Que viene el lobo. ¡Que viene el lobo!… Que viene el lobo
Manuel Salguero. LQS. Enero 2021
A modo de comentario y complemento al artículo “El movimiento vecinal: la lucha y organización en los barrios” de Pedro Casas
Las asambleas de las plazas vinieron a mostrarnos 3 cosas:
1.- El fracaso del modelo capitalista, con sus grandiosas corporaciones de todo tipo, llenas de élites directoras y por todos lados, mostrándose como despiadados estafadores que miraban para otro lado, pero para la sociedad, no.
2.- La capacidad en potencia de la sociedad para auto-organizarse sin ellos, que en mes y medio era capaz de organizarse en el ámbito nacional y generar una atención nacional y mundial.
3.- El efecto biológico de alegría y satisfacción que se generaba en nuestro cuerpo, (la cabeza forma parte de este, eh), ante el cambio de mirarnos como competidores a mirarnos como semejantes, como amigos.
Llegó en poco tiempo a tener más atención las asambleas que el parlamento, en los barrios era emocionante y vibrante los debates en los que cada cual daba su opinión, sobre la solución que habría que dar a los enormes problemas en que nos había metido esa gente trajeada, cuidadora de su imagen, limpia y lustrosa por fuera, y que por dentro guardaban las más oscuras y perversas intenciones. Que se nos mostraba diariamente por la tele, “hoy os vamos a robar de tal forma, mañana de tal otra y pasado os vais a c…”, con todo su desparpajo.
Era el Poder en pelotas…
Estaban ellos, mostrando su inoperancia, y el pueblo esperanzado en las plazas en asamblea.
Estaba allí la posibilidad de eso que se echa en falta en el artículo, eso que llevaba a las asociaciones de vecinos en la transición a juntarse para dar soluciones a sus problemas, lo que antes ya existía también y se llamaban Ateneos. Y que generaba la misma satisfacción e interés social. La misma simpatía y satisfacción.
Porque uno se veía participe social, dueño de su propio destino, responsable de algo tan serio como organizar tu propia vida en relación con los demás, porque el ser humano no somos individualistas, somos sociedad ya desde antes de ser humanos, y ponernos erguidos a cruzar las sabanas africanas.
Tal vez el mismo vacío que dice el artículo, los sentirían aquellos antepasados nuestros, no muy lejanos de los ateneos, en los que osaban a ir a los comerciantes o empresarios de los mismos barrios a decirles: “¿Como que no puedes dar trabajo a esta familia con hijos que está parada?” por ejemplo, porque los Ateneos no estaban solo para cultivarse intelectualmente ante la falta de escuelas.
Tal vez el mismo vacío que dice el artículo, lo sentían nuestros padres en la transición en esas asociaciones de vecinos, que veían como seguían los barrios sin suficientes colegios, que casualidad, y paraban las carreteras o las calles embarronadas en las que se hundían hasta los tobillos.
Tal vez el mismo vacío que dice el artículo, lo sintamos nosotros ahora. Tal vez sea el vacío de las promesas incumplidas de esos de traje y corbata que se repiten en el tiempo.
A ver, pensemos…
Tras la época de los Ateneos; trajeron años de guerra.
Tras la época de las asociaciones de vecinos; los años del plomo.
Ahora; los años mordaza.
Hay una cosa que, si es similar, ya fuese en Ateneos, asociaciones de vecinos o plazas; las asambleas era la forma que encontraron y encontramos, para intentar solucionar los problemas que ellos generan, no dan soluciones y no nos dejan solucionar.
Que viene el lobo, y con traje de etiqueta…
– El movimiento vecinal: la lucha y organización en los barrios
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