Mi poesía
“La poesía es tan útil como el pan, la sal y el agua”
Nazim Hikmet
Para mí la poesía debe ser útil.
Debe lograr el objetivo de ser manoseada, cantada, contada, secuestrada.
Yo concibo este oficio así, como una modista que trabaja en su casa, puntada tras puntada, para luego ver el vestido en un cuerpo ajeno camino del trabajo.
Es un oficio solitario, amargo muchas veces, ajeno a ese mundo paralelo donde se mezclan egos, premios, editoriales.
Yo no deseo eso para mis versos.
No quiero para ellos un destino privilegiado. Los quiero sucios y efímeros. Guardados en los bolsillos de los republicanos, en las asambleas, escritos en los cuadernos, en las paredes, en la memoria de quien los lee y le sirven para poner nombre a sus dolores.
Mis poemas no son nada si los pueblos no tuvieran la urgencia de vivir a pleno pulmón, respirando justicia por todos sus costados.
Mis poemas no son nada, no sirven de nada, si estos retales de palabras que hilvano casi sin luz, no los viera, de vez en cuando, pasearse por la acera de enfrente hechos jirones, remendados, dando con su aliento un poco de calor a los corazones tozudos y soñadores que aùn creen que es posible ser libres.