Realidad y ficción
En una obra, el autor puede crear movimientos que acaban en desastre y echarse atrás (o sea, ser muy mal autor); pero la política no es ficción: nadie puede parar lo que la mayoría escribe. Y esa idiota sólo descubre que escribe con sangre cuando el ruido y la furia la alcanza. Jesús Gómez Gutiérrez