Manifiesto de la Comisión 8M de Madrid
Agencia Mp3.LQS. Marzo 2021
Reproducimos abajo el manifiesto íntegro de la Comisión 8M Madrid, y destacamos en primer lugar algunas de sus exigencias entresacadas del texto.
El capitalismo ha instalado entre nosotras la precariedad, ha destruido lo común y lo público y nos arrebata derechos y libertades.
– Exigimos que se deroguen todas las leyes mordazas que nos criminalizan
– Se ha evidenciado que hay que repensar el mundo, es momento de visibilizar y valorar los trabajos de cuidados. Exigimos la ratificación del convenio 189 de la OIT de las empleadas de hogar y cuidados
– La lucha contra las violencias machistas es un asunto de Estado. Exigimos vidas libres de violencias.
– Las feministas reivindicamos que ni la vacuna ni la salud puede ser una mercancía, es un derecho universal para todas, independientemente de nuestra situación administrativa. Demandamos la erradicación de las patentes y la construcción de un sector farmacéutico público que garantice la salud integral de toda la población.
– Exigimos que las administraciones garanticen los derechos humanos, empezando por crear una comisión de investigación sobre la vulneración de los derechos durante la pandemia. Reclamamos la perspectiva de género en los centros de encierro y planes educativos y laborales.
– Exigimos la inmediata derogación de la Ley de Extranjería y el cierre definitivo de los CIEs. ¡Regularización ya!
– Exigimos una Ley estatal que elimine el aborto del Código Penal y garantice su práctica por el sistema de salud pública. En Madrid, demandamos centros de planificación familiar 24h en todos los barrios y pueblos. Nosotras parimos, nosotras decidimos.
– Las mujeres trans queremos vivir libres y seguras. Nadie nos puede etiquetar, adoctrinar, cosificar ni patologizar mentalmente.
– Reivindicamos una educación libre, plural, feminista, con memoria de referentes y disidentes, no enfocada a la producción capitalista y libres de las cargas de género.
– Exigimos la reposición de los 2963 nombres borrados del memorial de la Almudena, entre ellos los de las 78 mujeres asesinadas, incluidas las 13 Rosas.
– Exigimos la condonación de la deuda externa de los países del Sur Global y la eliminación de los tratados sobre libre comercio.
ANTE LA EMERGENCIA SOCIAL, EL FEMINISMO ES ESENCIAL
Venimos de lejos y venimos juntas, construyendo desde abajo una unidad popular que desborda continentes, países, ciudades, barrios y pueblos. Somos el espacio unitario que construye feminismo, somos las que hicimos las huelgas, los paros, los eventazos, las revueltas. Hemos desarrollado un programa común para transformarlo todo y este 8 de marzo salimos para visibilizar que somos esenciales, porque somos las que hemos seguido construyendo y sosteniendo de forma colectiva a pesar de la pandemia. Nosotras cuidamos: en los espacios vecinales, en el movimiento antirracista, contra los desahucios, por la salud pública y contra los centros de encierro, luchando por los derechos de todas, todas, todas.
Este 2021 abordamos una nueva crisis mundial, pero no nos olvidamos de los pasos que hemos dado, de lo aprendido y lo heredado de todas las demás crisis de este capitalismo patriarcal. El neoliberalismo ha quedado al desnudo. Nunca fue el camino y hoy es más evidente que nunca. Ni nuestra salud, ni nuestros derechos, ni nuestro futuro van a volver a una normalidad que nos asfixia a la vez que nos explota..
Ante esto nosotras hacemos avanzar al mundo. Las compañeras que defienden paz y el planeta, que resisten en los territorios ocupados, en el desierto y por procesos constituyentes. Este es un grito global imparable, sabio y creativo y todas estas son nuestras luchas. Y para poder gritar juntas, exigimos que se deroguen todas las leyes mordazas que nos criminalizan.
