RENFE privatiza los retretes
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Julio 2015
El tren del PP cobra retrete.
Por si cupiera alguna duda al respecto, cada día que pasa está más claro que la única idea maestra de PP de Rajoy es exprimir al ciudadano peatonal como si fuera un cítrico. No hay otra cosa ni entresijo. El cráneo no les da más de sí y ya son unos años eternos los que llevan mareando perdices y practicando monterías en el Fondo de Pensiones.
Cuando uno decide viajar en un tren español, una valentía reservada para mentes estropeadas por la literatura, uno supone que no solo el billete le da derecho a sentarse en un asiento más o menos incómodo, sino a los servicios inherentes a la necesidad fisiológica, en la estación donde encuentra el convoy. Pero no, esta es demasiada hipótesis para el ferrocarril nacional del PP.
Antes de ahora te servían de comer y beber si pagabas, pero podías mear a discreción y despejar las brumas del pensamiento con el rancio y persistente olor del “tigre” del andén. Era un pretérito gratuito. Ahora ya ni eso: el gobierno ha decretado que si el viajero necesita cagar, lo haga en su casa a antes de salir o bien pagando en la estación. El billete tan solo da derecho a llegar con el retraso previsto. Y si el descuido de unas gotas en el pantalón ponen en evidencia el apresurado trance mingitorio de perder el tren, se pagará un recargo por haber salpicado suelo comunitario.
Y si se le ocurriera al viajero cagarse maldiciendo al gobierno, puede que sea perseguido por la Ley Mordaza. Así que, una vez más en España, estamos sumidos en el tren de joderse, aguantarse y resignación.
O sea, ajo, agua y resina. Somos “ansí”.