La realidad
Jesús Gómez Gutiérrez*. LQSomos. Octubre 2015
Estos días
No, he estado mirando y no lo he visto. Sí, hay concentraciones. Sí, hay manifestaciones. Sí, siempre hay alguien que no traga. Y, si bajamos al terreno de la simple y pura solidaridad, gente que intenta ayudar a otra gente, las cosas no están ni mejor ni peor. Pero no se ve el menor asomo de desobediencia civil, salvedad hecha del puñado de activistas que, todavía hoy -parece increíble-, se la juegan por defender a un preso político o impedir un desahucio.
Todo vuelve a estar donde no debe, con la política reducida a conceptos que se sirven y discuten en platós de televisión. Todo vuelve a ser el juego del régimen, el tempo político del régimen y las palabras del régimen.
Quien quiera buscar culpables, lo tiene fácil. No se ha llegado aquí porque unos cuantos líderes lo sean exclusivamente de su espejo y de su escasa y sorprendentemente reaccionaria cultura: el resultado de estos días es decisión de muchos. Pero la vida sigue, y se puede aprender de los errores. Los muros no se tambalean con la obediencia. Los muros no se tumban desde el respeto a las leyes y los modos de la élite que los levantó. Hay que volver a la realidad, que no es ni ha sido nunca cómoda.