Totum revolutum
Según los agoreros, charlatanes, místicos de guardarropía y profesionales de la catástrofe, el 21/12/12 debería de haber acabado el mundo. Yo me pellizco y me noto todavía vivo, el viento mece los arbustos de los jardines, las personas caminan por las calles, la marea blanca de la medicina pública sigue poniendo en evidencia al gobierno del dolor y la muerte por decreto, el cardenal Rouco y sus secuaces siguen acumulando dinero y poder católicos en un país cuya obsoleta Constitución inscribe la aconfesionalidad postergada, la enseñanza se degrada para los estudiantes que no quieran ser toreros verbi gratia torturadores profesionales de toros bravos, la investigación científica arrojándose frívolamente a las alcantarillas; se ocultan o difuminan los suicidios por desesperados desahucios en base a leoninas leyes decimonónicas y usureras, se malogra impunemente el entorno con el argumento falaz de la crisis, se enriquecen los ignorantes descerebrados y se ponen en fuga los cerebros porque no tienen tajo ni posibilidades, medran los chorizos de toda laya amparándose en su posición dominante, el nepotismo es costumbre que mantiene a la familia unida en el chupódromo nacional, los banqueros siguen pidiendo como menesterosos, mientras exhiben en impúdico strip tease sus crecientes cifras de beneficios; el pequeño comercio se va a la mierda en serie, empujado al abismo por el IVA y las franquicias explotadoras de mano de obra con explotación maquila, el gobierno de histriónicos incapaces nos sigue empujando al abismo retrógrado agarrándose como única baza a la mayoría -nunca más- absoluta de las urnas donde incineran el optimismo y la sonrisa franca y confiada, Franco resucitado día a día como cuervo fénix por estos aprovechados aprendices políticos de la gramática parda, los conjuros, los exorcismos para quitarse de la dramática evidencia cinco asombrosos millones de parados, enfermos crónicos, seres dependientes sin culpa de ello, pensionistas frágiles, ancianos e improductivos en general sin fe, esperanza, ni caridad; quizá nos preguntamos si podremos resistir estoicos y espartanos tres años más de estos cochambrosos perdonavidas “populares”, mientras los ministros ríen y brindan con cava por seguir caciqueando el destrozo; además, están las tumbas anónimas, los huesos fusilados y excavados sin encontrar justicia.
"Yo soy el jefe, esto es champán, Feliz Navidad" y Rajoy cogió su fusil; el exorcismo y la tergiversación del evangelio del Salvador teórico cuyo renacimiento se conmemora en estos días de invierno de violento infierno, en este mundo de ricos coleccionistas y menesterosos paridos en un lugar geográfico equivocado…Y así suma que suma por soleá.