Suicidios de estado marca España
En la isla de Fuerteventura el porcentaje de desempleo supera ya el 35%. Unas cifras devastadoras que están generando suicidios casi permanentes por razones económicas, que los medios de comunicación ocultan, siguiendo instrucciones de los gobernantes.
En el resto de las Islas Canarias la media de inmolaciones ronda las 28 mensuales, casi una por día, sin que nadie haga nada, solo silencio, manipulación informativa, los restos de un naufragio, de una hecatombe ciudadana anunciada contra la clase trabajadora isleña, donde los nombres y apellidos de los culpables aparecen cada día en la farándula mediática de una tierra devastada, de una sociedad empobrecida, desesperada, desarticulada, gobernada por caciques a sueldo de una oligarquía insaciable, responsable directa de este vergonzoso genocidio social .
Solo en un radio de 10 kilómetros en la isla majorera cuatro vecinos/as fallecieron, aparentemente de muerte no natural hace pocas semanas. En el último trimestre han sido nueve las personas que se han quitado la vida, seis en el último mes, solo en este trozo de tierra insular, en un espacio geográfico tan reducido, sin que se tomen ningún tipo de medidas, solo oscuridad, tergiversación de una realidad que sonroja, que genera vergüenza ajena en toda persona con un mínimo de honradez y cordura.
En el estado español más de 3.500 personas se suicidan cada año desde 2008, en su mayoría por razones económicas: desempleo, desahucios, corrupción política generalizada, recortes sociales, privatizaciones de servicios públicos, despidos masivos, desaparición de las ayudas a la dependencia, presiones y chantajes pandilleros de los bancos, hipotecas impagadas, dificultades para pagar las deudas, etc., siendo actualmente la primera causa de muerte entre la población.
El gobierno, los estamentos del estado, la monarquía borbónica, no mueven un solo dedo y permiten esta catástrofe humanitaria sin precedentes. Una situación que el resto del mundo contempla con desprecio y asombro, al ver como la casta política, empresarial e institucional siguen adelante con sus políticas inhumanas, bajo las directrices de entidades mafiosas y criminales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo.
Cada persona que se quita la vida es un paso más hacia la barbarie capitalista, un eslabón sangriento en la cadena de la masacre. La nauseabunda, interminable, terrorífica noche de “los cristales rotos”, donde nos han metido a la fuerza desde la fascista Unión Europea, el corrupto poder financiero y un régimen español sin escrúpulos, incapaz de avergonzarse de que una parte importante de la ciudadanía muera asesinada, víctimas del saqueo premeditado del patrimonio público.