Los químicos franquistas Albareda y Rocasolano, en el año internacional de la química
El martes 8 de Febrero del 2011 va a tener lugar el acto inaugural del Año Internacional de la Química en el Salón de Actos de la Sede Central del CSIC en Madrid, Serrano 117, presidido por Alfredo Pérez Rubalcaba., Vicepresidente del Gobierno.
Encima justo de este edificio, en su frontispicio y hasta Agosto del 2010, lucía unos textos de exaltación al victorioso Franco, que gracias a la “Plataforma ciudadana en defensa de la JAE-ILE”, conseguimos que se ocultara. Esto se puede comprobar perfectamente en la imagen que sale en Wikipedia de dicho frontispicio.
Pero nosotros, la mayoría descendientes de familias institucionistas (ILE), y científicos relacionados con la Junta para ampliación de Estudios (JAE), no estamos contentos, pues en nuestra solicitud incluíamos también la retirada, entre otras, de otros dos símbolos del franquismo, como era la retirada del Campus del CSIC de la escultura del busto de José María Albareda, destacado franquista y miembro del Opus Dei, que fue secretario General del CSIC de 1939 a 1966 y la eliminación del nombre del reconocido franquista Antonio de Gregorio Rocasolano del Instituto de Física y Química (antiguo Rockefeller).
Dado que la conocida como Ley de la Memoria Histórica, estipula en su apartado 1… “la retirada de los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas del exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura…”, entendemos que se debe proceder a la retirada de ambos, la escultura y el nombre del edificio.
Por el contrario, ha pasado casi un año desde nuestra carta a los Ministros, enviada el 22 de Febrero del 2010, sin haber dado respuesta a nuestra petición, y se va a celebrar el acto inaugural del Año Internacional de la Química, rodeado de tamaña parafernalia franquista.
Ambos, el sacerdote del Opus Dei, José María Albareda (que también fue el Rector de la Universidad de Navarra) y Rocasolano eran químicos y de Aragón, encargados de depurar a sus colegas químicos, como es el paradigmático caso del gran científico de la Junta para Ampliación de Estudios, Enrique Moles Ormella, consuegro del Dr. Luís Calandre Ibáñez, mi abuelo, último Delegado de la Junta para Ampliación de Estudios en Madrid.
Seguramente por esto, Aragón, y especialmente Zaragoza, tendrán una participación importante en dicho año de la Química, según vemos en la página WEB del CSIC, ¡muy orgullosos se sienten de sus químicos franquistas! en consonancia con el nombre que le puso el Ayuntamiento de Zaragoza, a una calle del creador del Opus Dei, Monseñor Escrivá de Balaguer, cuya estatua se encuentre en la Iglesia del Espíritu Santo, en pleno Campus del CSIC en Madrid, actualmente muy implicada en la próxima visita del Papa, a través de las Jornadas Mundial de la Juventud (JMJ).
En el magnífico catálogo de la Exposición “Enrique Moles” farmacéutico, químico y artista, organizado por la Real Academia de Farmacia, en el año 2005, y a la que tuve la suerte de asistir, se informa sobre el Consejo de Guerra del 28 de Julio de 1942, en donde el Tribunal Supremo de Justicia Militar solicitó la pena de muerte, que fue cambiada por el de treinta años de reclusión.
Es una falta de consideración para los grandes Químicos de la JAE, como Moles, Antonio Madinaveitia (que había dirigido un Laboratorio en la Residencia) represaliados por el franquismo por defender a la República, que la apertura institucional de dicho Año Internacional se haga rodeado de todo lo anteriormente expuesto, con el agravante que actualmente se mantiene una placa dedicada por el CSIC a la JAE, a la entrada del Instituto de Física –Química Rocasolano, que pone de fecha final 1938, cuando realmente la JAE dejó de existir al final de la guerra, en 1939, con la que ambos estuvieron muy relacionados, Madinaveitia, como vocal de dicha JAE durante la Guerra, y también Moles, que dirigió el Rockefeller (JAE) e incluso publicó algunas investigaciones durante el periodo bélico.
El Vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, encargado de su apertura , catedrático de química orgánica en la Universidad Complutense, no es ajeno a todo lo que esta ocurriendo en la Colina de los Chopos, pues en el año 1994 firmo como Presidente de la Fundación Residencia de Estudiantes, debido a su cargo como Ministro de Educación y Ciencia, el acuerdo de rehabilitación de la Residencia, junto al CSIC, y al Ministerio de Economía y Hacienda que se encargaría de dicha rehabilitación a cambio de determinados inmuebles cedidos por el CSIC y el propio Ministerio de Educación y Ciencia. El valor de la obra alcanzaría mas de 600 millones de las antiguas pesetas, y la empresa constructora sería FCC, que destruiría un Refugio antiaéreo que esta debajo de la Residencia., sin que siquiera estuviera inventariado.
Es un escándalo lo que esta ocurriendo en dicha Colina de los Chopos, y que vengo denunciando desde hace cuatro años, en el que las instituciones y el propio Estado, no cumple con las Leyes, como la de Protección del Patrimonio Histórico de 1985 y la conocida como Ley de la Memoria histórica, 52/2007, manteniendo por ejemplo el actual logo del CSIC, en el frontispicio de su edificio principal, un árbol luliano, que nació en un contexto de exaltación a la sublevación militar, como queda de manifiesto en el preámbulo de la Ley de 24 de noviembre de 1939 creando el CSIC, párrafo 2ª que dice:
“…Para ello hay que subsanar el divorcio y la discordia entre las ciencias especulativas y las experimentales y promover en el árbol total de la ciencia su armonioso incremento…hay que imponer, en suma, al orden de la cultura, las ideas esenciales que han inspirado nuestro Gloriosos Movimiento, en las que se conjugan las lecciones más puras de la tradición universal y católica con las exigencias de la modernidad… “
El CSIC que nos dice tiene 15 centros dedicados a la investigación química con 1.300 personas y que va a jugar un papel destacado en este año Internacional de la Química, podría haber tenido el detalle de retirar el busto del sacerdote del Opus Dei, José María Albareda y el nombre de Rocasolano , responsables ambos directamente de que en España se dejara de hacer, a partir de 1939, una investigación en química básica y se pasara a la experimental, pues investigar en los orígenes de la vida entraba de lleno en confrontación con la fe católica. Todo ello ha dado lugar a una política científica desordenada y cuyas consecuencias se pueden ver ahora, ya que en los países en donde si hay investigación básica, la crisis actual, les afecta menos al tener una economía más basada en la ciencia y la tecnología… que en el ladrillo.