Myanmar ¡Trabajadoras en lucha!
Agencia Mp3. LQS. Abril 2020
Las fábricas se desocupan del problema sindical cerrando la empresa y abriendo otra en tiempo récord. Una maniobra amparada por las leyes que están en continua lucha por cambiar los sindicatos de clase en el país
En Myanmar se está despidiendo a todos los trabajadores sindicados para emplear a quienes no lo estén. Con este método intentan reventar las principales organizaciones de les trabajadores aprovechando la crisis del COVID-19.
En la industria textil de Birmania sus exportaciones no han parado de crecer desde 2013, hasta alcanzar los 4.000 millones de dólares (unos 3.500 millones de euros) en el ejercicio fiscal de 2018-2019, según el Ministerio de Comercio birmano. Este sector emplea a unos 500.000 trabajadores.
Desde enero, han cerrado permanentemente siete fábricas, cuatro lo han hecho temporalmente y otras dos se han visto obligadas a reducir sus plantillas en las regiones de Rangún y de Pegu, incipientes cinturones industriales del país. En la ciudad de Rangún, miles de trabajadores de la industria de confección de ropas se declararon en huelga en un intento por detener los despidos inminentes en medio de la desaceleración de la producción debido a la pandemia del coronavirus. Los cierres han supuesto el despido de más de 3.000 trabajadores, muchos de los cuales han organizado protestas porque no han percibido todavía sus salarios de febrero.
The New York Times ya advertía a finales de marzo de esta situación abusiva que se está dando en Myanmar (1): “los propietarios de fábricas… están utilizando la situación caótica para desviar a los trabajadores sindicalizados”. “Antes del impacto del coronavirus, las fábricas en Hlaing Tharyar habían sido sacudidas por una serie de huelgas, en la que les trabajadores clamaban por los derechos básicos”
Sindicatos como la Federation of Garment Workers Union (FGWU) de Myanmar siempre han manifestado su espíritu de solidaridad y lucha por los derechos de les trabajadores: “… cuando hay un problema, se actúa de forma solidaria entre las diferentes compañías o centros de trabajo, bloqueando la actividad hasta que los responsables escuchan y negocian los derechos laborales”.
Desde el FGWU también recuerdan una realidad que viven los trabajadores de Myanmar, que más allá de la represión gubernamental, tienen que lidiar con una maniobra común: las fábricas se desocupan del problema sindical cerrando la empresa y abriendo otra en tiempo récord. Una maniobra amparada por las leyes que están en continua lucha por cambiar los sindicatos de clase en el país (2).
Ko Htet Aung, de la Federación de Sindicatos de Artesanía y Servicios de Myanmar Industries, ha afirmado “que las protestas buscan la recuperación de los puestos laborales y no la adquisición de indemnizaciones” (3).
De momento una docena grupos de activismo social y sindical han formado un comité para apoyar las demandas de una verificación gubernamental a las empresas, para que se aseguren realmente de las razones para cerrar o suspender las operaciones laborales.
Todas esta fabricas del sector textil producen para grandes marcas occidentales como Mango, H&M, ZARA…
– Imagen. Febrero de 2020: 15.000 sindicalistas marchan en solidaridad con los 260 trabajadores despedidos de Thong Thai
Notas:
1.- The Virus Is Coming to Myanmar, but the Pain Has Already Begun (The New York Times)
2.- International Labor Union Conference of the Garment Sector
3.- Myanmar Times
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