Las Palmas: No a la guerra imperialista. Sí a Cuba y Venezuela
Redacción*. LQSomos. Noviembre 2016
Los pasados jueves y viernes, 10 y 11 de noviembre, la reconocida socióloga Ángeles Díez visitó Las Palmas de Gran Canaria para abordar el papel de los medios de comunicación en el tratamiento de la guerra imperialista y de éstos como avanzada de la agresión mediática contra Cuba y Venezuela.
Invitada por la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos, Díez Rodríguez, que dio su primera conferencia en el Club La Provincia de la capital grancanaria, hizo hincapié en que “cuando se aborda el tema de la guerra, es necesario tener muy presente que el imperialismo es consustancial al sistema capitalista, que su base es la acumulación y que para asegurar esa base, ambos, imperialismo y capitalismo, necesitan que se elimine todo rastro de soberanía en el planeta”.
Esa necesidad –afirmó– es la que explica los ataques contra Cuba a lo largo de más de medio siglo, pero también explican las agresiones contra otros procesos latinoamericanos (Venezuela, Bolivia, Honduras, o más recientemente Brasil) que no se pueden denominar como socialistas ni mucho menos revolucionarios, pero que sí tienen a la soberanía como un principio rector de sus políticas.
Desde esa perspectiva, en palabras de la socióloga madrileña, “no podemos pasar por alto el hecho de que la guerra se apoya en dos pilares fundamentales, el militar, en primer término, y el ideológico, imprescindible para moldear la percepción que como individuos o sociedades tenemos de este fenómeno. Así, antes de declarar una guerra, lo primero que se hace es presentar al que invade como un pacificador. No se habla de los motivos geopolíticos o económicos escondidos tras la ocupación y el ataque directo a ciudades o países enteros y se presenta al adversario como el responsable de esa agresión.
En este último aspecto, hay que resaltar el papel que juegan las grandes corporaciones internacionales de prensa, pero también otros actores que igualmente generan opinión y que son muy útiles a los intereses imperialistas. Ese es el caso de las Organizaciones No Gubernamentales, las ONG´s”.
Un ejército llamado mass media. El caso español
Sin embargo, –explicó Ángeles Díez– “en la situación de guerra extendida y multiplicada que vivimos, liderada por EEUU, el arma fundamental son los medios llamados informativos y de masas, que se encargan, por un lado de invisibilizarla y, por otro, de reducir sus consecuencias, orientando como única respuesta ante la barbarie la cooperación humanitaria o la ayuda a las personas refugiadas.
Esta acción planificada impide que se conozcan cuáles son las causas reales de la guerra, exageran y saturan en torno a la capacidad que como sociedades tenemos de combatirla y con ello favorecen la impunidad”.
Así, en el Estado Español –dijo–, y como parte de este organigrama, “hay una idea que conviene inocular en la sociedad y es la de que somos ajenos a la guerra, cosa que en absoluto es cierta”.
Lejos de eso, Díez Rodríguez apuntó el dato de que el Gobierno de España destina 32 mil millones de euros a la guerra, repartidos en asignaciones que, que no solo tienen que ver con el de Defensa, sino que pertenecen a las partidas de otros ministerios, concluyendo que “lógicamente, ese monto millonario se retrae de los gastos sociales en educación, salud, cultura, que ven cómo se les recorta el presupuesto año tras año. La verdad, por tanto es que, contrariamente a lo que pretenden hacernos creer, la guerra nos afecta y mucho”.
Igualmente, en referencia a los profesionales que ejercen este tipo de periodismo, la socióloga de la Universidad Complutense de Madrid afirmó que son una parte más del ejército militar del capitalismo y el imperialismo, solo que “en vez de armas, usan mentiras u ocultaciones para matar o anular la conciencia. Son estos profesionales los que ponen un velo sobre hechos como que Francia, en los últimos años, ha participado en 44 operaciones militares en África o que España está participando, a día de hoy, en 14 misiones militares en el extranjero; misiones a las que engañosamente se denominan “de paz” y de las que se oculta que, en verdad, son de guerra abierta”.
Otro clarificador dato aportado por Ángeles Díez fue que en 2016 el presupuesto asignado por el Gobierno de España al gasto militar se aumentó en 1162 millones y se hizo, además, sin consultar al Parlamento, lo cual pone de manifiesto que “no hay límites, ni siquiera las propias leyes, cuando de lo que se trata es de la guerra y de todo el entramado que se mueve en torno a ella. De esto nos habla muy claramente el hecho de que España sea de los mayores exportadores de armas a países como Arabia Saudí o Marruecos, que violan sistemáticamente los Derechos Humanos”.
