Ley Mordaza: 10 años ¡Basta de mordazas!

Por Agencia LQS*
Este 30 de marzo se cumplen 10 años de la aprobación de la Ley Mordaza: una década de vulneraciones de derechos humanos que afectan es especial a personas racializadas y activistas. ¡Basta ya! Más de 260 colectivos y organizaciones se han unido para reclamar juntas el fin de los controles policiales racistas y de vulneraciones de derechos en la Ley Mordaza.
Manifiesto:
Se cumplen 10 años de la aprobación de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza por su impacto regresivo en los derechos y libertades fundamentales de toda la ciudadanía
10 años de críticas por parte de organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil. 10 años con tres intentos de reforma, el último iniciado en mayo de 2024 y 10 años de promesas de una derogación que nunca ha llegado.
Por eso, desde las entidades y los movimientos sociales decimos: basta ya de mordazas. Este décimo aniversario debe ser el último. No podemos permitir ni un año más de recortes injustificados a nuestros derechos humanos.
Basta de intentos de reforma que se quedan en declaraciones de intenciones y en reproches entre los partidos. Existe el riesgo real de que la actual tramitación de reforma vuelva a quedar en papel mojado.
Por eso, quienes creemos que la seguridad de la ciudadanía no se garantiza limitando el ejercicio de derechos fundamentales ni persiguiendo a los sectores más vulnerabilizados de la sociedad, seguimos señalando la urgencia de eliminar los aspectos más lesivos de esta ley.
De la movilización social depende que los grupos políticos garanticen que la seguridad se convierta, de verdad, en la protección de los derechos y libertades de toda la ciudadanía.
Seguiremos presionando para que nuestras voces traspasen los muros de los despachos y las comisiones. No permitiremos que se cumpla ni un año más de mordazas a nuestros derechos.
Basta de miles de procedimientos sancionadores contra quienes defienden el derecho a la vivienda, luchan contra la crisis climática o se solidarizan con Palestina… Basta de sancionar a quienes alzan la voz por decenas de causas diferentes.
Han sido 10 años y una media anual de 150 millones de euros recaudados de los bolsillos de la ciudadanía que protesta. Ciudadanas criminalizadas por ser pobres, por su color de piel, por bajar la basura durante la pandemia, o por atreverse a preguntar a un agente por qué estaban siendo identificadas.
Basta del trato discriminatorio que la ley dispensa a las personas migrantes y racializadas. La ley en debate debe recoger de forma expresa la prohibición del perfilamiento racial y establecer medidas efectivas para erradicarlo, como los formularios de parada que permitan detectar actuaciones policiales discriminatorias.
Del mismo modo, aunque seguimos exigiendo la eliminación del rechazo en frontera, no podemos permitir que, de mantenerse, se regule sin las mínimas garantías: acceso a vías legales y seguras, posibilidad real de solicitar protección internacional en puestos fronterizos, derecho a asistencia letrada e interpretación de calidad, derecho a un recurso efectivo, al examen individualizado de cada caso teniendo en cuenta la situación de vulnerabilidad y el derecho a no ser devuelta si su vida corre peligro en el país de origen o en un tercero. No podemos —ni debemos— olvidar la tragedia de Melilla, el 24 de junio de 2022, donde está práctica ilegal costó vidas humanas.
Basta ya de mantener o redactar de forma ambigua las infracciones más lesivas para el derecho a la protesta. Si la desobediencia y las faltas de respeto —las sanciones más impuestas y ejemplo claro de la discrecionalidad policial, no van a desaparecer, al menos deben mantenerse como infracciones leves, y sin fórmulas abiertas que permitan su aplicación ante cualquier discrepancia con un agente de la autoridad.
La infracción que sanciona el uso de imágenes a los agentes policiales limita la libertad informativa y la posibilidad legítima de documentar abusos o irregularidades policiales. Por eso, debe ser suprimida.
Basta ya de la inseguridad a la integridad que sufren quienes protestan en las calles -no olvidamos a las mutiladas por balas de goma- o quienes se juegan la vida cruzando fronteras tampoco olvidamos Tarajal, Ceuta, 6 de febrero de 2014. La sustitución de balas de goma por balas de foam no acabará con las mutilaciones ni las muertes. No basta con cambiar el proyectil: hace falta una revisión profunda. Por eso, exigimos: la participación efectiva de expertas y sociedad civil en la elaboración de los protocolos de uso del material antidisturbios; su adecuación a estándares internacionales e informes de expertas y fabricantes; mecanismos de trazabilidad y control del uso de este material; publicidad de los protocolos, y rendición de cuentas parlamentaria sobre su elaboración y aplicación; plazos parlamentarios claros para su implementación; y la creación de mecanismos independientes y efectivos de control de la actuación policial.
Basta ya de mordazas, porque más años de desprotección de nuestros derechos serán pasos atrás que no podremos recuperar en el futuro. Y no nos lo podemos, ni queremos permitir.
* Grupo Motor de la campaña Parad el racismo y no a las personas
#ParadElRacismo #10AñosDeMordaza
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