Reflexiones después de un balotaje
Mónica Oporto*. LQSomos. Noviembre 2015
En la noche del domingo sentí como si me hubieran echado encima una tonelada de plomo. Me duró unos minutos esa sensación. Me quedé callada, muda mucho rato, reaccionando. Pensando en todo lo que se pierde con la llegada al poder de un gerente del poder hegemónico.
Pensé en lo que costó armar una Patria Grande, pensé en el privilegio que tuve de vivir los años de Néstor Kirchner, de Hugo Chávez, de Evo Morales, de Lula, de Correa, que motorizaron grandes cambios a nivel continental -de Unasur, Celac a la motorización de cambios culturales-. Fui privilegiada porque en estos doce años y medio he visto incluir a mas y mas sectores de la sociedad. He visto valorizar lo argentino por encima de aquello instalado como mejor o superior -en el contexto de la zoncera “civilización o barbarie”-. Pasaron por mi cabeza tantos logros del campo popular, de los jubilados, de los niños, de las madres, de la ciencia, de la tecnología
En fin, vi pasar esa película en minutos, mientras en el televisor globos de colores daban marco acostumbrado a un festejo basado en frases pensadamente lejanas a lo ideológico según las cuales “juntos vamos bien” “la revolución de la alegría “en todo estás vos”…
El poder real ha llegado a la casa de gobierno. El Mercado gobernará nuevamente. El gerente del poder hegemónico ya anunció que irá contra Venezuela. Y ya había anticipado que le pagará a los fondos buitre (con el hambre del pueblo). Y que liberará el dólar para que el mercado le fije el precio…
Así estuve cavilando hasta que pensé que en el fondo es bueno esto que ha pasado. El campo popular debe reorganizarse, de hecho la militancia se organizó inorgánicamente poniéndose al hombro la campaña política. Realmente han logrado formar militantes donde antes había gente común que acompañaba.
Son cuatro años, aunque en dos se votan legisladores. Hay mucho para hacer.
Eso es lo que pienso hoy.
El triunfo del gerente es acotado, apenas por 700.000 votos (2,8% de diferencia), un congreso que no le es favorable en mayorías. La votación es casi 49 a 51. Es un escenario de lucha.
Más artículos de la autora
* Mónica Oporto es miembro de la Asamblea de Redacción de LQSomos, desde Buenos Aires, Argentina.
– Argentina-LQSomos