Otra miscelánea del Diario Indirecto

Otra miscelánea del Diario Indirecto

Por Nònimo Lustre

Entre el 11 y el 12 de febrero 2024, el galácticamente acreditado como Diario Indirecto nos ofrece algunos (sórdidos) prejuicios o majaderías sin rebozo que nos aprestamos a criticar:

Prensa 11-12 febrero 2024: España mandó munición a Israel pese a haber anunciado que tenía suspendidas las exportaciones de armamento. El Gobierno asegura que la operación estaba autorizada antes del 7 de octubre y que el material es para “pruebas o demostraciones” y no es “susceptible de ser utilizado en el conflicto” (12 febrero)

Dutch Court Orders Netherlands Gov’t to Halt Exports of F-35 Parts to Israel, Citing Breach of Humanitarian Law. The case against the Dutch government was brought by several human rights groups, including the Dutch affiliate of Oxfam, last December. The appeals court said political and economic concerns did not trump the clear risk of violations of the laws of war… [y, en consecuencia] ordered the government to block all exports of F-35 fighter jet parts to Israel over concerns they were being used in violations of international law during Israel’s Gaza offensive. (12 febrero, en Haaretz) Es decir, que un tribunal neerlandés ha ordenado al gobierno de ese país que bloquee una venta de armas a Tel Aviv porque con ellas los sionistas violarían ‘las leyes de la guerra’.

Vaya… se observa nítidamente que la afamada Justicia no es igualmente justa en los Países Bajos que en España. ¿Acaso alguien puede imaginar que -con honrosas excepciones-, la inmensa mayoría de los jueces españoles dictara órdenes semejantes contra el genocida mercado que exhibe sin pudor la industria armamentística patria? Aún más, esos jueces patrios que, con tal de atacar al gobierno, ven terrorismo en una lata de tomate (Cortázar dixit) ¿osarían frenar las exportaciones de armas hispanas hacia ese Israel que es el paradigma del terrorismo más letal que podemos imaginar, a saber, el Terrorismo del Estado sionista?

Relax solidario: La tercera y última noticia pregonada (el 11 febrero), la sacamos a colación para quitarnos el sofoco de la mil veces vanagloriada spanish fury (woede), sueño húmedo del facherío español, que ha recibido un buen varapalo comparativo por parte de un tribunal centroeuropeo. Obviamente, nos congratulamos de que los neerlandeses hayan sacado las vergüenzas de sus propios mercaderes de la muerte. Seguramente, saben de la vesania invasora pues lo aprendieron en sus costillas de los Tercios de Flandes, del duque de Alba (el Ogro), de il sacco de la belga Amberes y hasta de la decapitación pública en 1568 de los condes de Egmont y Hornes, aliados de España y, por ende, uno de los más estúpidos crímenes que registra la Historia de España, por lo demás riquísima en baldones. Por suerte, los vecinos mahométicos nos han hecho olvidar los lúgubres recuerdos del Imperio español en Europa:

High Stakes: Moroccan Hashish Dealers Reportedly Boycott Israel, Cite Palestinian Suffering. Aunque exportar Hashish a Israel era un negocio muy saneado para los dealers marroquinos, estos traficantes han optado por boicotear a Israel: no les venderán más droga (?) mientras los gazatíes sufran este Genocidio (cf. Mako site y 11 febrero, en Haaretz) Pese a que semejante bombazo dista mucho de estar claro, gracias a él ahora muchos ingenuos sabrán que también los judíos son unos drogaditos (sic) Ahora bien, de esta lacra (¿) ¿se libran los sionistas, los colonos y los ultras haredim? Probablemente no puesto que la droga es una constante en la Historia de la Humanidad. Y, por supuesto, nos cuenten las milongas que nos quieran contar, los soldados y los reservistas segurísimo que gastan mucho cannabis.

