La memoria democrática de las mujeres
Nuestras madres, maestras, hermanas y abuelas republicanas nos mostraron el camino de la libertad en una dictadura donde las mujeres fuimos esclavas de una moral católica radical e integrista. Gracias a ellas encontramos nuestra Ítaca, la deseada democracia. Durante más de 30 años de gobiernos elegidos por la ciudadanía, constantemente nos han instado a olvidar, hacer borrón y cuenta nueva. Nosotras, al igual que nuestras mujeres republicanas, teníamos claro que olvidar es sólo la opción que nos ofrecen los vencedores para no cargar con las responsabilidades de la represión. "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla", esta cita en boca de Marco Tulio Cicerón nos muestra que sólo a través de la recuperación de nuestra memoria histórica podemos evitar que la historia de la vieja España se repita.
Nuestra memoria es su legado y la recuperación de la misma es sólo posible a través de leyes y políticas que fomenten la investigación de los crimines del franquismo y la eliminación de todos aquellos resquicios de la dictadura que están presentes en nuestro entorno. Además necesitamos visibilizar la labor de aquellas mujeres que tanto han aportado y están aportando a la justicia social. Son necesarias medidas como el decreto aprobado en 2010 por La Junta de Andalucía que posibilitaba que las mujeres andaluzas que padecieron formas de represión sobre el honor, la intimidad y la propia imagen durante la guerra civil y la dictadura franquista recibieran una indemnización como modo de reparación moral y reconocimiento a su papel en la construcción de la actual sociedad democrática. Pero no nos equivoquemos, hemos tardado mucho en reconocerles su papel.
Hace un par de semanas escribía aquí, en esta columna, un artículo titulado “Mujeres en rojo”sobre María Miaja, una mujer ceutí que había luchado por la libertad y los derechos a lo largo de toda su vida. Hoy recuerdo una entrevista en un medio de comunicación a Anita Molina de Linares, con quien he coincidido varias veces en la provincia de Jaén, secretaria provincial de Jaén en las JSU durante la guerra civil. En esa entrevista Anita mostraba su visión acerca del decreto de 2010. Esta mujer de 93 años, expresaba su gratitud por este reconocimiento pero indicaba que ojalá se hubiese reconocido 20 años antes cuando podría haber compartido esta alegría con otras muchas mujeres en su misma situación. La memoria histórica no puede relegarse a otros tiempos, llevamos muchos años de retraso y ahora no nos vale el argumento de "no es momento para eso". Siempre es momento para la Justicia, Igualdad y libertad.