Polonia no avanza en las reformas, la UE paga y Pablo González se pudre en la prisión

Por Javier Sáenz Munilla*

Nuestro compañero Pablo González Yagüe cumple este lunes 785 días con sus 785 noches, en una diminuta celda de la cárcel polaca de Radom, el llamado Guantánamo polaco

El 28 de febrero de 2022 fue detenido en Przemysl, junto a la frontera con Ucrania, cuando cubría para la Sexta la masiva afluencia de refugiados ucranianos. Acusado de espiar para Rusia sin mayor precisión, permanece a día de hoy, más de dos años después, aislado 23 horas al día, sin poder comunicarse con su familia en España, sin conocer las pruebas o indicios de su acusación, sin visos de la celebración de un juicio, con el derecho de defensa muy limitado.

En Pablo González, un ciudadano español, en Polonia un país de la Unión Europea, se violan los derechos establecidos en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. Y todo ello, sin que el Gobierno español, el dizque más progresista de la Historia, haya cumplido con su obligación ni exigido que cesen esas violaciones.

Polonia, un país peculiar

Cuando es detenido Pablo González, cuatro días después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, gobernaba en Polonia la extrema derecha de la coalición Ley y Justicia, el PIS en sus siglas en polaco. Y la detención se produjo en una “zona de guerra”, denominación no declarada oficialmente por nadie pero de hecho bajo control absoluto de las autoridades militares y sus servicios de información; no sólo polacos, también de otros países de la OTAN. Ambas circunstancias no han beneficiado en nada la causa de Pablo González. Todo lo contrario. Lo cual, en materia legal, no puede aducirse como causa para la suspensión de los derechos que debieran ampararle. Pero los hechos son los que son. Y sin duda afectan de lleno a su situación; primero estando un tiempo, digamos “desaparecido” y después viendo restada su posibilidad de tener unos abogados defensores de su elección. De hecho, su actual abogado no pudo serlo hasta pasado un año de su detención.

Polonia es un país peculiar. Entre otras cosas, porque su legislación no contempla un límite de tiempo para la prisión provisional. Ya hemos dicho que Pablo González lleva más de dos años encarcelado y no se le ha fijado juicio. Pero es que en estos momentos hay al menos un preso con ocho años ya de detención provisional y sin ser juzgado. ¿Cuánto tiempo más puede pasar Pablo González detenido provisionalmente y en las condiciones que podemos calificar de tortura psicológica, de violación continuada de sus derechos?

Cayó el gobierno ultra y poco más

Lógicamente, la caída del gobierno ultraderechista del PIS, tras las elecciones de Octubre pasado y la llegada de una Coalición Cívica de centro-derecha, encabezada por el ex-primer ministro y ex-presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk, nos llenó de esperanza a quienes integramos los grupos #FreePabloGonzalez en su apoyo y a sus familiares y amigos. Supusimos que en un tiempo el nuevo gobierno empezaría las reformas que había prometido en la campaña electoral. “100 medidas para los 100 primeros días”, era el eslogan. Liberalización del aborto, recuperación de las ayudas a los tratamientos de fertilización in vitro, fin de los subsidios a determinadas organizaciones religiosas, reforma fiscal, incremento de las pensiones y de las prestaciones sociales… Y la reforma que más esperábamos, democratización de la Justicia, depuración de los jueces y magistrados partidistas designados por el PIS, construcción de una Justicia independiente.

Pero el nuevo gobierno, se topó con una pared. Y en lo más alto, el Presidente de la República, Andrzej Duda, de Ley y Justicia, el PIS, quien comenzó su guerra contra los cambios el día siguiente a las elecciones, retrasando tanto cuanto le permitía la Ley, el debate de investidura, que finalmente se celebró el 11 de diciembre de 2023. Dos días después, Donald Tusk presentó su gobierno.

El entramado fascistoide del PIS

El gobierno del PIS, caído en octubre tras ocho años en el poder, construyó un entramado de medios de comunicación públicos y un sistema judicial con miembros fieles designados a dedo, que provocó las suspicacias y el enfrentamiento con la Unión Europea, tanto por esas estructuras como por las violaciones subsiguientes de los derechos establecidos en la carta europea. El PIS desarrolló una dura persecución a los miembros de la comunidad LGTBQ+, a los movimientos feministas, estableció 100 municipios que declaró “Libres de LGTBQ”, prohibió el aborto. En definitiva un sistema parafascista que hizo que la UE congelara los fondos comunitarios a Polonia.

