Sor de todos modos
(del Poema de Teresa de Calcuta “ De Todos Modos”)
Es en la Colonia de Pan Bendito, en Madrid
Estaba durmiendo un pobre debajo de un peral
Y le iba a picar una víbora o algo así
Cayendo al instante una pera
Rebotando sobre su cabeza y dándole a la víbora
Lo que le despertó
Y una moza samaritana que le atendió
Lo entendió de milagro
Pues acababa de comprar una estampita
De Sor Teresa de Calcuta
Beata de Juan Pablo II
Premio Nobel de la Paz
Seguidora de Teresa de Lisieux
A un pobre ciego cantor del Libro de Buen Amor
En un mercado de barrio obrero
A quien le oyó decir que las monjas eran malas
Que estaban vendidas al Vaticano
Pues son una buena inversión para su Erario
Que los pobres y enfermos
Huérfanos y moribundos de esa tierra
Bien están sin ella
Porque aunque la pera pendiente no cayera
El pobre hombre de igual modo se muriera.
“Dios os salve”, le dijo la moza
Llegándole a abrazar y besándole
En beso y abrazo cual bálsamo de pobres y miserables
Beso de azúcar para él no bueno
Como el de Calixto a Melibea
Por culpa de La Celestina
Pues llevaba acíbar consigo
Por causa de una crisis global
Producto del cuento, el chisme o de la anécdota
Comenzando a dar nueve vueltas alrededor de la iglesia
Como las cabalgaduras y reses
Que tienen a San Antón por patrón
El día de este Santo
Forzoso en hacer y obrar
Lo que no se puede pagar
Sabedor de que no querida por el Consejo Mundial Hindú
Y muy amada por la presidenta de la India
Amoldada a sus criscunstancias
Aunque “por sanar a uno mató a siete”
Como se cuenta de san Blas
En su ermita de Güete
Que para éste cuentan una fabulilla:
Que rogó al “Ángel de los Pobres”
Que le llevase a esas bodas
Que se hacen en el cielo
Cuando uno queda estropeado y arrepentido
Y la voluntad de Dios visto había
Como el Cid estando ya muerto
Embalsamado, vestido y sentado en su escaño
De San Pedro de Cardeña
Haciendo burlas a moros y judíos
Sacando un palmo de su espada
Que los incrédulos creyeron verga
De finos y redomados tonos.