Hoy, entre los dos metros que nos separan sabemos que hay muchas compañeras que no han podido venir: trabajadoras del hogar y cuidados, las asesinadas, las presas, las encerradas en los CIES, las institucionalizadas y las que están confinadas, cuidando o enfermas. Estamos aquí por todas.
El capitalismo ha instalado entre nosotras la precariedad, ha destruido lo común y lo público y nos arrebata derechos y libertades.
La pandemia está profundizando esta crisis, las vulnerabilidades y las cargas que ya teníamos. Estamos ante una emergencia social. Se ha evidenciado que hay que repensar el mundo, es momento de visibilizar y valorar los trabajos de cuidados.
Las necesidades han aumentado, la distribución es insostenible y las tareas son muchas: las que realizamos de forma invisible y gratuita en los hogares y las que son remuneradas, feminizadas, precarizadas y realizadas desde una gran explotación laboral, en ausencia de derechos y reconocimiento.
Reivindicamos que todos estos trabajos deben estar en el centro de un nuevo modelo económico corresponsable desde el Estado, las empresas y los hombres, que proteja nuestras vidas y la dignidad de las personas cuidadas. Exigimos la ratificación del convenio 189 de la OIT de las empleadas de hogar y cuidados.
Nuestro feminismo es también anticapacitista. Luchamos por la dignidad de las mujeres diversas, desde la intersección de las desigualdades y la interdependencia por una vida plena para todas. No vamos a dejar que esta pandemia priorice unas vidas humanas sobre otras. La accesibilidad debe siempre estar en el centro de nuestra lucha y en especial ahora contra el virus.
Durante el confinamiento muchas mujeres hemos tenido que convivir con nuestros maltratadores. Solamente el pasado abril, las consultas online al 016 aumentaron casi un 600%. Las limitaciones de movilidad y el aislamiento han llevado al aumento de las violencias que sufrimos y nos han hecho vivir situaciones de especial vulnerabilidad e incertidumbre. La lucha contra las violencias machistas es un asunto de Estado. Exigimos vidas libres de violencias.
Durante este año hemos visto un Sistema Público de Salud golpeado de muerte por el neoliberalismo. Los recortes y el austericidio ponen nuestra salud en peligro y nos ha llevado a las trabajadoras sanitarias, que somos en un 80% mujeres: limpiadoras, celadoras, enfermeras o doctoras, hemos luchado desprotegidas y en primera línea contra el virus. Debemos reestructurar el tejido público y los servicios sociales para trabajadoras y usuarias. Las feministas reivindicamos que ni la vacuna ni la salud puede ser una mercancía, es un derecho universal para todas, independientemente de nuestra situación administrativa. Demandamos la erradicación de las patentes y la construcción de un sector farmacéutico público que garantice la salud integral de toda la población.
No nos podemos olvidar de la importancia de la salud mental. el confinamiento y la incertidumbre nos han llevado a estados de ansiedad y depresión. Exigimos que se deje de patologizar nuestras emociones atajando las razones que nos producen malestar y que la salud mental se enfoque desde los cuidados y lo común. Nosotras reivindicamos más feminismo y menos Prozac.
En los centros de encierro (cárceles, CIEs, Centros de Internamiento para Menores, psiquiátricos), la gestión de la pandemia ha sido utilizada para aislarnos, invisibilizarnos y vulnerar nuestros derechos aún más. Estamos hacinadas y sufriendo mayor exposición al contagio sin medidas sanitarias adecuadas. Están retrasando nuestra libertad y el acceso al tercer grado. Exigimos que las administraciones garanticen los derechos humanos, empezando por crear una comisión de investigación sobre la vulneración de los derechos durante la pandemia. Reclamamos la perspectiva de género en los centros de encierro y planes educativos y laborales. ¡No estamos todas, faltan las presas!
El sistema capitalista actúa sin importar fronteras, con estrategias imperialistas, racistas, colonialistas y violentas, imponiendo los intereses de las multinacionales. Expolian, deterioran el medioambiente, destruyen ecosistemas y economías agrícolas. Nos empobrecen, contaminan, nos enferman y matan. Provocan guerras, militarizan territorios y nos obligan a migrar.
