Sencillos pasos para apostatar
Consuelo Delgado. LQS. Febrero 2018
Afortunadamente ya no es tan complicado como años atrás. Ahora si quieres apostatar de la Iglesia Católica (o de cualquier otra religión yendo a su institución jerárquica), es tan simple como seguir estos pasos.
Doy fe de ello: en dos semanas he resuelto el trámite, ¡ya tengo la comunicación formal de mi abandono de la Iglesia Católica y del borrado de mi nombre en sus bases de datos!
1. Conseguir la partida de bautismo en la parroquia donde te bautizaron. Es gratis si alegas que otras personas te han asegurado que no han pagado nada por ella y ¿cómo va a haber diferencias entre una parroquia y otra siendo todo la misma Iglesia? En mi caso, el párroco desistió de cobrarme los 10 euros que me pidió al principio.
2. Llamar al Arzobispado de la ciudad donde residas (1) y pedir una cita para apostatar (pide cita con el notario, que es un cura que ejerce de notario). A la cita llevarás la partida de bautismo, copia de tu DNI y el formulario adjunto “Declaración de apostasía” (que es el modelo que te manda por correo la propia Iglesia si no lo has rellenado antes, o te lo da allí mismo el notario eclesial para que lo rellenes en su presencia).
En ese acto te comunican los efectos de la apostasía (sobre todo te intentan meter miedo con la pérdida de la extremaunción), comprueban tu identidad y se formaliza el abandono de la iglesia católica. De esta manera en una sola visita se resuelve todo.
3. Al poco tiempo (en mi caso una semana) se recibe por correo postal la comunicación de haber apostatado, asegurando que tu nombre no figura ya en ningún tipo de listado, fichero o base de datos de la Iglesia. Es una carta por correo normal que va firmada y sellada por el notario y el vicario general.
Otra forma de hacerlo (de hecho es la que puse en práctica yo) es rellenar en casa el formulario “Declaración de apostasía” (2) con los datos de la partida de bautismo, ir a la parroquia de mi barrio y pedirle al párroco que lo firme y selle (para que haga de notario) y enviar después por correo certificado (para asegurarte de que llega) la partida de bautismo, la declaración de apostaría y la fotocopia del DNI (en mi caso, añadí incluso el formulario “Comunicación de apostasía” que me bajé de la web de Europa Laica, rellenado y firmado por mí). Antes de enviarlo conviene quedarse una copia de todo eso.
A los pocos días recibí una carta del Arzobispado donde decían haber recibido mi carta pero me informaban de los derechos que perdía si tomaba esa decisión de abandonar la Iglesia, por lo que me pedían que les comunicara si realmente me reafirmaba en esa decisión por propia voluntad. Ante esto, no me quedó más opción que personarme (sin cita ni nada) en el Arzobispado de Madrid con la copia de lo que les había enviado por correo certificado y decirle al notario de allí (su despacho es el primero a la derecha en la planta baja nada más entrar) que claro que quería apostatar. El notario entonces hizo un apunte en mi ficha en su ordenador y me aseguró que yo recibiría por carta la confirmación del acto de apostasía en un par de días. Al final se demoró la carta una semana, pero finalmente ha llegado.
Como ves, siguiendo esta segunda forma te tienes que dar más paseos (de nada me valió que firmara mi declaración el párroco de mi barrio pues me hicieron ir al Arzobispado para verme la cara) y además tienes que pagar el correo certificado. Por lo tanto, no lo aconsejo.
Creo que es mucho mejor apostatar por la vía directa de pedir cita al Arzobispado (o ir sin cita) una vez que tengas la partida de bautismo y que allí mismo te hagan todo.
¡Eso sí!: lleva fotocopia del DNI y de los papeles rellenados que no quieras perder, pues ¡ojo al dato!, el notario se niega a hacerte ni una miserable fotocopia, y eso que la maquinita la tenía justo a la salida de su despacho (en pleno día de nevada me hizo salir a la calle a buscar una fotocopiadora para un simple papel que él ya tenía y se negó incluso a escanearlo e imprimirlo).
De cualquier forma, ni en la parroquia ni en el arzobispado hay que argumentar nada, basta con afirmar que conoces todas las consecuencias de este acto.
A la Iglesia no le importa si crees o no, lo que quiere es aumentar artificiosamente su número de fieles en las estadísticas con el fin de obtener mayores privilegios y ventajas, sin preocuparles la integridad de las creencias de esos fieles ni si sus prácticas se corresponden realmente con su supuesta condición.
Ya ves, apostatar es sencillo y rápido. Animo a todo el mundo que quiera a que lo haga y luego ¡a festejarlo!
Notas:
1.- Listado de Diócesis españolas
2.- Declaración de Apostasía
*.- Ilustración de Alejandro Pacheco para LoQueSomos