No me busquen en España
Silvia Delgado*. LQSomos. Septiembre 2017
Estos días andamos cono locos desempolvando a Marx, a Lenin, a Stalin. Olfateamos entre sus líneas para saber en qué lugar posicionarnos con respecto a Cataluña, buscamos el oráculo que nos de una respuesta para abanderarla firmes ante cualquiera.
Lo cierto es que yo, disculpen mi ignorancia, veo que todo es más sencillo de lo que quieren hacernos creer. Me explico:
Un pueblo quiere hacer una pregunta. No le dejan.
Cataluña acepta el desafío y persiste en su empeño.
Entonces el Estado saca su artillería pesada, su manía persecutoria, sus delirios, sus dedos acusadores, sus jaurías olfateando imprentas, sus voceros imponiendo opiniones, a todo trapo en todos los medios.
Es un delito preguntar.
El guión lo escriben los que mandan. Si desobedeces, atente a las consecuencias.
En este momento, ya mismo, sin haberse celebrado aún el referéndum la pregunta tiene , (sospecho), una respuesta clamorosa: no quieren ser España. Punto.
Yo tampoco quiero ser España, esta España indecente de sangre azul y desmemoria.
Esta España amarilla, clasista, de ladrones e incultura.
No me busquen en España, acaso, si estoy, estaré en esa España que se duele, que madruga y para la que nunca amanece.
En esa España triste estoy, hagámonos todos la misma pregunta, si no es ahora, no mucho más tarde.
Y mientras tanto que los catalanes sigan su camino… ojalá los demás pueblos podamos seguirlos.