Nomadland ¡No dejar de ver!

Pepe Gutiérrez Álvarez. LQS. Abril 2021

Nomadland (Choé Zhao, USA, 2020), una película enorme que nos recuerda la tradición insumisa de La sal de la tierra, de la mejor tradición del pensamiento crítico norteamericano. Un cine que nos devuelve a la carretera, un lugar que es algo más que un territorio de transito, algo más que un trazado entre dos puntos fijos, de hecho un viaje por de una vida a otra en la que la obligación de luchar se hace evidente. La noción de una vida nómada está en el origen de la tierra propia, en el viaje de los pioneros que huyendo de la intolerancia y de las miserias cruzaron las tierras americanas en busca de prosperidad.

Luego llegó la tradición insumisa y libertaria otros soñadores: Jack London y sus ideales libertarios, o Jack Kerouac y los beatniks, de todos aquellos hombres y mujeres que encontraron en el andar del camino ‘en el camino’ su propia senda hacia la creación artística y la vida sublime.

Con el siglo XXI, llegó otro nomadismo, estudiado por la periodista Jessica Bruder en su libro País Nómada. Supervivientes del siglo XXI (editado en España por Capitán Swing) y ahora llevado al cine, en clave docuficcional, por Chloé Zhao, que retrata a una comunidad itinerante formada parias del sistema que perdieron sus propiedades en la gran recesión de 2007-2009, aquella que ya venía en las alforjas del neoliberalismo de Reagan y Thatcher.

Detrás de la cámara está un cineasta de procedencia asiática –ahora en el punto de mira del fascismo patrio a lo Trump con corona virus que achacan a China-, autora de dos films anteriores –Songs My Brothers Taught Me (2015) y The Rider (2017)– ya imbricaban el trabajo de actores profesionales y de amateurs, que mostraban en la pantalla su modus vivendi real. Desde este enfoque, esta película reúne diversos testimonios de gente que ha hallado en la vida nómada una alternativa a ‘la tiranía del dólar’: las deudas, el trabajo basura, la espiral consumista… Una suma de vivencias verídicas propulsa la odisea ficcional, cargada de entereza y sensibilidad, de Fern (Frances McDormand en la cumbre del hermetismo más expresivo), una mujer que decide lanzarse a la carretera tras después de que –imprevistamente- el “mundo se le cayera encima”.

En la tradición de la estirpe de algunos cineastas yanquis volcados en el estudio de la vida marginal, la autora construye Nomadland persiguiendo una sobriedad formal y una cierta heterodoxia narrativa, de puntos que han subrayado desde la crítica pero que no desdice el resultado es una película que allí como aquí nos convoca combatir el desconcierto contemporáneo. Lástima que no esté previsto un buen debate porque esta es una película para discutir alrededor de una hoguera como en las novelas de London o Kerouac.

Una mujer, después de perderlo todo durante la recesión, se embarca en un viaje hacia el Oeste americano viviendo como una nómada en una caravana. Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, Fern toma su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional, como nómada moderna.

La “ficha”

Nomadland. Año 2020. Duración 108 min. País Estados Unidos
Dirección y guión: Chloé Zhao
Música: Ludovico Einaudi. Fotografía: Joshua James Richards
Reparto: Frances McDormand, David Strathairn, Linda May, Charlene Swankie, Bob Wells, Gay DeForest, Patricia Grier.
Productora: Highwayman Films, Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions (Distribuidora: Searchlight Pictures, Walt Disney Pictures)
Drama. Road Movie. Crisis económica 2008. Cine independiente USA

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