Entre los primeros cambios que pudo hacer el nuevo gobierno de Donald Tusk, estuvo la destitución de las direcciones de la Radio, la Televisión y la Agencia de Noticias polaca, dominadas por la censura y la propaganda progubernamental; algo muy aplaudido por los profesionales. Pero, ahí estaba el Presidente Duda, para poner su zancadilla. La radiodifusión polaca se financia mediante un canon, que la mayoría de los hogares polacos evitan pagar. Por lo que el presupuesto de la RTV pública debe ser subvencionado. A finales de Diciembre, el Presidente Duda vetó el proyecto de Ley que incluía esos fondos.

La lucha por la reforma judicial

Duda ha anunciado claramente, que mientras esté en el cargo, y las elecciones presidenciales deben celebrarse en mayo de 2025, vetará cualquier proyecto que suponga desmontar el sistema judicial impuesto por Ley y Justicia y en cuya construcción él jugó un importante papel.

El Presidente de la República tiene ese poder de veto sobre las leyes que no sean aprobadas por una mayoría superior a los 3/5 del Sejm, la cámara baja polaca. Y el problema para Donald Tusk y su coalición es que apenas tiene una mayoría del 53,7%.

Así es que el control del sistema legal por la oposición de Ley y Justicia no parece que de momento vaya a desaparecer. Desde la cúspide de la Justicia que es el Tribunal Constitucional, hasta abajo, está plagado de los llamados “neojueces”, nombrados desde 2015 por un Consejo Nacional del Poder Judicial controlado por el PIS. Se calcula que son 2.500 neojueces. Y a las maniobras del Presidente Duda y del resto del entramado del PIS, se une también, dentro de la coalición del actual gobierno el partido más derechista de los que apoyan a Tusk, Tercera Vía, que considera que eliminar a esos jueces será perjudicial para el sistema judicial polaco. El resto de la Coalición Cívica y los partidos de izquierda apuestan porque cada neojuez sea reevaluado por un procedimiento de elección manejado por un Consejo Nacional del Poder Judicial reformado e independiente. De momento, una quimera.

Hasta ahora, el Ministro de Justicia y fiscal Adam Bodna, ha logrado introducir algunos cambios. Está limpiando la Sala Disciplinaria del Supremo, creada por el PIS y ha puesto fin a los procedimientos disciplinarios contra los jueces. También ha podido destituir a los presidentes de los tribunales nombrados por el gobierno anterior.

Estos cambios, aun no suficientes, han sido respondidos por la Comisión Europea con el desbloqueo y la entrega a Polonia, el pasado lunes, de 6.300 millones de euros del total de los 137.000 millones congelados en 2021. Una primera entrega que parece destinada a favorecer la continuación de las reformas.

**El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el presidente español, Pedro Sánchez, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, 11 abril, 2024… Y de Pablo González qué???**

No obstante, el panorama no es muy claro. Hasta el 18 de Mayo de 2025 no hay elecciones presidenciales. Y Duda seguirá ahí, entorpeciendo. Tampoco el PIS parece muy debilitado. En la primera vuelta de las municipales y regionales del 7 de abril, fue el partido más votado, aunque la coalición de Tusk logró 10 de las 16 asambleas regionales. Lo que da una idea de lo polarizado que está el país. Veremos qué sucede en las Europeas del 9 de Junio, en las que las encuestas favorecen de momento a la Coalición Cívica.

Y respecto a la pregunta que nos hacíamos al principio, cuánto tiempo queda para que cambie la suerte de Pablo González, cuánto va a tener que sufrir él en primer lugar y su esposa e hijos y su madre esas vejaciones. La respuesta depende de las circunstancias hasta aquí detalladas y de la fortaleza, del apoyo a la lucha que debemos seguir desarrollando tanto en España como ante las instituciones europeas. Cuanto mayor y más continuado sea el clamor por la libertad de Pablo González, más nos acercaremos a esa meta. Es necesaria una mayor presión sobre el indecente Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares y sobre el resto del gabinete. Mayor implicación de los medios de comunicación de masas, de los profesionales que a duras penas alcanzan a mencionar en momentos puntuales que hay un periodista español claramente secuestrado en una prisión de alta seguridad de Polonia, que sus derechos son violados día a día desde hace ya más de dos años. Mayor presión de las instituciones como la Defensoría del Pueblo, el parlamento, la Justicia española que calla y asiente. Y la Unión Europea, donde apenas un grupo de eurodiputados ha tenido la valentía, que agradecemos y la decencia de elevar la voz por Pablo González.

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– Libertad para Pablo – Free Pablo

* Periodista. Miembro del Colectivo LoQueSomos y activista en la iniciativa #FreePabloGonzalez.
En Twitter: @pepitorias
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