Sin embargo, no carguemos las tintas: guerra y droga son parónimos por no decir sinónimos. Mejor que el Tsahal se cannabilice que no se canibalice más de lo que ya está comerciando con los órganos de los palestinos asesinados. Y sería mucho mejor que no les brotara a los verdugos el inconfesado secreto de su ascendiente nazi porque, en semejante caso, ello significaría un aumento exponencial en el consumo de la otrora famosa Pervitín -C₁₀H₁₅N, la anfetamina de la Wehrmacht. Dejémoslo en un wishful thinking pero alabemos que la insólita alianza entre unos jueces y unos llamados excesivamente ‘narcotraficantes’ solidarios, le haya sacado los colores al pulcro y excesivamente modosito gobierno español.

La Resistencia cartográfica

Entre las muchas certezas populares, triunfa la Geografía y, como correlato, los Mapas. Los planos, croquis y hasta los antiguos cartulanos no mienten. ¿Cierto? Es más, algunas almas primaverales creen que no pueden mentir porque “la Tierra es como es” (¿y?) Pues se equivocan. Los sionistas tergiversan todo, incluyendo a la Tierra. Por lo que hoy nos interesa, concretamente borran del mapa la ancestral presencia palestina en Tierra Santa -odioso lema porque no es Tierra sino cementerio y, menos aún, Santa. Sin embargo, los refugiados de la Primera Nakba han decidido combatir esa tergiversación, compleja tarea en la que han llegado hasta corregir nada menos que al sacrosanto Google Earth.

En efeto, han conseguido resucitar cartográficamente las aldeas de las que fueron expulsados a sangre y fuego hace 75 años. Sehan colado en lagunas capas del algoritmo y han re-publicado mapas en los que destacan la realidad de aquellos sus hogares perdidos. A los sionistas, esta recuperación honesta del pasado no les ha hecho ninguna gracia. Y han manifestado su ideología feroz: “When the Arab terrorists see Google Earth’s falsification of geographic realities, they will be appeased and encouraged because these kinds of lying maps send the message that their disinformation campaigns and their terrorism work” (2007: Zionist Organization of America; es decir, que los mapas palestinos son mentirosos… y terroristas). Pero, afortunadamente, en 2006, Thameen Darby creó un primer mapa de los pueblos palestinos arrasados o vaciados desde 1948 que puede contemplarse rebuscando entre los niveles de Google Earth. (cf. Linda Quiquivix. 2014. “Art of War, Art of Resistance: Palestinian Counter-Cartography on Google Earth”, en Annals of the Association of American Geographers, 104:3, 444-459, DOI: 10.1080/00045608.2014.892328. Este paper incluye varios mapas liberados)

Sobre la dificultad de registrar en los mapas de la diáspora causada por la Nakba: año 1952. Campo de refugiados Nahr al-Bared, cerca de Tripoli, Líbano. Foto de Myrtle Winter Chaumeny. Cuatro años después de la Primera Nakba, los refugiados palestinos ya estaban construyendo calles, casas e incluso vallas de mimbre para proteger sus huertos.

Dos o Tres apéndices gráficos

La frivolidad de los artistas (¿) sionistas

Bunker, por Asher Arnon. Cartel para una película sobre un joven soldado israelí y su ‘love affair’ con su poder, con las armas y pese a las presiones del servicio militar. Se incluye en un libro producido con ocasión del 3.000 aniversario de Jerusalén donde se analiza la relación entre árabes y judíos (cf. Dana Bartelt, Yossi Lemel, Fawzy El Emrany y Sliman Mansour. 1996. Both Sides of Peace. Israeli and Palestinian Political Poster Art. ISBN 1-885-449-04-6; pág, 73)

¿Quiénes son los lobos y quiénes los corderos?: And the Wolf will dwell with the Lamb, por Gad Ulman 1990 (ibid, pág. 67)

