Los últimos de los últimos: beduinos negros en gaza

Los últimos de los últimos: beduinos negros en gaza

Por Nònimo Lustre

Si alguien quisiera denunciar la doble moral que los medios occidentales -sionistas en su 90%- aplican al genocidio contra Gaza, no necesitaría hemeroteca porque todos los días encontraría casos espeluznantes. Ejemplo de hoy: “los Beduinos son incapaces de escapar de los misiles de Hamás” (Unable to Escape Hamas’ Rockets, Noa Limone, 26.XI) donde el tósigo basto y fétido se manifiesta en que, evidentemente, no son los misiles de Hamás sino las bombas, los tanques, el hambre y la sed impuestas por el Tsahal las que están asesinando tanto a los Beduinos (en adelante, BE) que viven en Gaza como a los gazatíes en general. Sin embargo, para que no se note demasiado su orwelliano double speak, la gacetillera añade algunos confusos datos imposibles de verificar: “19 beduinos de Israel, incluidos 6 niños, han muerto en la guerra”. ¿Qué significa eso de Beduinos de Israel? Los BE fueron del Desierto (al badia) aunque ahora muchos se vean obligados a residir en Gaza o en Cisjordania. Ahora bien, ¿quién los ha asesinado? Los medios no suelen responder. En el ejemplo de hoy, la plumilla de turno responde que los BE de la familia Tahany Abuhdoba prefieren hablar de sus miedos a los psicólogos y los trabajadores sociales -para la plantilla de los sionistas propagandistas, the best resource of comfort and support; en castizo, aspirinas contra el cáncer.

El problema se complica cuando no son sólo los medios sino también esa Ciencia que no considera prioritario a todo un pueblo auténticamente indígena. Lo comprobamos en la Era pre-Internética cuando redactamos un ensayito sobre los BE. Es más, al mismo tiempo descubrimos horrorizados que Hollywood había perpetrado un ataque feroz contra los BE que, 60 años después, todavía sigue inficionando la percepción popular no sólo de los BE sino también del imperialismo británico y, si nos apuran, de la historia de la I Guerra mundial – por favor, vean con pinzas en la nariz la insidiosa película Lawrence of Arabia, David Lean, 1962.

Olviden a Hollywood, mejor estudien una primera aproximación al pueblo indígena BE en una versión reducida del ensayo “De la cabra asesina al neutrón clandestino: Los Beduinos del Neguev y el modelo de desarrollo israelí” (4.500 palabras) que fue publicada en la revista Nación Árabe, nos. 16-17, pp. 37-44; Madrid, 1992. Versa sobre cómo el ala ecologista (¿) del Tsahal exterminó a las cabras que los BE habían adaptado al desierto y, además, destruyó con bulldozers las micro-represas construidas desde hacía siglos por los BE para recoger hasta la última gota de lluvia. Tan inicuo destrozo, ¿para qué? Para ocultar que, en el centro del desierto del Neguev, está la central nuclear de Dimona. Simplemente por decir que existía, le costó años de tortura y de cárcel al judío antisionista y héroe Mordechai Vanunu. Item más, ese añoso ensayo de 1992 incluye referencias sobre la arqueología y la historia de los pueblos beduinos. Datos básicos que, hoy, nos ahorran el trabajo de copiarlos aquí.

Beduinos en Gaza

Gaza y alrededores, territorio BE. Mapa de J.M. Burckhardt 1880

Los BE de Gaza son una extensión de los BE que habitaban en la Palestina meridional. Como naturales del desierto (al-badia), habitaban la península del Sinaí (al-naqab) y el Sur de Jordania. Antes del fatídico año de 1948 (imposición del Estado de Israel), hubo BE sedentarios en Gaza y en Sinaí y ‘nómadas’ en los valles que tenían algo de agua, de pastos y de tierra arable. Tenían una bien ganada fama de proteger a los peregrinos y a los comerciantes urbanos.

[Conste que nunca hubo nómadas en el sentido popular -y académico- de pueblos vagabundos. Los BE vivían viajando en círculos por territorios cercanos de los que conocían las fuentes de agua y de sobrevivencia. Y tenían casas que no eran reconocidas como viviendas por el estreñido eurocentrismo, ni como confortables ni siquiera como albergues caseros]

En orden de mayor a menor importancia demográfico-política, los BE de Gaza se ordenaban así: Al-Tarabin (21 clanes) y Al-Tayaha (27 clanes); Al-Azazmah y Al-Jabarat, y, a cierta distancia, los Al-Nuseirat y los Al-Hanajrah, completados con dos ‘tribus’ pequeñas: los Al-Ehwat y los Al-Sa’idiyen (sólo 4 clanes) en total, dicen las fuentes oficiales y paraoficiales que ascienden a 300.000 almas, una cantidad que mantienen cuasi fija pese a las diásporas, las matanzas y las clandestinidades.Gaza en 1891, rodeada por las jaimas de los Beduinos que, en esos años, ya estaban olvidando su arcaica imagen que databa de dos milenios de saqueadores de ciudades sedentarias

En la playa de Gaza: Beduinos en 1940

Beduinos vistos mil veces en la propaganda británica filmada por David Lean 1962. Y siempre sugiriéndonos que eran salvajes, crueles, inestables y hasta asesinos natos.

