Pláticas sobre el Patronato de Protección a la Mujer en el Franquismo
Por Cecilia Remis. LQSomos.
El Patronato de Protección de la Mujer era una institución que dependía del Ministerio de Justicia franquista y que disponía de centros de internamiento, preventorios y correccionales, generalmente dirigidos por órdenes religiosas, donde internaban sin garantía jurídica a mujeres y adolescentes por motivos tan diversos cómo ser rebeldes, violadas o quedar desamparadas de sus familias…
Inmaculada Pardo y Vicenta Panes han hablado con Rosa Mendoza Ramos, de la iniciativa cultural InventArte, sobre el Patronato de Protección a la Mujer en el franquismo. En la entrevista se han desgranado las características esenciales del Patronato, ese ente tan desconocido y de tanta trascendencia especialmente para las mujeres de 16 a 25 años, entre 1941 y 1985.
En 1902, un Real Decreto de 11 de julio creó en el Ministerio de Justicia el Patronato Real para la Represión de la Trata de Blancas, que fue después reformado en 1904 y 1909. Con la llegada de la Segunda República se reorganizó en 1931 con el nombre de «Patronato de Protección a la Mujer» y fue disuelto en 1935, encomendando sus facultades al Consejo Superior de Protección’ de Menores. Por Decreto de 6 de noviembre de 1941 se volvió a crear el Patronato de Protección a la Mujer y desapareció definitivamente en 1985, al traspasarse sus competencias en materia de protección a la mujer a las comunidades autónomas.
Miles de adolescentes fueron encerradas hasta 1985 en centros de religiosas de todo el estado español bajo la custodia del Patronato de Protección a la Mujer, una institución que se encargaban de controlar la moral de la población femenina. Denominados oficialmente “colegios”, eran reformatorios en la práctica que extendieron el yugo de la represión franquista entre las mujeres de entre 16 y 25 consideradas “descarriadas”. Denunciadas por desconocidos, familiares o de oficio, el Patronato se quedó con la tutela de incontables mujeres que fueron condenadas sin juicio, y privadas de su libertad. Del Patronato poco se ha sabido tras la dictadura, a pesar de que sus prácticas se extendieron hasta 1985, cuando las tutelas de las menores de edad que quedaban bajo su “protección” se extinguieron y los últimos reformatorios cerraron rodeados de polémica.
La escritora Consuelo García del Cid Guerra, que pasó por reformatorios franquistas dependientes del Patronato, sacaría a la luz la historia del Patronato de Protección a la Mujer en el año 2012 con su ensayo político “Las desterradas hijas de Eva”.
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