Cuba y Venezuela
La segunda charla de Ángeles Díez Rodríguez, esta vez en el Centro Franchy Roca de Las Palmas de Gran Canaria, estuvo dedicada a Cuba y Venezuela como blancos mediáticos del imperialismo.
En ella, Díez, especialista en análisis de contenidos de los medios, subrayó que “la consigna que sirve para justificar los ataques mediáticos contra ambos países es siempre una falsa y mentirosa defensa de la democracia”.
En el caso de Cuba –repasó Diez Rodríguez–, los ataques comenzaron en 1959, pero se recrudecieron a partir de 1961, cuando se declara el carácter socialista de la Revolución y se pone a la soberanía como uno de los principios rectores de la política cubana.
“El caso de Venezuela fue distinto, porque, entre otras cosas, en ese país no hubo confrontación militar y no se cuestionó la propiedad privada, pero sí tuvo una conexión directa con el caso cubano, primero por el liderazgo de Chávez, que desde el primer momento situó a Cuba y a Fidel como referentes políticos; y segundo por la afirmación de defender la soberanía del país, algo imperdonable para el imperialismo”.
A partir de ese posicionamiento político de la Cuba revolucionaria y la Venezuela bolivariana, la artillería mediática no ha dejado de bombardear a ambos procesos, usando técnicas que no por conocidas son menos violentas.
“No escuchamos –añadió la socióloga madrileña– o leemos una noticia en los medios de prensa españoles en la que a los Gobiernos de estos dos países no se les aplique el término Régimen o el adjetivo autoritario. Son fórmulas, técnicas de manipulación a las que estamos permanentemente expuestos. También el uso de imágenes tóxicas –caso de las fotografías de manifestaciones en Cataluña que se atribuyeron Venezuela– o de referentes culturales –caso de la bloguera Yoani Sánchez– son ejemplos de la hoja de ruta estudiada, planificada y puestas en práctica para agredir a ambos países desde los medios de comunicación”.
Los periodistas, los intelectuales y qué hacer
En función de esta estrategia, apuntó Ángeles Díez, el elemento humano es un factor muy a tener en cuenta. Tanto en el caso del tratamiento de la guerra, como en el de la información que se da, o se oculta, sobre Cuba y Venezuela, “los periodistas están en el epicentro de la acción; ellos y ellas no hacen un trabajo cualquiera, sino que asesinan premeditadamente la conciencia de miles de hombres y mujeres, de la sociedad en definitiva, convirtiéndola en cómplice de la guerra abierta o de la guerra sucia de ‘cuarta generación’ –la de la información- contra pueblos enteros. Sin embargo, hay que decirlo también, existen profesionales del periodismo que no pueden trabajar en aquello para lo que se capacitaron, simplemente porque no admiten la imposición de los consejos editoriales de los medios en los que deberían ejercer libremente”.
Caso distinto, pero muy necesario de mencionar, subrayó, es el de los llamados intelectuales de izquierda que terminan siendo portavoces de la ideología dominante, es decir, del capital y el imperialismo, y a los que se debería exigir responsabilidades por ello.
En este sentido, la labor de todos los intelectuales está llamada a ser objeto de crítica y, por supuesto, también de autocrítica, si lo que verdaderamente se pretende es fortalecer, desde la cultura, la lucha y la confrontación con el imperialismo.
Frente a este panorama desolador – terminó diciendo–, “debemos seguir el ejemplo del pueblo cubano, que ha sabido resistir y no dejarse aislar, pese a más de medio siglo de asedio continuado por parte del imperialismo. Esa resistencia y el trabajo coordinado son los que nos salvarán de ser cómplices de las guerras del capital, que han destruido y siguen destruyendo la vida de millones de personas en el mundo y, de igual manera, los que nos ayudarán a saber decodificar los mensajes de los medios para reconocer sus mentiras y poderlas combatir”.
Cuba y el Mathew
En ambos actos hubo un espacio para la solidaridad con Cuba, en los que las las y los asistentes pudieron hacer sus aportaciones, esas que servirán para fortalecer los enormes esfuerzos del pueblo cubano por reconstruir las zonas afectadas por el huracán Mathew.
Haití, el país más duramente golpeado por este huracán estuvo muy presente en las dos actividades, pues todos pudimos recordar que Cuba ha enviado a 40 profesionales de la salud, especializados en situaciones de emergencia, a ese país, aumentando con ello la presencia de los médicos y paramédicos, cubanas y cubanos (cerca de 600), que ya trabajaban allí antes del devastador paso del Mathew, el pasado mes de octubre. Para quienes estuvimos allí, contribuir con Cuba también fue hacerlo con Haití.