La “Operación Anchoa” y el monumento a Carrero
Patxi Ibarrondo*. LQS. Mayo 2013
En este país sin norte democrático preciso, se ha instalado el delirio como lógica de andar por casa. Agotados los significados de las palabras, avasallados los adjetivos, tiene lugar el esperpento y la barbaridad en este ruedo ibérico tan observado por Valle-Inclán. Eso sin que nadie se sonroje, ni se atreva a mover el timón a fondo.
Por ejemplo la villa marinera de Santoña (Cantabria), “la capital mundial de la anchoa”.
El pasado día 29 de Abril se celebró un pleno municipal. Dentro del Orden del día reglamentario, le llegó el turno de intervención a Leoncio Calle, portavoz del Movimiento Falangista de España y concejal de Vivienda y Patrimonio. La moción presentada, con toda seriedad y vehemencia, es “cursar una invitación oficial al príncipe Felipe de Borbón para inaugurar el monumento al hijo predilecto de Santoña, don Luis Carrero Blanco”.
Y el pleno dijo sí. Los concejales del PP con la alcaldesa, Milagros Rozadilla a la cabeza (esto último es un decir) están de acuerdo. Los del Partido Regionalista del showman Miguel Angel Revilla (PRC) también lo están. Únicamente han discrepado los concejales socialistas y se ha abstenido la UPyD de Rosa Díez. Con que ahora sólo falta cursar la solicitud para que le llegue la propuesta al príncipe Felipe.
El asunto es peliagudo. Leoncio Calle ya lo intentó en 1999. Entonces el invitado era el rey, pero Borbón no se personó y no fue posible la efemérides. Se trata de inaugurar un monumento franquista instalado hace 37 años y que al que nadie hasta ahora en la España oficial ha querido dar el visto bueno. Está ubicado en la avenida marítima más llamativa de Santoña.
El título de “hijo predilecto, se le concedieron las autoridades locales al almirante Carrero en 1967 y nadie lo ha cuestionado en la democracia. La alcaldesa popular Rozadilla y el falangista Leoncio sostienen que la inauguración oficial, aunque algo tardía, “no tiene connotaciones políticas sino que se pretende corresponder por su generosidad a uno de los más ilustres santoñeses de la Historia”.
En algún momento se insinuó soslayar la Ley de la Memoria Histórica dotando de un nuevo simbolismo al monumento, puesto que esta ley obliga a erradicar los símbolos del régimen anterior de los espacios públicos; o bien cambiar las piedras solemnes a un lugar más discreto. Pero entonces el portavoz falangista Leoncio Calle clamó que “no lo iban a consentir, ni eso ni ninguna otra mariconada”. Y amenazó con “disparar la escopeta de cinco tiros que tengo en casa”.
Así están las cosas del monumento a Carrero en la capital de la anchoa. En Santoña se ha detenido el reloj político por obra de la alianza PP-PRC, en sentido homenaje al fascismo. Una cuestión de nostalgia falangistopus.
Únicamente ha bendecido este valle de los Caídos cántabro, aunque por lógica oficiosamente, el notario Blas Piñar con sus huestes camisazules de Fuerza Nueva. El ciclópeo mamotreto es el locus donde se celebran las liturgias ultraderechistas como el 20-N, actos de afirmación nacional con puntual asistencia de la alcaldesa Milagros Rozadilla. El monumento es una pesada alegoría a las Cuatro Virtudes de 20 metros de altura y su correspondiente latitud. Es obra del escultor Juan de Avalos, el diseñador de las estatuas ecuestres del caudillo que han jalonado las calles y plazas de la España franquista. Las banderas que se despliegan son las del escudo inconstitucional, no importa que haya una cuartel de la Guardia Civil justo a pocos metros de distancia.
Al almirante Luis Carrero Blanco, príncipe del Opus Dei y sucesor in pectore de Franco en la jefatura del Estado español, se lo llevó por delante la “Operación Ogro” de ETA, poco después de haber comulgado en su misa diaria. Su coche blindado voló por encima de los aleros inmuebles, aterrizando hecho chatarra y cadáveres en un patio interior. Así se pudo abrir el melón democrático en España, de otro modo bastante imposible; Carrero Blanco era un ultraderechista nacional-católico y se pronunciaba a machamartillo por la continuidad del franquismo sin Franco.
Hace unos días estuvo en Santoña la presentadora del canal Antena 3, Susanna Griso. La nombraron miembro de la Cofradía de la Anchoa. Ella elogió las “sabrosas latitas” de intensidad casi pecaminosa que le suele suministrar Miguel Angel Revilla.
En efecto, las anchoas santoñesas son el pasaporte favorito del inefable ex-presidente de esta Comunidad Autónoma, y máximo líder del PRC, para macizar y echar el anzuelo a los responsables de los programas televisivos, donde despliega luego, con gran éxito, su histriónico, conmovedor y genuino “reality show” de la doble personalidad. Una en casa y otra fuera. La genuina representación populista del “íntegro hombre del pueblo llano y ciudadano del mundo”.
– Autor de la imagen: Nicolás Pérez. Agosto de 2004.
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