Los Beduinos negros

Beduinos negros en Gaza -también conocidos como afropalestinos

Según Thompson -cit. en Beckerleg, cf. infra-, la migración africana de los pastores del Sáhara verde hacia Palestina comenzó hacia 6000 ane y terminó antes del 4000 ane. En el siglo VII, sus descendientes estaban plenamente integrados en Arabia -por ejemplo, Bilal, lugarteniente de Mahoma, era un esclavo manumiso porque no todos los negros eran esclavos. En cuanto a la fantasía bíblica, no extraña que los hoy llamados subsaharianos conocieran más allá del norte del Nilo puesto que todavía se recuerda la degradante historieta de la reina de Saba seducida por el donjuanesco Salomón, al igual que los judíos etíopes fueron transportados en aviones israelíes desde sus tierras hasta los kibbutzim, aunque ahora no sean bienvenidos -los falasha están arrinconados en el estrato más bajo de la rígida pirámide del Poder.

El comercio de esclavos desde África hacia Arabia duró miles de años y se mantuvo hasta mediados del siglo XX, cuando los BE del Neguev todavía poseían cautivos negros. Pero, en 1948, esos pocos ‘afrobeduinos’ se refugiaron en Gaza mientras que, otros, permanecieron en el desierto donde, tras infinidad de problemas, unas escasas docenas llegaron a ser israelíes -la identidad étnica, no agobió nunca a los afrobeduinos que se sabían diferentes y que sólo enfatizaban su disgusto por el uso de la etiqueta abed, esclavo sinónimo de negro. En suma, no recuerdan apenas su africanidad pese a que, en contadas ocasiones, creen saber la elusiva ciudad de donde hipotéticamente salieron sus ancestros y lelo quizá más por fuentes esclavistas que genealógicas. Los que llaman con excesiva imaginación y gran margen de error ‘Egipto, Sudán y Abisinia-Etiopá’ ’ son los orígenes más nombrados -en el siglo XIX, esos traficantes de esclavos distinguían entre los etíopes (Habash) considerados ‘superiores’-a menudo fruto de las componendas con el Imperio abisinio- y los ‘inferiores’ Zanj provenientes de la costa oriental africana (cf. Beckerleg, S. 2007. “African Bedouin in Palestine”; en African and Asian Studies, 6(3), 289–303. doi:10.1163/156920907×212240; Beckerleg realizó sus trabajos de campo durante los optimistas años 1990’s de los Acuerdos de Oslo pero, en 2007, el clima político de Gaza se había vuelto tan violento que no pudo continuarlos)

Entonces, a los neo-abed sólo les queda la habitual salida honrosa de todos los negros, sean gringos sean-de-donde-se: dedicarse al arte y, especialmente, a la música. Sin embargo, según denunciaba Taghreed Ali (cf. 20.XII.21), desde sus respectivas infancias, los artistas palestinos/negros de Gaza han colisionado con la discriminación racial -todavía hoy, algunas/os gazatíes rehúsan casarse con ellas/os. Incluso saben que, cuando se suben a un escenario para cantar la dahiya -tradicional canción beduina-, reciben comentarios racistas sobre su color de piel y su pelo rizado.Abril 2021: la banda musical Al Badia (= el desierto) actuando dentro de Gaza. Los Tarabir de la comarca de al-Maghazi, en Gaza central, cantan y bailan las obras palestinas de los estilos dabkeh y daha

Cisjordania/West Bank

Aunque estamos centrados en Gaza, no olvidamos que el siguiente genocidio llegará a Cisjordania. De hecho, desde el 07 oct. hasta la fecha, los colonos y los ultra-ortodoxos ya han asesinado manualmente a cientos de palestinos -el Tsahal los asesinará industrialmente. Y, por supuesto, el ritmo de los saqueos y los robos inmobiliarios aumenta día a día en beneficio de unos colonos cada día más impunes y más avariciosos.

Por ejemplo, el pueblo BE de Jan al-Ahrmar, sufre continuas demoliciones parciales o totales con la anuencia del Tribunal Supremo sionista y, ¿cómo lo cuentan los medios?: preguntándose ¿Son los beduinos la Tribu Perdida de Israel? (cf. Seraj Assi, 12.IX.2018) Ese pueblito cisjordano ha sufrido tres o cuatro sentencias desfavorables del Alto Tribunal y, todas ellas, reniegan de la ideología de los primeros sionistas pues aquellos gatillos fáciles que eran los beatíficos primeros invasores de Palestina, teorizaban que los BE eran hermanos de sangre y hasta les consideraban ‘los judíos ocultos’. Es más, su utópico modelo para el futuro Gran Israel se fundamentaba en una inverosímil amistad con los BE -imposible que el tigre ame a las gacelas. Por ello, en efeto, podemos entender al pie de la letra, que los BE son la tribu perdida de Israel.Pueblo BE de Wadi al-Siq. En agosto 2023, todavía pastoreaban su ganado pero, el 12.X.2023, todos fueron deportados por Israel

– Fotografía de portada: Un niño gazatí beduino negro. Aunque sólo sea ‘por ahora’, ¿habrá sobrevivido al actual genocidio contra la Franja de Gaza?
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