Nils Lofgren: Mountains

Nils Lofgren: Mountains

Por Mariano Muniesa.

“Con el disco Mountains, nos ofrece una de las mejores producciones de toda su carrera como artista en solitario”

En la cima del sentimiento rockero

No es ni nunca ha sido lo que podríamos llamar un músico maldito, aunque a mi juicio injustamente no haya llegado nunca a tener la opción de ser un artista del mundo mainstream. No oculta en modo alguno la profunda huella que Bob Dylan ha dejado en su estilo de hacer canciones ni su devoción por los Rolling Stones – mítico es su clásico dedicado a Keith Richards, “Don´t Go (Ode To a Glimmer Twin)”de 1975 y su nombre sonó como posible reemplazo para Mick Taylor – y su trabajo al lado tanto de los Crazy Horse con Neil Young como desde 1984 con la E Street Band de Bruce Springsteen le ha convertido con los años en un músico solvente, creíble, de esencia puramente rockera y que en este nuevo disco que ha editado este pasado verano, “Mountains”, nos ofrece una de sus mejores producciones de toda su carrera como artista en solitario.

“Mountains” no se aleja mucho de sus patrones musicales: rock clásico, rock de la vieja escuela angloamericana en el que incorpora el bagaje acumulado de las tradiciones folk, blues y rythm´n´blues de los años 60. Nils Lofgren es un producto de su generación y a sus 72 años, no está lanzando demasiadas curvas en contra de esas expectativas. Los viejos amigos Neil Young y el beatle Ringo Starr pasan por aquí, al igual que David Crosby, tristemente fallecido en enero y el inmenso jazzman Ron Carter, quienes proporcionan en su colaboraciones valiosos ingredientes para un mensaje musical que habla de historias de amor, de agitación política, historias de amor e incluso el homenaje a otro de los músicos a los que admiró siempre como stoniano de corazón: Charlie Watts.

Lofgren deja bien claras sus intenciones desde el primer momento. La canción que abre el álbum, “Ain’t the Truth Enough”, fue escrita después del ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de los Estados Unidos, y durante tres minutos y medio critica con dureza a los medios de desinformación y los ataques a los derechos de las mujeres. “¿Quién te llenó la cabeza de mentiras?” pregunta sobre una resbaladiza guitarra slide, un órgano que envuelve a la perfección todo el sonido y la excelente ejecución de Ringo Starr en la batería. Un medio tiempo con un toque a lo John Fogerty que nos deja intuir que estamos ante un disco realmente válido.

Señala Nils Lofgren a su mujer, Amy, como una influencia muy importante en esa dimensión política de alguna de estas canciones. “Ver a Amy en las redes sociales, ya sabes, luchando por los derechos humanos, los derechos de las mujeres, los derechos de los niños, la democracia, reivindicando el sentido común y la decencia en relación con toda esa gente que ha perdido la cabeza y les han lavado el cerebro, ha sido para mí un ejemplo y un espejo en el que he querido mirarme. Es una luchadora desde hace muchos años. Creo que ha habido una guerra contra las mujeres toda la vida, probablemente desde el principio de los tiempos. Lamentablemente, los hombres simplemente no parecen entender la idea en general de que sólo porque te ponga nervioso invitar a bailar a una chica porque te atrae, no significa que tengas que obligarla a bailar, tratarla como a una esclava y quitarle sus derechos en tu país, como en muchos lugares de este mundo. Son seres humanos tan valiosos como tú. De hecho, los hombres tienen un historial bastante decepcionante a la hora de gobernar el mundo en este momento. Me encantaría que las mujeres se hicieran cargo del poder”.

El disco se adentra de vez en cuando en esa crítica política y social sobre problemas de actualidad como en “Only Ticket Out”, uno de los mejores temas del disco gracias al impecable trabajo de guitarras de nuestro protagonista así como de Andy Newmark en la batería y de Kevin McCormick, en el bajo, una sólida y bien engrasada base de ritmo, colaboradores de Lofgren desde hace mucho tiempo o “We Better Find It”, donde encontramos de nuevo a Ringo Starr. Pero la temática que predomina en las canciones es más sentimental y apegada a asuntos del corazón, bien sea en el ya mencionado tributo al batería de los Stones, “Won’t Cry No More (For Charlie Watts)”, o colgándose una guitarra acústica para agradecer a su esposa y coproductora del álbum en “Nothin’s Easy (For Amy)”, que cuenta con el acompañamiento en la voz de Neil Young.

Otros temas sobre los que merece la pena detenerse por su calidad son “Back In Your Arms”, escrito por Bruce Springsteen en 1995 e incluido en el box-set de “Tracks” de 1998 y en el que los conmovedores coros del Howard Gospel Choir crean una sugerente atmósfera similar al último trabajo del propio Springsteen.

Cercano en este sentido es “I Remember Her Name”, con David Crosby en la voz, una canción de amor que gradualmente aumenta en tempo, letra y orquestación, culminando en un in crescendo memorable y con el atractivo adicional de una guitarra tan melódica como desgarrada, “Dream Killer” es quizá el tema más duro de “Mountains”, merced una vez más a la poderosa base de ritmo de Newmark y McCormick.

En contraste tenemos “Only Your Smile”, una pieza cargada de sensibilidad cantada maravillosamente por Cindy Mizelle junto con el piano de Lofgren y las notas del bajo colocadas con elegancia y precisión por el icono del jazz Ron Carter, más otra delicatesen sonora que cierra el álbum, “Angel Blues”, con un arpa que da a la canción un toque muy especial.

Nils Lofgren escribió y grabó el álbum en su casa de Scottsdale, Arizona, participando de nuevo Jamison Weddle como ingeniero de sonido, quien lleva cerca de 20 años trabajando con él. Afirmó con motivo de la salida del álbum a finales de julio sobre el proceso de composición de las canciones que integran este álbum lo siguiente: “El covid-19 me dejó en estado de shock. Hasta entonces había estado en la carretera cerca de 55 años. Me encantaba estar en casa con Amy, nuestro hijo Dylan, pero nunca había pasado tres años sin actuar en mi vida profesional. Y en cierto modo me pasó factura, más de lo que esperaba. Así que empecé a hacer “Mountains” como una especie de terapia, de intento de salir del shock en el que creo que todos estábamos inmersos al avanzar la pandemia en la manera en la que avanzó, pero rápidamente creció más allá de esa intención y teniendo la oportunidad de trabajar sin restricciones, tomándome todo el tiempo que necesitara, al terminarlo me dejó la sensación de ser uno de los trabajos más inspirados que jamás haya hecho”.

Escuchando una y otra vez el disco, deja una más que agradable sabor de boca. Transmite una sensación de honestidad y sinceridad que por momentos llega a ser conmovedora y creo que cualquiera de ustedes que tenga la oportunidad de escucharlo, extraerá la misma conclusión. Hagan la prueba.

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