Exigimos la condonación de la deuda externa de los países del Sur Global y la eliminación de los tratados sobre libre comercio. Exigimos detener los proyectos extractivistas y apostar por un cambio ecosocial y sostenible con el planeta y los pueblos. Denunciamos la criminalización y asesinato de las defensoras de los derechos humanos y de la tierra. Apoyamos y visibilizamos sus luchas.
Somos las migrantes, con y sin papeles, refugiadas, solicitantes de asilo, racializadas, acosadas y explotadas por nuestro origen y nuestra condición administrativa. Frente a las políticas de la UE que profundizan el racismo institucional y condicionan nuestra movilidad como meros instrumentos útiles para la producción nos reivindicamos feministas antirracistas y antifascistas contra mentalidades que nos excluyen y vulneran. Exigimos la inmediata derogación de la Ley de Extranjería y el cierre definitivo de los CIEs. ¡Regularización ya!
El aborto está en el centro de los ataques de la extrema derecha a nivel mundial. Ante eso, nosotras avanzamos la lucha por la libertad de nuestros cuerpos y la decisión sobre nuestras vidas. Exigimos que el Estado garantice nuestros derechos sexuales y derechos reproductivos, que actúe contra el odio, acoso y presiones contra mujeres, profesionales y centros. Exigimos una Ley estatal que elimine el aborto del Código Penal y garantice su práctica por el sistema de salud pública. En Madrid, demandamos centros de planificación familiar 24h en todos los barrios y pueblos. Nosotras parimos, nosotras decidimos.
Hoy también reivindicamos que nuestra identidad no le pertenece al Estado. Es única y propia. Nadie nos puede etiquetar, adoctrinar, cosificar ni patologizar mentalmente. No pueden obligarnos a un proceso de transición tutelado por psicólogos y psiquiatras. Las violencias que sufrimos las mujeres trans no pueden ser invisibilizadas ni menospreciadas. Se nos niega el acceso al trabajo y a la vivienda y estamos abocadas a la pobreza. Sufrimos el odio, el rechazo, la discriminación y el acoso en todos los espacios de nuestra vida. Las mujeres trans queremos vivir libres y seguras.
Las disidentes sexuales, de género y de cuerpo sufrimos violencia y exclusión por vivir nuestras identidades y sexualidades fuera de lo hetero-blanco-cis-normativo. Queremos construir una sociedad diversa en donde podamos ser quienes somos y follar con quien queramos.
Las jóvenes nos encontramos un país que no nos ofrece futuro, sufrimos un paro del 41,73%, trabajos precarizados y temporales, condiciones de vida peores que la generación anterior. Reivindicamos una educación libre, plural, feminista, con memoria de referentes y disidentes, no enfocada a la producción capitalista y libres de las cargas de género.
Exigimos una educación sexoafectiva libre de estereotipos y en todas las etapas educativas y demandamos entornos seguros y libres de violencias sexuales. ¡La calle y la noche también son nuestras!
Somos las nietas de una generación condenada al olvido: las que lucharon contra el franquismo, heroínas y referentes que nos abrieron el camino. Por ellas, luchamos juntas contra su borrado y por su lugar en la historia: el Mural no se toca. Exigimos la reposición de los 2963 nombres borrados del memorial de la Almudena, entre ellos los de las 78 mujeres asesinadas, incluidas las 13 Rosas.
Somos las mujeres de la Cañada Real, luchamos por tener una vida digna. La Cañada Real no se apaga.
Ante este sistema que NO da respuestas a nuestras necesidades vitales, ejerce violencias contra nosotras y nos pone en riesgo, sabemos que la única forma es transformarlo todo, avanzando hacia un horizonte feminista donde entremos todas en nuestra diversidad. ¡Viva el 8 de marzo!
Comisión 8M Madrid. 2021
#SalALaCalle #SalAlBalcón #8M2021
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