Pelea en el Banco Central Europeo
El Financiero de El Garaje. LQSomos. Diciembre 2014
El pasado jueves día 4 de diciembre no cambió nada y sin embargo puede que haya cambiado todo.
El BCE mantiene los tipos de interés cercanos a cero y Draghi sigue prometiendo compras (en el futuro) de bonos estatales. Pero por otro lado se han acabado unas cuantas ficciones.
De aquella falsa “unanimidad para actuar si fuese necesario” no queda ni rastro. El mismo jueves, los responsables alemanes Weihmann y Lautenshlaeger dijeron cosas como: “la política monetaria del BCE está siendo demasiado expansiva”, “la Unión Europea no es Japón”, “los tratados europeos descartan la mutualización de riesgos”.
En claro que Alemania, a pesar de las mentiras de Draghi, no está por la labor de tomar el relevo de la Fed ni de seguir a Japón en su política de falseamiento del valor de los activos y de aumentar el endeudamiento a nivel global.
El tono de la reacción alemana es proporcional a la actitud provocadora de Draghi respondiendo en la rueda de prensa. Se le preguntaba si iba a poder llevar a cabo su política sin el apoyo alemán. Respondió que “el BCE tenía su propio mandato”. Eso en claro quiere decir: “a los alemanes, que les den”.
¿Y qué?, dirán ustedes. ¿En qué nos afecta esto?
Ya sé que aquí estamos en esos debates que nos gustan tanto, y que nada de esto aparecerá por ningún lado en las próximas campañas electorales. Y sin embargo es en estas cuestiones donde de verdad se está jugando nuestro futuro y no en los programas electorales de unos y otros, que son para la galería.
Hasta ahora se especulaba con la posibilidad de que los países del sur de Europa abandonasen el euro (lo que haría feliz al dólar). Pero es que ahora se abre la posibilidad de que la cuerda se rompa por el otro lado. Cuidado con eso porque las consecuencias aquí serían catastróficas, ¿o es que ustedes creen que estamos preparados para asumir lo que se vendría encima con una devaluación y cierre del crédito?
Los alemanes han forzado también que a partir de enero las actas de las reuniones del BCE se hagan públicas (aunque se recogerá lo dicho, pero no quién lo dice).
El precio del petróleo se ha hundido un 40% en tres meses, al oro no se le deja jugar el papel que debería jugar frente al dólar. Ucrania está al borde de la suspensión de pagos, al igual que Venezuela. Japón se hunde. Rusia está tomando medidas a la desesperada para defender el rublo. Grecia vuelve a aparecer, para mal…
En este contexto, lo que la pelea en el BCE nos indica es que la falacia del “aumento del endeudamiento para lograr la vuelta al crecimiento” no da más de sí. Porque ni hay crecimiento (a pasar del falseamiento constante de las cifras USA) ni se le espera y la burbuja se ha convertido en la mayor de la historia de la humanidad.
Si esto es así, y se confirma, entonces lo que podemos esperar son fuertes turbulencias y un ajuste general vía estallido de las burbujas que han dominado la economía estos últimos años. No olviden que las burbujas acaban estallando siempre.
Los ataques a las clases trabajadoras (y a muchos sectores de las clases medias) han sido tremendos. La crueldad de las élites en contra de los más débiles parece no tener límite. Ellos tienen el poder y vaya si lo están utilizando.
Lo que ahora de verdad está sobre el tapete es si esas mismas élites van a provocar un cambio de marchas, una aceleración que dejaría todo lo visto hasta ahora en un (triste, claro) aperitivo. También podría ser que esas élites estén perdiendo el control (desde el punto de vista económico) de los procesos que ellas mismas han desencadenado. Las consecuencias en ambos casos serían muy parecidas. Vendrían tiempos sombríos.
La cifra que estábamos esperando éste jueves, 11 de diciembre, de peticiones de crédito (LTRO) de los bancos al BCE, que finalmente ha sido de solo 129.840 millones de euros, expresa bien el conflicto existente.
Los 306 bancos que han participado, lo hacen tímidamente. No es que no quieran repercutir el crédito en la economía (eso también es para la galería), sino que nadan y guardan la ropa ante las incertidumbres de las que hablamos. Porque puede que Draghi consiga aumentar el balance del BCE en 2015 (y así posponer lo inevitable), pero por ahora en enero y febrero se producirá una contracción de ese balance por la devolución de la primera y de la segunda LTRO.
Permanezcan atentos.