Bing decía no encontrar nada. Una vez mencioné en lenguaje natural la existencia del artículo, Bing lo hizo suyo y lo añade como fuente. El 27 de de marzo la respuesta que ofrece es que puede verse en la captura:

Una de las cosas más interesantes, y positivas, de Bing es que muestra las fuentes en las que se basa para elaborar las respuestas. Puede verse que yo pregunto de forma natural, Bing busca (en las páginas que tiene indexadas) y elabora un resumen (no un simple copia y pega) en forma de respuesta. Insisto, hace diez días Bing no supo encontrar una relación entre Aaron Swartz y Miguel Servet pero una vez mencioné el artículo de Loquesomos.org, Bing ha sido capaz de hacer suyos esos contenidos, encontrar relaciones con otros sitios web y siempre mencionando las fuentes. Ahí está loquesomos.org junto a National Geographic y la BBC. ¿Bing ha sido entrenado? No exactamente. Bing, permite y admite dentro de las conversaciones que le añadamos enlaces de una página web. Entrenar a una IA es algo más técnico pero no cabe ninguna duda de que podemos, quizás debamos, alimentar a Bing con aquellos contenidos que la puedan enriquecer para que no ofrezca resultados sesgados.
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* Bracero de la tecnología, obrero del software y mecánico cualificado en esta Web, miembro y parte del Colectivo LoQueSomos. Creador en Wikimedia. Más artículos del autor

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