Todos por la Tercera República
El PP que gobierna el Estado y casi todo lo demás se ha encomendado a Dios y a los españoles. A Dios por si ve la conveniencia de hacerles algún milagro y a los españoles para que trabajen más, se sacrifiquen y esfuercen más. Como si no lo hubiéramos hecho siempre, ¿de dónde se creen que han salido todo los miles de millones que nos han robado?
Como lo del milagro será que no, sólo queda el abnegado españolito. Ese que por tragar se traga hasta su honra y dignidad. Siempre es el españolito el que ha de solucionar los problemas de España, con su miseria y su hambre. Aquellos que durante años han estado especulando, robando, evadiendo y engañando, no. Tampoco aquellos que miraban hacia el lado contrario. Todos los que superan los 120.000€ anuales están exentos de responsabilidad, nunca la han tenido. Es el margen a partir del cual te sitúas por encima de cualquier Ley. Ahí empieza tu libertad para hacer lo que te venga en gana, sin tener que responder por tus desmanes. Cuanto más subas de esa cantidad inicial más libertad. La libertad se compra y siempre con el dinero que no es tuyo. Y si, además, te pones del lado católico te caen todos las bendiciones habidas y por haber. Es el paraguas divino y procesionas con tus mejores galas para que tu inmundicia de sinvergüenza quede disfrazada y a salvo de las hordas de los bárbaros. Mientras el españolito con 20.000€ anuales (media) y pagando, como nadie, todo más caro.
Después del saqueo al que hemos sido sometidos, desde hace 14 años, por parte de banqueros, políticos, funcionarios, especuladores, promotores, aficionados y evasores; se les amnistía fiscalmente a cambio de un mísero 10%. También a los contrabandistas y a los del cartel de la droga y a los que generan el dinero negro. Y se permite que la evasión de nuestro capital siga su camino hacia otros lugares. Ya pagamos los españolitos.
Los miles de criminales que han sido y son, siguen libres. Nadie les ha pedido cuentas de sus gestiones, de sus errores manifiestos. Nunca es el momento adecuado para tan engorrosos menesteres. Ya pagamos los españolitos.
Ocurre que, habiéndola hecha tan gorda, otros han de venir a socorrernos. Quizás esto sea parte del milagro. Cosa esta del milagro que no será eximente de nuestro seguir pagando; además de a los de aquí, también a los de allí. O sea que de milagro nada, más bien un apretón más a la tuerca que ya está más que pasada.
El milagro sería que el españolito dijera: ¡Basta ya! Que el españolito despertara de tanta pesadilla y exigiera también su libertad para hacer justicia. Aunque a esto no se le puede llamar milagro. Esto sería alcanzar nuestra mayoría de edad política, social y económica. Nuestra libertad.
La vuelta al calcetín es lo único que nos queda. Lo que halla dentro que caiga donde caiga y por nuestra voluntad y no por la de otros. Al fin y al cabo somos nosotros los que pagamos y trabajamos por España, los demás, no lo olvide, la exprimen y la roban. Las estructuras que pretendían sostenernos han sido menoscabadas y atracadas con total libertad. Démosles la vuelta y busquemos un nuevo comienzo. Creo que no nos queda otra. De seguir esta senda iremos directos al suicidio como País.
La III República pudiera ser un buen inicio. Y desde la cúspide hacia abajo, limpiemos a tanto liberal, a tanto vividor, a tanto soplagaitas de pacotilla y a tanto mojigato de sacristía. Sólo un nuevo orden político y con las premisas de esa República, Igualdad, Libertad y Fraternidad, podremos esperar un futuro.
Con las que tenemos no hay ni presente. Y el milagro somos nosotros, sólo nosotros.