Lapidar a Errejón para salvar el machismo

Lapidar a Errejón para salvar el machismo

Por Marta Haserrea

“No somos lo que decimos, somos lo que hacemos. No somos el personaje, somos la persona. Estamos rodeados de errejones que se camuflan sacando ahora las tripas a Errejón y, sobre todo, casi todos y todas somos parte de su oficina “feminista” que acallaba cualquier queja o protesta contra el machirulo acosador…”

En 2022 puse una denuncia por una agresión de género. No tuve el menor apoyo de NADIE. Mi familia, que “para qué me metía en esos líos”, mis “amigas” que “no eran maneras de solucionar las cosas”, los “activistas” varios de mi alrededor que “me relajara un poco, que estaba “alterada” y que no tenía empatía (por el agresor y por los que le amparaban)” y así un largo etcétera de ninguneos y acusaciones de vuelta por parte de todos y en especial de todAs, salvo dignas excepciones.

Se abrieron diligencias con mi denuncia y llevamos 2 años de declaraciones, vistas y recursos. Y así seguiremos hasta que haya juicio y condena, como merece un agresor. Ni una palabra por parte de nadie (salvo dignas excepciones) durante todo este tiempo.
Hoy veo con repulsa (aunque con ninguna sorpresa) que la sociedad que ignora, ningunea y acusa a las mujeres que denunciamos una agresión se tira como una hiena contra el expolítico Errejón por ser un agresor. En concreto, veo cómo gente cercana de lo que era mi entorno, que me trató de loca molesta mientras iban con camisetas moradas a levantar pancartas, se exaltan y ofenden por el caso Errejón y piden justicia y no sé qué otras historias.

Es lamentable. Somos lamentables.

Que un político se dedique a hablar de feminismo (y otras ideologías) y en su vida privada haga todo lo contrario es lamentable. Pero es que su linchamiento público es parte de toda esa hipocresía lamentable que hace que existan tantos errejones y tantos palmeros que los protegen y amparan en el día a día.

Lapidar a Errejón es lo que ahora toca, no como parte de proteger a las víctimas que son lo de menos, sino como parte de la necesidad de decir que nosotros (y nosotras) somos diferentes, que somos feministas. Hay que tener descaro.

Arrastrar a Errejón es necesario para que luego por detrás el machismo perdure y nuestras conciencias estén tranquilas de que somos feministas, activistas e incluso mujeres sororas.

Como muy bien decía Errejón en su desafortunado comunicado: la contradicción entre la persona y el personaje.
Nos hemos construido un personaje en el que nos creemos feministas y activistas. Pero la realidad es que somos personas, hombres y mujeres, machistas y con muchos otros sesgos más.

Es tanto el espectáculo de estos días exhibiendo la cabeza de Errejón y cacareando el apoyo a las víctimas como un mantra carente de contenido que no puedo evitar pensar que hay un cierto oportunismo político en todo esto. Igual ahora nos vamos a llevar todos las manos a la cabeza por saber que aquello que fue el grupo promotor de Podemos era una caja de testosterona.

Alguien saldrá ganando con la caída de Sumar: la derecha, el centro o la otra izquierda, pero alguien va a rentabilizar el acoso a esas mujeres denunciantes diciendo que las apoyan a ultranza mientras ni las miran a la cara.

Lo que verdaderamente cae es la posibilidad de que el feminismo sea poco a poco una realidad. La hipocresía de las imágenes de hemeroteca de Errejón y su círculo hace su trabajo, pero si esa falacia sirviera para hacer una reflexión seria de lo que somos y lo que debiéramos ser, todo esto hubiera servido para algo. En cambio, se inicia una cacería contra Errejón porque es la manera de que todo siga igual y nosotros sigamos siendo lo mismo.

No somos lo que decimos, somos lo que hacemos. No somos el personaje, somos la persona. Estamos rodeados de errejones que se camuflan sacando ahora las tripas a Errejón y, sobre todo, casi todos y todas somos parte de su oficina “feminista” que acallaba cualquier queja o protesta contra el machirulo acosador.

Otras mujeres agredidas seguiremos esperando cuando todo esto pase que se nos tenga en cuenta, por la justicia y por la sociedad. Incluso las propias denunciantes de Errejón tendrán que aguardar sentadas si esperan empatía y compensación. Esto no va de ellas, no va de nosotras, va de quitarse de en medio a ese tío, de darle la puntilla final a ese partido y de conseguir que el feminismo siga siendo un reclamo carente de contenido, que salga en las pancartas y en las tribunas y voceado por Personajes, pero que haya que buscar en lo más hondo para encontrarlo en el día a día y conseguirlo en las Personas.

Somos todos (y todas) bastante Personajes. Errejón y su jefa de gabinete no son los únicos.

– Ilustración de cabecera: https://www.dugudus.fr/
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One thought on “Lapidar a Errejón para salvar el machismo

  1. En política no sé deja caer a alguien cuando se sabe que es un maltratador o corrupto, sino cuando beneficia a alguien esa caida. Esta semana Sumar se había portado mal y el PSOE estaba muy cabreado.
    Cuando interese dejar caer a Ayuso (y eso llegará), serán los suyos los que ofrezcan toda la munición.

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