La nueva estrategia de EE.UU. en América Latina
Acercamiento de Obama al nuevo Gobierno argentino.El gobierno estadounidense había felicitado a Cristina Fernández por el resultado electoral a través del portavoz para asuntos de América Latina de EE.UU., William Ostick, quien transmitió la voluntad de la administración de Obama de "trabajar productivamente" con el gobierno argentino tras los últimos desencuentros entre ambas administraciones y cuyo prolegómeno será el encuentro privado que mantendrán en Cannes Fernández de Kirchner y Obama en el marco del G-20.
Según el diario La Nación, el gobierno argentino aceptaría la reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU. y otros países en territorio argentino coordinados por EE.UU. (lo que de facto significaría la ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la UNASUR), con lo que cobraría fuerza la hipótesis de que “el objetivo de dicha entrevista sería reconducir los pasos del gobierno argentino para su ingreso en el Acuerdo del Pacífico, siguiendo la teoría kentiana del garrote y la zanahoria”.
Sherman Kent, en su libro “Inteligencia estratégica para la política mundial norteamericana”,publicado en 1949, expresó: “La guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales, (…) armas (…) políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean (…) (son la) guerra política y la guerra económica”.
Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos por este autor de la siguiente manera: “en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosas:debilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer” y más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos, el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”.
Dicho Acuerdo del Pacífico, recientemente promovido por Estados Unidos y secundado por México, Colombia, Chile y Perú, tiene como objetivo a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay).
La importancia del Acuerdo del Pacífico fue destacada por el analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este bloque en lo político “es un contrapeso al grupo que quiere formar el presidente Hugo Chávez de Venezuela”, en alusión a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, República Dominicana, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Campaña desestabilizadora contra Chávez.Se trataría de un refinado proyecto de ingeniería geopolítica cuya finalidad última sería dinamitar el proyecto integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los gobiernos progresistas-populistas de la región (en especial del gobierno de Chávez). Así, EE.UU. podría estrechar lazos comerciales y militares con el presidente dominicano, Leonel Fernández Reyna ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender el país dominicano de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético.
Consciente de ello, Chavez ha advertido a EE.UU. "que nadie se atreva a venir aquí para aplicar la fórmula libia o lo pagará muy caro", por lo que ha pedido un crédito de 4.000 millones de dólares para "fortalecer y equipar la rama técnico-militar del país y destinado a proyectos petrolíferos, de gas e industriales”, compra que, según fuentes oficiales rusas, asciende a casi 11.000 millones de dólares, convirtiendo así a Venezuela en el mayor importador de armas de Moscú en América Latina.
En 2012 se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela, por lo que (descartada la intervención militar exterior), asistiremos a una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá el desabastecimiento selectivo de artículos de primera necesidad, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y de la fragilidad de la salud de Chávez y, con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EE.UU.), podrían llegar a desestabilizar el régimen de Chávez, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que intentara un golpe de mano contra el mandatario venezolano, teniendo como brazo ejecutor a unidades de élite de la Armada venezolana (UOPE) .
¿Inicio de conversaciones para el cese del bloqueo de EE.UU. contra Cuba?Las medidas cosméticas tomadas por la administración Obama (relajación de las comunicaciones y el aumento del envío de remesas a la isla, así como el posible inicio de una ronda de conversaciones sobre temas de inmigración), dejan intacto al bloqueo y no cambian sustancialmente la política de Washington pero reflejan el consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política hacia la isla, auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta propia.
Tras estos preliminares, subyacerían las conversaciones secretas entre el cubano-judío profesor de la Universidad de Denver, Arturo López-Levy y las autoridades cubanas para negociar el trueque de Gross por “los Cinco”, lo cual representaría eliminar un significativo escollo en el largo camino para restablecer la normalidad en las relaciones entre EE.UU. y Cuba (Arturo López-Levy acaba de terminar una beca de postgrado de verano del Instituto Carter en Atlanta, Georgia y tendría acceso directo a Raúl Castro al estar su primo -hijo de un general de las FAR- casado con una hija del mandatario cubano).
Sin embargo, la renovación automática por parte de EE.UU. por un año más del embargo comercial a la isla podría suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de dólares, abocando al régimen de Raúl Castro a la asfixia económica y a la firma de un nuevo tratado de colaboración militar con Rusia, que incluiría la instalación de una base de radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la instalación de bases dotadas con misiles Iskander y aviones estratégicos con armas nucleares (los temibles TU-160, conocidos en Occidente como BlackJak), reeditando la Crisis de los Misiles (octubre, 1962).
El rol emergente de Brasil. Rusia y Brasil forman parte de los llamados países BRIC (se emplea la sigla para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India y China) y aunque se descarta que dichos países formen una alianza política como la U.E. o la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que el del actual G-8 (se estima que en el horizonte de 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 billones de dólares) .
El objetivo ruso sería duplicar la facturación de los intercambios comerciales ruso-brasileños (10.000 millones de dólares al año),tras lo que subyacería la firme decisión de Putin de neutralizar la influencia de EE.UU. en el cono sur americano y evitar la posible asunción por Brasil del papel de "gendarme de los neoliberales" en Suramérica. Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EE.UU. para América Latina pues le considera como un“potencial “ aliado en la escena global y al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la geopolítica mundial.
En caso de no ser sensible, el gobierno de Dilma Rousseff, a las tesis de EE.UU. no sería descartable el retorno a la política del big stick o "gran garrote"(cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos, Theodoro Roosevelt), sistema que desde principios del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina Monroe, "América para los Americanos".
Así, a comienzos de los años sesenta, el miedo al mimetismo cubano había llevado a los EE.UU. a apoyar los golpes militares de los que serían paradigmas en centroamérica: los casos deEl Salvador (donde una junta militar se apoderó del poder en 1961), de Guatemala (el presidente Idígoras Fuentes fue derrocado por los militares en marzo de 1963) y Honduras (el presidente Villeda, acusado de poca firmeza frente a la subversión comunista, fue derrocado en octubre de ese mismo año).
En América del Sur los militares tomaban el poder en Perú en julio de 1962; el presidente ecuatoriano Otto Arosemena era derrocado a su vez en julio de 1963 por"complacencia ante el castrismo"; el ejército boliviano tomó el poder en noviembre de 1964; en Argentina, el general Onganía hizo lo propio en junio de 1966 y finalmente en Brasil, el 31 de marzo de 1964 las fuerzas armadas derrocaban a Goulart.
De todo ello se deduce queestaríamos en vísperas de la irrupción, en el escenario geopolítico de América Latina, de una nueva ola desestabilizadora (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década) y que tendrán a Honduras, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Brasil, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos“ que protagonizará EE.UU. en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.