Los Führers

Por Betzie Jaramillo*. LQSomos.

El sistema necesita alguien que ejecute, un perpetrador, que asegure la continuidad del plan de apropiarse de todos los recursos y de perpetuar las ganancias infinitas. Alguien tipo Adolf Hitler, el Führer, que en alemán significa líder, jefe, caudillo. El “hombre fuerte”, herramienta eficaz y sin escrúpulos para las grandes compañías, el big business de Alemania y EE.UU, que financiaron la subida al poder de los nazis y todo lo necesario para su guerra, la gran estafa de la II Guerra Mundial. Es lo que cuenta Jacques R. Pauwels en su brutal libro de historia Grandes Negocios con Hitler (El Garaje Ediciones). Siemens, IBM, Ford, Unilever, Bosch, Fox, Krupp, IG Farben, General Electric, General Motors, Maggi, Eastman Kodak, DuPont… (la lista de cómplices es muy larga) y los grandes banqueros europeos y americanos financiaron a los nazis antes y durante la guerra. Fue un gran negocio, ganaron como nunca mientras todos perdían. Tanto ganaron que hasta el día de hoy siguen siendo gigantes impunes y satisfechos después de la matanza.

La idea del “hombre fuerte”, que tiene autoridad total, está triunfando en las empresas. Ni junta de accionistas ni consejo de administración ni marcos reguladores, sólo la visión de su dueño, una empresa monarquía, ojalá monopolio, con un Führerprinzip (principio de supremacía del jefe) y su Gefolgschaft (lealtad incondicional de sus seguidores). Al Jefe no se le discute, trabajar para él es un acto de fe. El rey de esta nueva monarquía empresarial es Peter Thiel, fundador de PayPal y Palantir, con tentáculos en Facebook, Uber, Tesla, Airbnb, SpaceX, Spotify, entre otras muchas, espléndido donante de Trump y la ultraderecha y defensor de las criptomonedas. Es el magnate más influyente de Silicon Valley y “un supervillano” según Max Chafkin, autor de The Contrarian, su biografía no autorizada y un superhéroe para los jóvenes tiburones que quieren dominar el mundo lo más rápido posible y que devoran su libro De Cero a Uno en el que se pueden leer cosas como esta: El destino de nuestro mundo puede depender de los esfuerzos de una sola persona que construya la maquinaria que haga el mundo más seguro para el capitalismo.

El plan incluye minimizar el Estado o abolirlo sin más, desregularlo todo y eliminar el anticuado dinero y remplazarlo por criptomonedas. Para barnizar sus propósitos están recurriendo a la filosofía, la que les conviene. Como las teorías de “salvar el futuro” a costa del presente de William Macaskill. Se trata de dejar de invertir en ayudas a los pobres y ONG´s y hacerlo en desarrollo tecnológico y que sobrevivan los más preparados, que deberían estar mejorados genéticamente y asegurar la supervivencia de los elegidos de la especie en un futuro “total tech”. También han resucitado a la filósofa rusa y norteamericana Ayn Rand, bandera del egoísmo como virtud y del capitalismo radical, aunque prefieren olvidar que la propia Rand tuvo que recurrir al Estado para ser atendida en los últimos años de su vida. Estas ideas y filosofías fantásticas son las favoritas de Thiel, Musk y sus colegas, que se sienten los “Führer” de nuestro destino. La individualización del poder, el individuo “hombre fuerte”, podría tener alguna ventaja para nosotros, los untermenschen. Como puede ser la eliminación de estos “Führer” como hacen con gran precisión selectiva los Hijos de Kali en la visionaria novela de un futuro muy cercano El Ministerio del Futuro de Kim Stanley Robinson. Porque siempre se puede derribar una fantasía con otra fantasía.

* Betzie Jaramillo Becker es periodista y guionista chilena. Ha trabajado en televisión, radio y prensa escrita en Chile y España. En 2005 obtuvo el Premio SERNAM “Periodismo y Mujer”. Forma parte del Colectivo LoQueSomos.
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