Toro alanceado. ¿Harás algo esta vez?
Ciudadano, no gires la cabeza ni cierres los ojos. Es un esfuerzo inútil. La vergüenza, como la horda alrededor del toro, saber acorralar, y al igual que la lanza en su carne, es capaz de atravesar párpados. En cuanto a la cobardía propia, esa, nace en el interior.
Faltan horas para que el Toro de la Vega sea alanceado hasta la muerte en Tordesillas, delante de tus narices y de las mías. Sí, delante de nuestras conciencias. Y ahí es cuando se demostrará para qué nos sirven realmente.
De mismo modo que una familia con todos sus miembros en el paro no es una estadística sino una tragedia, Volante no será el 11 de septiembe otro animal muerto a manos del hombre, sino la víctima de un crimen violento, sañudo y dolorosamente absurdo. Un asesinato premeditado del que todos, todos, somos responsables.
Puedes inundar con tu asco, tu rabia y tu rechazo las redes sociales, los medios de comunicación y las calles. O puedes quedarte callado y dejar que vuelva a ocurrir un año más. La decisión es sólo tuya, pero recuerda que hay libertades que le cuestan la vida a otros. Y silencios que te califican.
Por eso, si no haces nada por impedirlo, carga con uno de estos dos baldones: o el de tu sadismo y placer ante semejante atrocidad, o el de tu miserable pusilanimidad y egoísmo. En cualquiera de los casos, llevarás en tus manos una lanza para torturar y matar a Volante.