(Propios y Transferibles)
Amanecer
Desde hace bastante tiempo llevo escribiendo lo que sucede a mí alrededor con analítica observación, con más o menos acierto, pero con mucho empeño y sinceramente. Hoy esa costumbre se me antoja un ejercicio banal. Puede, que el haber mantenido esta postura durante años y haber expresado con mis pensamientos el reflejo de la realidad, haya derivado en esta apatía. Y no es que el presente que sobrevivimos sea pobre en inspiración. Al contrario, está pleno de argumentos sociales para derramar ríos de tinta sobre el papel que en otro momento hubiera sido una inagotable fuente de rabiosa difusión.
Es, tal vez, este el motivo que hace y me impide abrazar el Verbo como quisiera; por el que he decidido abandonar las teorías donde cómodamente estaba atrincherado en la dulce retaguardia.
No ha sido una elección, la que me lleva a dar un paso tan tajante, tan radical en mi forma de pensar. Ni un impulso carente de reflexión; o una corazonada de la que ignore el porqué de este nuevo y palpable sentir. Son las circunstancias las que me llevan a ser materia y apartarme de los sueños que dejo, a buen recado, en el onírico universo donde he gravitado como un planeta hasta ahora. “Las palabras entonces no sirven, son palabras”, como dijo el poeta gaditano, Alberti.
Han pasado a ser un mero mecanismo de comunicación en el que a penas queda margen para las dudas. Palabras, que cabalgan a lomos de gritos. Son las llamas de un fuego aguerrido que han surgido provocadas por los pirómanos sociales que se autoproclaman dueños de nuestras vidas. Ell@s, han sembrado la violencia y la cizaña. Son los responsables de arrasar con sus devastadores dictados, nuestros fértiles sueños de prosperidad. De propinarnos puñaladas traperas y traidoras. De hacer de este mundo un infierno. De asesinar la paz…
Soy uno entre muchos. Uno de los que quieren recuperar lo que le han robado. Los que han borrado la dignidad que coronaba mi sonrisa. Su esperanza… No soy quien era. Hoy el odio indeseado se ha adueñado de mi vida; soy parte de su pesadilla. Soy su consecuencia, su resultado. Que siente su lecho como una trinchera donde resiste; y que se niega a seguir respirando el viciado aire de su egoísmo. Soy uno más. Uno entre tantos que han decido ir convencido hacia su madriguera. Que no se resigna a ser despojado de su vida ni a perder, ni una sola secuencia de su transcurrir. Soy, somos, vuestra más temida e inmediata preocupación.
Uno
Intuimos mucho y sabemos poco.
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El Tiempo es muy trabajador si le dejamos.
No es amigo de La Prisa.
….
Tenemos una Vida para llenarla de sueños.
Hay quien en una Vida realiza un Sueño.
Y hay vidas, que mueren sin haber sentido su Hoguera crepitando
en su pecho. Para ellas, no hay consuelo.
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Soy un conversador, porque me gusta Saber.
Hablar, para mí, es Decir. Compartir.
Y también sé que otros callando, lo dicen TODO.
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Cuando un Hecho habla, las palabras escuchan.
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La Voz del Poeta se escucha en el papel.
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Si tuviera la posibilidad de elegir al nacer,
volvería a equivocarme.
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Los años, no pesan en primavera sino en invierno.
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Dame Soledad Amarga antes que empalagosos consuelos.
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Me resulta tan difícil enterrarte en el Olvido,
que La Luna me adormece con el corazón en vilo.
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Si te sientes vivo, nunca piensas en la Muerte.
Si estás esperando su visita y no viene…
No la esperes.
Estás muerto; y ya no existes.
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A los de Arriba, de uno de Abajo
Benjamín Lajo Cosido, 20-Septiembre-2011
-¡Eh! ¡Los de Arriba! ¡Sé que me oís!
Os hablo desde el subsuelo de lo Humano. ¡Soy un subhumano!
Y esta voz sin rostro (que ya es aullido) os dice que en las sentinas de vuestro Estado ya reina la Esperanza que tantas veces matasteis…
Todas sus muertes, ahora son vida. Todo el sufrimiento que sin piedad impusisteis, fue nuestro abono. La fértil melodía de colores en un amanecer que vuestro egoísmo os impide ver. Os vencerá su hermosura, su sencilla grandeza, su armoniosa supremacía…
La Voz del Silencio Estridente, será esa arma devastadora y masiva con su explosiva carga de convicción, la que arrasará vuestros engaños. Vuestras guerras económicas de cruel codicia se desvanecerán y con ellas el precio que pusisteis a la vida, al verdadero Valor.
En este presente, vosotros sois vuestro propio enemigo. Nada tenemos que ver nosotros con vuestro miedo. Él anidará al terror en vuestros corazones vacíos, secos, yertos, de buenas intenciones. Y nada importa lo que digáis, pues será vuestra autodestrucción, negar y reconocer la injusticia en la que os acomodasteis sin compasión.
No esperéis el primer paso, ya se ha dado. Un paso de DIGNIDAD que nos liberará de las pesadillas que ahora son vuestras. Y serán tantas nuestras sonrisas, tan amplio su horizonte, que un viento raso limpiará las huellas que dejasteis sobre la Tierra de sangre y de dolor. Nada tememos… Caminamos con nuestra Esperanza. Ella, y sólo Ella, protege nuestros pasos.
(Uno de Abajo)
