Los Juanes
No nos tienen miedo.
Ninguno.
Millones de personas no suponen una amenaza para esos pocos.
No quieren descifrar el lenguaje de la humanidad que habla tan claro, que aúlla tan estridente, que se duele por los siglos de los siglos.
No nos tienen miedo, esto es lo único cierto.
No vamos armados.
Sólo se asustan un poco los que saben que están de paso, los que cada cuatro años deben batirse en duelo con sus aliados, pero los amos, los que siempre estuvieron, los que ayer rieron frente a los paredones manchados de coágulos hoy ríen de nuevo frente a los suicidios y desahucios.
Son los juanes, los sin miedo, los hijos de la grandísima que no tiemblan.
Lo tienen todo: la memoria, los tribunales, la información, las jaurías, las cárceles, los empleos, la salud, la educación.
Acorralados, enjaulados, les dejamos hacer esta guerra donde lo que primero invadieron fueron nuestras ideas.
Si fuéramos conciencia, si pudiéramos por una vez juntar los trozos que reventaron a fuerza de traiciones, verían entonces de qué es capaz un pueblo humillado por decreto, por decreto desollado.
* Si vis pacem
Viñeta de J. Kalvellido