Resistencias de los artistas judíos anti-sionistas
Stop It!, por el israelí Asher Kalderon. Yuxtaponiendo imágenes macabras, el artista grita Detener la guerra (ibid., pág. 49)

Design & Society, por David Tartakover. En 1991, mientras los diseñadores internacionales participaban en una conferencia en Israel titulada Design & Society, multitud de hogares palestinos estaban siendo demolidos o sellados por los sionistas con bloques de cemento (ibid., pág. 76)

And the Truth Shall Spring From the Earth, también por David Tartakover. El sabra o cactus simboliza tanto a los nativos de Israel (los Sabras) como a los palestinos. La inscrita palabra Truth (verdad) se lee de izquierda a derecha y de arriba, abajo (ibid, pág. 102)

¿Arte en la cárcel?

Miles y miles de palestinos se hacinan en las ergástulas sionistas. Por ahora y por pura casualidad, pueden darse por afortunados puesto que han sobrevivido a la Segunda Nakba que están perpetrando en comandita el Tsahal, los colonos y los ultraortodoxos. Sobre su (pésima) suerte, reza una reciente gacetilla, tímida y alicorta: Actos desastrosos e inhumanos en la prisión de Etzion… Cuando le bajaron del jeep militar, no podía andar pues tenía los pies ‘muertos’. Lo sacaron esposado con las manos a la espalda y lo dejaron caer al suelo boca abajo y lo demolieron con fuerza. Caminó hasta que se desgarró, se lastimó los pantalones y las manos. Fue llevado sin tratamiento a Etzion, donde aún permanece (Autoridad de Prisioneros Palestinos; 12 febrero, agencia Saba, Yemen)

Uno de los muchos “sórdidos prejuicios o majaderías sin rebozo” (cf. supra, primer párrafo) aludidos en esta nota es contra la insufrible creencia -compartida por buena parte del vulgo-, según la cual los presos tienen mucho tiempo libre. Los expertos con mucho trabajo de campo sabemos que esa majadería es gratuita, fea, discriminatoria y rotundamente falsa. Pero ni siquiera tenemos necesidad de recurrir a las vivencias personales: si el vulgo fuera un poco más leído en castellano, habría conocido la peripecia del Manco de Lepanto. Léase, su íntima verdad: La historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo…, como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación” (Cervantes, prólogo a El Quijote. Puede referirse tanto a la cárcel de Castro del Río 1592 como a las de Sevilla 1597 y ¿1602?)

Por ello, recordar las obras de esta especial clase de palestinos es llegar al abismo de la más execrable Tiranía puesto que, morir en vida, es aún peor que morir en la batalla. Hoy, sólo vamos a reproducir dos obras de artistas cautivos pero no sin antes advertir al respetable que olvide sus prejuicios estéticos porque han de saber que los carceleros sionistas son gentes muy bien entrenadas en el sadismo extremo y en cómo hacer la vida imposible a los palestinos -puede leerse, abocarlos al suicidio. En efeto, no estamos ante dos cuadros beeellos pero tampoco lo son aquellos cromos y croûtes que fueron altamente codiciados hace pocas décadas y que hoy sus mismos dueños han arrojado a la basura. El gusto cambia a merced del mercado del arte y ese bazar no quiere saber nada de las cárceles y, menos aún, de los reclusos -ergo, ese mercado no existe.

Imagen de portada: Pain, por el israelí David Tartakover. En hebreo, pain (=dolor) significa también ‘como un padre’ y se dirige a los soldados del Tsahal que puedan ser padres de niñas cisjordana como la de este cartel -que perdió un ojo por el impacto sionista de una bala de goma. El cartel fue producido por el Yesh Gul (There is a Limit) Movement (ibid., pág. 81) Se lo dedicamos a nuestro gran amigo P.A. quien, en el parisino mayo 68, sufrió un ataque similar, entonces a cargo de los CRS -antidisturbios galos, aún más crueles que sus homólogos españoles.

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