Solidaridad madrileña con las presas y presos vascos
Pedro Casas*. LQS. Enero 2021
La corriente de complicidad entre el pueblo de Madrid y del País Vasco tiene, al menos, décadas de historia; el antifranquismo unió luchas, contra la represión, y por los derechos de los pueblos
Desde hace muchos años, decenas de personas procedentes de Madrid (igual que de otras partes del estado) se desplazaban a Bilbo para participar en la tradicional movilización en favor de la libertad y de los derechos que ahora se niegan al colectivo de presas y presos vascos. Este año, por razón de la pandemia, no será posible fletar el autobús y participar en alguna de las movilizaciones descentralizadas que tendrán lugar en más de dos centenares de localidades vascas.
La ubicación en Madrid, capital del estado, de sus principales instituciones, también las judiciales y de seguridad, favorece la connotación negativa que esta ciudad representa para lucha del pueblo vasco. Y el “pensamiento único” difundido por la “opinión publicada” por casi todos los medios al sur del Ebro, alimenta aún más esa visión de que “poco bueno podemos esperar de Madrid”.
Esta imagen distorsionada de la realidad la sufrimos a una y otra “orilla del Ebro”, pues a los que estamos al sur nos configura una opinión de nosotros mismos que no es un fiel reflejo de lo que realmente sentimos y pensamos.
La corriente de complicidad entre el pueblo de Madrid y del País Vasco tiene, al menos, décadas de historia; el antifranquismo unió luchas, contra la represión, y por los derechos de los pueblos, que tuvieron plasmación en momentos clave como el proceso de Burgos, los últimos fusilados por Franco y en plena transición.
Llegaron otros tiempos con otras circunstancias, y aunque esta solidaridad se fue reduciendo, no dejó de existir en otros muchos casos de atropello del Estado hacia los derechos del pueblo vasco (por ejemplo el sumario 18/98 o el caso Egunkaria, por citar dos que conozco bien, sin menoscabo de otros casos).
El reconocimiento de que las muestras de violencias en el País Vasco tenían un origen político, hizo que en Madrid también hubiera un taller de Elkarri/Lokarri, en favor de la paz y el diálogo, que desarrolló una amplia actividad divulgativa. Y seguramente es poco conocido que el 13 de enero de 2007, en la manifestación convocada en Madrid tras el atentado realizado por ETA en la T4 días antes, hubo dos consignas que se corearon de forma mayoritaria: “Zapatero no estás solo”, en referencia a los ataques sufridos por el presidente del gobierno, entre otros motivos por el proceso de diálogo abierto con ETA; y también se coreó “ETA, así no”, cuyo simbolismo es incuestionable. En esa manifestación se repartieron 3.000 pegatinas que ponía “POR LA PAZ Y EL DIÁLOGO, EN MI NOMBRE SÍ”, que la gente quitaba literalmente de las manos a los activistas que las repartían.
Temen al pueblo y sus sentimientos, y si se realizase una encuesta objetiva sobre estas cuestiones, seguramente se llevarían una sorpresa; bueno, quizás ya las realizan periódicamente pero prefieren no publicar, como pasa con el tema de la monarquía…
En Madrid, como en otras partes del Estado, son muchas las personas que consideramos que el Estado no ha hecho nada (o casi) en favor de la distensión y la convivencia, desde que ETA decidiera dejar su actividad hace ya 9 años, y terminase entregando las armas y disolviéndose; más bien, todo lo contrario, siendo la provocación su práctica más habitual, para volver al escenario de atentado y reacción, que tan buenos réditos le dio en el pasado. Y somos muchos también los que pensamos que la aplicación de la política penitenciaria excepcional, además se injusta e ilegal, está orientada a la venganza y el escarmiento, no sólo hacia las personas presas sino a todo su entorno familiar y social, incluidas las niñas y niños “de la mochila”. ¡Qué diferencia respecto de otros procesos de paz y normalización producidos en otros países hace no tanto!; aquí el Estado, no sólo no ha querido participar, lo ha querido torpedear, con casos de todos conocidos.
El bloqueo informativo hace que la población no conozca los diálogos desarrollados entre víctimas de uno y otro lado, en favor de esta normalización, diálogos que también se han realizado en Madrid. Y tampoco en Madrid se ha informado que, con un injustificado retraso de 35 años, las instituciones por fin han realizado un acto de repulsa por el asesinato de estado de Mikel Zabalza, a consecuencia de las torturas sufridas.
Temen al pueblo y sus sentimientos, y si se realizase una encuesta objetiva sobre estas cuestiones, seguramente se llevarían una sorpresa; bueno, quizás ya las realizan periódicamente pero prefieren no publicar, como pasa con el tema de la monarquía, sobre el que no se atreven a preguntar y publicar la opinión resultante.
No son tiempos fáciles, la presión es muy fuerte, pero seguiremos haciendo lo posible para acompañar las luchas de otros pueblos por sus derechos, como vascos, catalanes, palestinos, saharauis…, al tiempo que luchamos por los nuestros, que no son pocos. A pesar de todos los condicionantes, y de nuestros propios errores, en 2015 se demostró que en la ciudad de Madrid se pudo desbancar a la derecha del Ayuntamiento, lo que indica que quizás no somos tan cerrados y de derechas como nos quieren hacer ver.
* Nota original publicada en el diario Berria: Euskal presoenganako elkartasuna Madrilen
Pedro Casas, miembro del colectivo Acercar/Convivir de Madrid. Integrante de la Asamblea de redacción de LoQueSomos
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