R. J. W.
Diego Farpón. LQSomos. Marzo 2016
Entre dictadura y dictadura camina Argentina, país en el que los generales llaman, a sus golpes de estado, revolución. Y así, la Revolución Libertadora y después la Revolución Argentina le persiguen y le acechan, y le atrapará años más tarde un Proceso de Reorganización Nacional que es, allá en la Argentina, también otra forma que tienen de llamar a una dictadura.
Él escribe con su nombre, ni se esconde ni pretende esconderse. Busca quien publique unas hojillas, pero tras mucho andar y mucho correr no encuentra a nadie. Sus palabras queman: a nadie le interesa la historia, nadie se atreve a darla a conocer, los ojos que la recorren quieren olvidarla a medida que la leen.
Pasan los días y las noches y las hojillas se arrugan poco a poco. Andando y corriendo queda ya poco Buenos Aires que pisar, cada vez hay menos puertas a las que poder llamar. Entonces ve un sótano y se adentra: ahí editan una hojilla. No conseguirá nada más, no era lo que imaginaba y no era lo que merecía, pero al fin y al cabo consigue, cuando parecía imposible, aquello que quería: sale.
R. J. W. son las iniciales que firman la historia, las iniciales de quien aún no lo sabe pero ya ha entrado en la Historia de la Argentina: Operación Masacre ha nacido.
Un escritor
La dictadura que está naciendo con Videla al frente tiene mucho trabajo, mucho pueblo que matar. En poco más de un mes el 70% del presupuesto para la muerte ha sido gastado: esta dictadura, mucho más sanguinaria que las anteriores, trae el imperio del terror al coste que sea. Coste que van a pagar las/os argentinas/os: se tendrán que endeudar para pagar sus asesinatos.
Rodolfo Walsh lo sabe desde el principio, sabe muy bien a qué se enfrenta. Y entonces elige, elige quedarse en el país, elige que va a hacer aquello para lo que ha nacido: comunicar.
Se dota de algunas máquinas de escribir, un mimeógrafo, una casa o un local que no llama la atención y del que, cada poco, hay que mudarse para evitar que las garras de la dictadura lo encuentren. Monta un equipo, busca entre las/os mejores. Así nace ANCLA, la Agencia de Noticias Clandestina.
Pocos meses después la dictadura se recrudece. Videla y sus secuaces aún pueden hacer brotar más sangre, romper más cráneos, robar más bebés. Rodolfo Walsh vuelve a elegir: nace Cadena Informativa.
Así es como cuenta a la Argentina, a Europa y al mundo entero lo que la Argentina no quiere que le cuenten y no quiere contar, y que denunciará como propaganda antiArgentina.
El 24 de marzo de 1977 Rodolfo Walsh escribe y firma una Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. Al día siguiente será secuestrado, será asesinado, será desaparecido.
Cadena Informativa
En 1956 la realidad politizó a Rodolfo Walsh. Él no quería, no tenía ningún interés, pero los fusilados lo buscaron:
-Hay un fusilado que vive -le dijo una noche un fusilado, Juan Carlos Livraga.
Y Rodolfo Walsh se puso a buscar fusilados. Y encontró, encontró mucho fusilado muerto, pero también encontró mucho fusilado vivo.
Comenzó a hacer preguntas y a buscar respuestas, y comenzó a preguntarse y a responderse. En 1977 murió luchando contra la dictadura de Videla. En los cables de su última creación, Cadena Informativa, podía leerse:
“Cadena Informativa es uno de los instrumentos que está creando el pueblo argentino para romper el bloqueo de la información. Cadena Informativa puede ser USTED MISMO, un instrumento para que usted se libere del terror y libere a otros del terror. Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. DERROTE AL TERROR. HAGA CIRCULAR ESTA INFORMACIÓN”.
bien por una indiscutible militancia inseparable de la memoria a 40 años del golpe genocida y con una patria hoy ocupada!